Monte Adentro: Kaskay Dúo en Anisacate

Monte Adentro: Kaskay Dúo en Anisacate
1 agosto, 2017 por Gilda

Hoy presentamos el quinto capítulo de Monte Adentro, la serie web que retrata expresiones artísticas que nacen y conviven con el monte. En esta oportunidad Romina y Lucas, el Kaskay Dúo, desde Anisacate nos regalan Carri, carrerito. Una canción que rescata a un personaje del pueblo, y en él a tantos otros y otras que desde el anonimato y la simpleza cimentan las identidades y resguardan saberes ancestrales en sus quehaceres cotidianos.

Por Lucas Gallardo y Romina Cannistraro

Una canción, un pueblo, un personaje,
un modo de ser y estar en el mundo.

Nos preguntamos qué sería del monte sin sus árboles, sin sus bichos, sin sus cauces, sin sus animales, sin sus flores. ¿Seguiría siendo monte? Claramente no. ¿Y sin las gentes que lo habitan? ¿Seguiría siendo monte? Probablemente sí. Lo que es seguro es que sin el monte, sin la tierra, nosotros nos somos nada.

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No es lo mismo labrar la tierra respetando sus tiempos y formas que invertir en un paquete agro-tecnológico para ordeñarle hasta el último nutriente y el último centavo. No es lo mismo un picapedrero que una megaminera, un hachero que una topadora.  No es lo mismo vivir de la tierra que vivir a la tierra.  No, no es lo mismo. Y esto bien lo sabían y lo sabe los primeros habitantes, los de siempre; los que la respetan, la cuidan y honran. De esta manera, el uso que se hace de la tierra es el justo, el preciso, el medido, que no conoce de abusos ni avaricias.

El monte es vida. El monte es vida. El monte sí se toca, pero con respeto. Sí se toca pero  con ofrenda, con sabiduría, con amor y dignidad.  Por todo esto estamos convencidos de que una canción que reivindique estos modos de habitar y estas personas, humildemente puede hacer su aporte a la lucha por un mundo sano donde quepamos todos.

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La canción, la persona, el personaje

Ricardo Carri, más conocido como El Nene Carri, es un personaje de Alta Gracia, un hombre que andaba en su carro por el valle de Paravachasca repartiendo leche, haciendo changas y mandados, y descansando en algún boliche como La Polar, o en alguna que otra pulpería metida en el Barrio Del Crucero, como se conocía, para tomarse su vinito, y estar nomás.

En  las fiestas patronales y gauchas él siempre estaba presente, con su bombacha de gaucho, su pañuelo y su caballo, en cada paso suyo se podía sentir el latido de la tierra, porque llevaba como un estandarte su identidad y su paisaje.

Carri, un personaje, uno de tantos, uno de esos que dice todo sin decir nada, un imprescindible.

Con una hermosa y gran compañera al lado, su Margarita, pasó sus mejores y más placenteros momentos, haciendo de los mates, las comidas y el patio un ritual.

. Simplezas infinitas de esa gente que supo entender el mensaje de la tierra. Y cuando decimos tierra decimos piedra, decimos árbol, río, patio; decimos cocina, mate, poesía; decimos yuyo, mujer y hombre, niño y niña, planta, bicho, semilla, sierra… Tierra: quien la habita, respeta y trabaja.  Son ellos y son ellas, los elegidos;  guardianes silenciosos, silenciados, caminantes de sus senderos protectores de sus misterios. A ellos ofrecemos la canción como sanación para eternizarlos, a ellos que vivieron y viven como pueden; sosteniendo lo que son, una identidad dentro de muchas, que puja, resiste y sueña pasando los días rituales. Los que sobreviven a todo: los nadie, los anónimos, los todo.

Porque tenemos la vida prestada en este suelo y la tierra nos habla, a través de las más variadas formas, por eso le cantamos, por eso le agradecemos, por eso le pedimos y también nos callamos, hacemos silencio para poder escucharla, para no olvidarnos que además de nuestra voz, en ella conviven muchas otras voces que están esperando ser escuchadas.

 Carri, carrerito 

Letra: Romina Canistraro / Música: R. Cannistraro y Lucas Gallardo
Recitado: Darío Carri

Por bocina un relincho,
si parece lo estoy viendo,
en el carro repartiendo,
la leche y los caramelos.

Pa´ganarse la moneda
o sacarle una sonrisa,
bien prolija una camisa
y su pelo engominado

Carri, carri, carrerito
nono nene es bien gauchito
Tiene el pecho colorado
como el gallo más bravo
Sale al alba, tempranito
recorriendo todo el barrio
al trote, trotecito

De picaresca sonrisa,
y modos llenos de vida,
cultivando los amigos
y las buenas compañías

Un cuchillo talladito,
bien paisano de estos pagos,
presumiendo de a caballo,
con un pañuelo anudado.

El vino tu compañero,
de amarguras y alabanzas
vigilaba tus andanzas,
igual que tu zaino avanzas,
Carri, carri, carrerito,
recorriendo todo el barrio,
al trote, trotecito

Fuente inagotable de sonrisas espontáneas, de esas que son medicina para calmar cualquier enojo…
Nunca dejaste de vivir, porque hiciste revivir a muchos con tu linda sonrisa…
¡Estás más vivo que nunca viejo querido!
¡Sos una leyenda y las leyendas nunca mueren!

Quiero me lleves de nuevo,
de paseo por el carro,
que me traigas leche fresca
y juguemos en el patio,

Mientras la nona prepara
de esos los mejores platos,
inventemos las historias
y las pelotas de trapo

Despacito o al trote,
por el barrio todo ibas,
con aperos y los lazos,
regalabas los abrazos
Carri, carri, carrerito
para algunos eras pobre,
para mí, sos el más rico.

*Por Lucas Gallardo y Romina Cannistraro

Palabras claves: Colectivo Ceromilímetro, Kaskay Dúo, Monte Adentro, Monte Nativo

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