La exótica aventura de Nahuel, el niño jaguar

La exótica aventura de Nahuel, el niño jaguar
8 agosto, 2017 por Julieta Pollo

La nueva novela gráfica de Jó Rivadulla e Iván Zigarán nos invita a emprender un viaje desde los elevados picos de los Andes a las profundidades de la selva amazónica. Una historia repleta de personajes mitológicos, animales y plantas que ayudarán al lector a enfrentar sus miedos y adentrarse en el místico mundo natural. Los autores conversaron con La tinta acerca de la creación de este libro de aventuras que propone repensar la relación del hombre con la naturaleza con una apuesta a la participación juvenil a través de juegos interactivos y acertijos.

Por Julieta Pollo para La tinta

Este libro nace hace tres años, cuando dos jóvenes ilustradores deciden emprender una aventura a gran escala. La creatividad sin límites se impuso y lo que inicialmente fue pensado como una historia corta se transformó en una novela gráfica de más de 160 páginas a todo color. Nahuel, el viaje del niño jaguar será editado por la cordobesa Ediciones de la Terraza y se impulsa a través de crowfunding, estrategia de financiamiento colectivo que ha posibilitado la materialización de muchos libros por parte de la editorial. Hasta el 15 de agosto hay tiempo de adquirir Nahuel… a un costo muy bajo a través del portal Panal de Ideas. El prólogo del libro estará a cargo de el Chanti, uno de muchos colegas gráficos que se han sumado a apoyar el proyecto de Iván Zigarán y Jó Rivadulla, integrantes de Tinta China, el suplemento de humor gráfico de La tinta.

Más allá de su extensión, que asegura material de lectura para rato, se hace difícil desprenderse del libro y no leerlo de un tirón. Una trama atrapante y ocurrentes dibujos condensan la creatividad de los dos artistas en una obra imperdible. Con un buen manejo del ritmo, las diferentes situaciones van desencadenándose unas sobre otras mientras el humor distiende la escalada de misterio y sorpresa. “Ambos teníamos en común un gusto por el humor, en sí mismo y como herramienta para la crítica. También una búsqueda por la sustancia, el contenido que hay de fondo, no quedarnos solamente en lo superficial y en lo anecdótico”, asegura el guionista, Jó Rivadulla. Cada viñeta es un microclima significante: la caracterización detallada de los escenarios y la expresividad de los personajes que pueblan la historia, invitan a detenerse en la contemplación y recorrer el libro poco a poco, para descubrir los guiños que fue escondiendo en cada rincón el ilustrador Iván Zigarán. Si bien está pensada para jóvenes y niños, su disfrute es apto para todo público.

En Nahuel… florecen los paisajes y las criaturas de nuestras culturas americanas, desde los Andes a la cuenca amazónica. Un laboratorio escondido en la selva, un pozo de extracción minera a cielo abierto o la ciudad misma, con sus gentes y vapores, completan la paleta de situaciones que enfrenta el personaje principal y ponen al descubierto la tensa relación entre el hombre y el mundo natural.

Las problemáticas ambientales siempre fueron el hilo conductor de lo que teníamos ganas de contar, como síntomas o expresiones de nuestra sociedad y nuestra cultura que dan cuenta de su modo de habitar y relacionarse con la naturaleza” asegura Iván, y su compañero agrega: “La premisa con la cual empezamos todo fue que queríamos aportar algo a la sociedad a partir de lo que nosotros sabíamos hacer que es escribir, dibujar y pintar. Lo que hicimos en esta historia fue mostrar las problemáticas desde distintas perspectivas aprovechando que teníamos personajes de distintas idiosincrasias. Lo que hacemos es plantear preguntas, no hay muchas respuestas así como no hay buenos ni malos en la historia. Hay personas que ven un fenómeno y lo interpretan diferente de acuerdo a sus circunstancias y su cultura, y todo eso se transmite al lector para que saque sus propias conclusiones”.

El relato cobra espesor con un gran trabajo de investigación previa en materia antropológica. Si bien no es un libro enciclopedia que pretenda brindar información de manera directa, Nahuel… se nutre de las culturas andinas y amazónicas a través de personajes mitológicos, características propias de su flora y fauna, y ritos o cosmovisiones de estas comunidades. Iván, que además de ilustrador es antropólogo, sostiene que esta disciplina enseña que nuestra manera de habitar el mundo y existir es una más entre muchas otras: “por ejemplo, el tema de los cerros que tienen una historia en tiempos legendarios, que no son humanos pero que tienen una identidad. Cada cerro tiene no solo un nombre sino también identidad y una historia que tiene que ver con el paisaje alrededor de él. Lo mismo con el tema de la trilogía andina -el cóndor, la serpiente y el felino-, o cuestiones que tienen que ver con el tipo específico de chamanismo de los Andes. Incluso esta cuestión de trasformación de Nahuel en jaguar es muy amazónico”.

Por su parte, Jó Rivadulla asegura que la documentación acerca de la leyenda de Huascarán o la cultura Chavín le permitieron usar toda esa información para construir una base sólida con la que armar personajes que tuvieran cierta profundidad y que sea coherente con la manera en la que actúan. “No se trata de agarrar todos los datos y traducirlos a lenguaje infantil porque esto no es una enciclopedia de datos. Siempre tuvimos claro que lo que estamos escribiendo y dibujando es una aventura y antes que nada debe ser divertida. Nunca quisimos caer en el estereotipo ni guiarnos por prejuicios, por eso quisimos aprender lo más posible de cada lugar y cultura que va recorriendo Nahuel”.

Esta historia, que comienza cuando Nahuel libera a un cóndor del zoológico de su ciudad sin más intención que la de impresionar a la chica que le gusta, lo llevará a emprender un viaje de descubrimiento y expansión que, como todos los viajes trascendentales, tiene que ver con lo que percibimos y con lo que la experiencia genera en nuestro interior. El guionista hace hincapié en que El viaje de Nahuel no es solamente un viaje geográfico.  “Desde el punto de vista narrativo es el viaje del héroe y también es un viaje espiritual y no podíamos hablar de un viaje espiritual sin hablar de las plantas que usan los chamanes de esas zonas para sus experiencias espirituales o sin referirnos a  las criaturas mitológicas de quienes viven en las comunidades por las que pasa Nahuel.  Por eso es orgánica y natural la inclusión de esos elementos en la historia, procuramos alejarnos de los tópicos comunes y realmente elaborar un viaje que sea coherente con las realidades de los lugares por donde va pasando. Por ejemplo, en el caso del Pombero, es una criatura mitológica que tiene una esencia, un sentido y una función por la que existe”.

El relato gráfico invita al lector a interactuar activamente en la historia, lo cual contribuye a mantener su interés. A través de juegos, laberintos, búsquedas en escenarios tupidos, acertijos y travesías se puede ayudar a Nahuel a sortear las dificultades y enigmas que se presentan en su camino. Al final del libro hay páginas que contienen pistas para su resolución como infografías, mapas de estrellas o coloridos catálogos de flora y fauna. Iván cuenta que la inclusión de actividades interactivas se fundamenta en apostar a una mayor participación y una manera pedagógica de vincularse con la historia, a través de la cual el lector pueda apropiarse de la información y ponerla en ejercicio. Jó agrega que los juegos son opcionales -se incluyen las soluciones al final del libro- y que le dan otro nivel de disfrute a la novela, ya que “a los niños le pueden resultar además de divertidos muy interesantes: orientarse de noche usando las estrellas, encontrar los puntos cardinales a partir del sol, encender fuego usando hielo o elementos que se encuentran en la naturaleza”.

Nahuel no es un superhéroe de certezas y convicciones dadas de antemano y en su humanidad radica uno de los rasgos más interesantes de la historia: es un niño como cualquier otro que desde la inocencia va descubriendo su propia fuerza interior. El lector, junto con el personaje, experimenta el desconcierto ante lo desconocido, enfrenta sus miedos y aprende página a página cómo transitar mundos que resultan extraños para un chico de ciudad.

—¿Qué lugar ocupa el miedo en la historia?

—Jo: Creo que por un lado el miedo está cumpliendo una función de entretenimiento: hay escenas en las que Nahuel tiene miedo porque no sabe qué está pasando, hay criaturas extrañas y el lector tiene miedo junto con Nahuel. Es ese miedo seguro que a todos nos gusta experiementar. Sabemos que no nos puede pasar nada pero igual tenemos sensaciones emocionales y físicas por lo que estamos leyendo o viendo. Por otro lado creo que lo que Nahuel aprende sobre el miedo en esta historia es que cuando proviene de la ignorancia o de los prejuicios no es un miedo útil sino todo lo contrario, trae mayores problemas. Creo que él aprende que si uno tiene miedo a algo primero hay que conocerlo y después ver si se le sigue teniendo miedo o no.

—Iván: La idea era invitar a pensar el miedo… siempre el miedo es miedo hacia lo desconocido, a la incertidumbre. Entonces fue tratar de desmitificarlo. Nahuel vive una aventura muy intensa y sin embargo siempre se lo toma con mucho entusiasmo, de manera muy genuina. Nos gustó esa actitud. Otra de las premisas grandes de la historia era el tema de que no hubiera malos o buenos. No hay un súper villano tratando de destruir el mundo. Son distintos personajes y seres que tienen intereses contrapuestos y es un poco lo que sucede en general. Buenos y malos es una lectura que muchas veces arrastramos desde la tradición de la literatura, la historieta o el cine, pero está bueno poner en tensión eso y pensar todos los conflictos como conflictos de intereses o de cosmovisiones. Los espíritus de la selva y el científico están habitando mundos distintos aunque convivan, entienden su entorno de manera distinta y eso inevitablemente lleva al conflicto.

—¿Cuál es el mensaje de Nahuel, el viaje del niño jaguar?

—I:  La idea es reflexionar en torno a esta relación que el ser humano construye con la naturaleza, el lugar que quiere ocupar dentro de este proyecto de modernidad capitalista muy en términos extractivistas, de convertir toda la naturaleza en recursos para el ser humano, desproveerlos de vida, traducirlos a una racionalidad netamente económica.  El mensaje es invitar a reflexionar sobre ese modo de construirnos dándole vida, personalidad e identidad a entidades naturales como los cerros, los animales, las plantas. Está un poco metaforizado en el científico que busca sintetizar todas las plantas aun sabiendo que hay un montón de espíritus de la selva que lo están tratando de sabotear. La idea es discutirle a esa cosmovisión moderna y exponer otras formas de relacionarse sin que haya una bajada de línea, porque la idea nunca fue dar respuestas sino abrir preguntas.

—J: No tengo mucho para agregar. El tema de Nahuel es la relación del hombre con la naturaleza y quizás el mensaje es que no todas las ideas modernas por ser modernas son necesariamente correctas. Quizás haya otras concepciones del mundo, anteriores, que valga la pena revisar.

 

—¿Por qué decidieron impulsar el libro a través de Crowfunding?

—I: Fue una decisión de Ediciones de la terraza que viene trabajando hace mucho así. Es un sistema muy interesante no solo por cuestiones prácticas sino también ideológicas: es una forma colectiva de ir construyendo entre mucha gente e ir juntos haciendo realidad ciertos libros. Muchas veces por seguir atados a lógicas tradicionales no terminamos de aprovechar las herramientas que ofrece internet, que permite este contacto directo entre gente interesada en ciertas cosas y una construcción bajo otras premisas. Muchas veces el trabajo de los ilustradores se sostiene a base de pasión y el crowfunding ayuda a que podamos financiar años de trabajo en un proyecto como este, de gran despliegue visual y de contenido.

—J: Además Nahuel desde que nació surgió como una idea de algo para ser compartido más que algo que debía ser empaquetado y vendido. Desde la primer página que dibujamos la empezamos a publicar en las redes sociales para que cualquiera pudiera leerlo. Pensamos la participación del lector como algo crucial desde un primer momento.

►Podés adquirir Nahuel, la aventura del niño jaguar en Panal de Ideas. Hasta el 15 de agosto se mantiene su costo promocional y después estará disponible en todas las librerías. Cuando tengas el libro, fijate si encontrás a los autores, que se autoretrataron y se escondieron en la historia.

*Por Julieta Pollo para La tinta

Palabras claves: bienes comunes, Ediciones de la terraza, el viaje del niño jaguar, Ilustración, Iván Zigarán, Jo Rivadulla, Nahuel

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