¿Todos los extremos son malos?

¿Todos los extremos son malos?
6 septiembre, 2017 por Redacción La tinta

La frase «todos los extremos son malos» forma parte del repertorio estable del tan mentado «sentido común» y como tal, es necesario revisarla críticamente. La búsqueda del fin de toda opresión basada en el género, el reclamo por la igualdad plena de derechos y oportunidades, el reclamo de una sociedad en la que no exista ninguna persona con hambre, son sólo ejemplos de que la lucha por el extremo de algunos asuntos no tienen nada de malo.

Por Me lo Contó un Facho

«Todos los extremos son malos», es una frase que forma parte del repertorio estable de las cosas que repetimos desde el más ingenuo sentido común, casi siempre con las mejores intenciones. Fuerte, incuestionable, dogmática, se autocorrobora constantemente. Si comés, si bebés, si tomás merca, si sos avaro, si sos ingenua, si manejás rápido, cualquiera de estas cosas, y muchas más, en extremo, claramente pueden acarrear malos resultados. ¿Quién podría estar en desacuerdo?

Pero ya sabemos bien que al mentado «sentido común» hay que entrarle con cuidado porque suele ser caldo de cultivo de ciertas formas de fascismo. Es el que dice qué es lo «normal» -y por ende lo anormal- lo que debe ser dejado de lado, cuando no eliminado. Y el problema con frases dadas por ciertas como ésta, surge cuando se aplica (como todo dogma) de manera indiscriminada, acrítica y en cualquier marco, y cuando se utiliza erróneamente en el contexto de luchas o consignas políticas y sociales. Y más aún, cuando se utiliza intencionalmente con el fin de neutralizar luchas y reclamos de carácter irrenunciable.

También se utiliza, falacias de por medio, utilizando nuestra propia ignorancia. Ejemplo: a quien no sabe qué es el feminismo, se le puede hacer creer que es «lo mismo que el machismo pero al revés». Después el resto es simple: todos los extremos son malos, ergo, el feminismo es malo. O dicho de otra forma, «ni machismo ni feminismo, igualismo», y burradas por el estilo.


La búsqueda del fin de TODA opresión basada en el género, la lucha por la eliminación de TODO tipo de violencia hacia las mujeres, el reclamo por la igualdad PLENA de derechos y oportunidades, la lucha por una sociedad en la que no exista NINGUNA persona con hambre, la lucha por la ELIMINACIÓN TOTAL del racismo, o del gatillo fácil, sólo por dar algunos ejemplos, desde esta óptica serían considerados «extremos».


¿Queremos una sociedad en la que existan UN POCO MENOS de opresiones basadas en el género? ¿La eliminación de ALGUNAS formas de violencia hacia las mujeres? ¿Igualdad de ALGUNOS derechos y oportunidades? ¿Una sociedad en la que ALGUNAS personas pasen hambre y otras no? ¿UN POCO MENOS de racismo? ¿BAJAR UN CAMBIO con el gatillo fácil?  No, vamos por todo, y en ese sentido somos «extremistas». Pero no tiene nada de malo ni de extremo. 

También se lo puede trasladar a temas que suelen ser central preocupación de muchas personas, como la corrupción y la inseguridad. ¿Les resultaría mejor una sociedad y un sistema sin corrupción y sin inseguridad? ¿O prefieren una con un poco de ambas, porque todos los extremos son malos?

Conclusión: algunos extremos son malos y algunos extremos son buenos. Beba con moderación, si bebe no maneje, y luche por una sociedad mejor, o al menos deje a otrxs luchar.

Como todo dicho popular, es aplicable a algunos aspectos de la realidad pero entra en contradicción con muchos otros. Al que madruga, dios lo ayuda, dice otro refrán. Pero no por mucho madrugar se amanece más temprano.
#MeLoContóUnFacho

Palabras claves: Me lo contó un facho

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