Las estrategias del gobierno para concretar su reforma laboral

Las estrategias del gobierno para concretar su reforma laboral
26 julio, 2017 por Redacción La tinta

Envalentonado por el recambio legislativo y por el caso brasileño, el oficialismo apuesta a una flexibilización a mediano plazo. Leyes, decretos, reglamentos y convenios. Las alternativas para concretar los planes desde el Congreso. O fuera de él.

Por Federico Dalponte para Notas

Cálculos

Hablan de reforma laboral. Jorge Triaca, Mario Quintana, Elisa Carrió. Y hasta el presidente. Hablan del costo laboral, de lo rígido, de lo inflexible, pero con una certeza: el debate se posterga hasta diciembre.


La gran apuesta de Cambiemos es llegar robustecido a fin de año. Una buena elección en octubre y un aumento sustancial de su peso en el Congreso. Desde allí tendrá que negociar el próximo bienio.


En Diputados quedará a un puñado de votos del quórum propio. Y en el Senado, lejos de todo. En ambas Cámaras tendrá que negociar cualquier reforma. Pero el oficialismo también maneja escenarios optimistas. En términos genéricos, en la Cámara Baja le alcanzará con tentar a una porción del Frente Renovador, asegurarse el apoyo del Movimiento Popular Neuquino o del Frente Cívico por Santiago. En rigor, un clásico de estos tiempos: sumar votos de a uno.

Aunque con una nota destacada. En febrero de este año, por ejemplo, Cambiemos logró aprobar la reforma de la ley de Riesgos de Trabajo con apenas 88 votos. El massismo se ocupó del resto: con su abstención en pleno facilitó la construcción de una mayoría oficialista. Ese escenario, claro, se podría repetir con más frecuencia a partir de octubre. Los números serán más proclives al gobierno y negociará -cuando lo haga- con mayor peso y decisión.

macri-reforma-laboral-dnu-ley

Si se tratara de hacer apuestas, cualquiera diría que las mayores chances de triunfo oficialista están en Diputados. En términos aritméticos, lo complicado es el Senado.

Allí Cambiemos tendrá en diciembre alrededor de 23 bancas sobre 72. Lejos del quórum, pero con interlocutores más flexibles que en la Cámara Baja. Miguel Ángel Pichetto no es Héctor Recalde. Y también viceversa. A lo que debe sumarse el factor Cristina Fernández de Kirchner: su aparición en escena tal vez fragmente y no amalgame.

El sindicalismo nucleado en la CGT hará su parte -se supone- para evitar una reforma laboral regresiva. Pero sus mejores armas y su influencia están basadas en alfiles que no llegan al Senado.

Si el gobierno se decide a construir una mayoría en la Cámara Alta, la negociación será encarada a través de los gobernadores, y no del peronismo de base heterodoxa. Traducción: al macrismo le sobran herramientas institucionales para seducir a las provincias, mucho más que a cualquier diputado.

macri-triaca-reforma-laboral-dnu-ley

Estrategias

Aunque no todo son números. El Congreso es la fuente natural de toda ley, pero hay vías alternativas. Y el oficialismo ya demostró que puede hacerlo.

En enero de 2016 desguazó la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). Y al año siguiente apeló al mismo atajo para aprobar la reforma de la ley de Riesgos de Rrabajo y hasta para eliminar dos feriados del calendario -entre más casos-.

Lo cierto es que los DNU vienen con garantía de éxito. Nunca en la historia el Congreso revocó uno de estos decretos. Pero además la propia ley también favorece al presidente.

Cuando se emite un DNU, su desaprobación posterior requiere el voto afirmativo de ambas Cámaras. O, dicho al revés, basta con el apoyo de una sola de las Cámaras para revalidar un DNU. Conclusión: aprobar una ley requiere el doble de esfuerzo que ratificar un decreto.

En tal sentido, si se modificaron por esta vía leyes centrales de la última década, nada obsta que se haga lo mismo para impulsar una reforma laboral. No al estilo Temer, claro está, con un texto amplio, profundo y polémico. Pero podría limitarse a través de un DNU la ultraactividad de los convenios colectivos. O se podría instaurar una modalidad contractual nueva, menos rígida, con tufillo a basura. O recortarse los aportes patronales -caso para el cual, por cierto, alcanzaría en ciertos casos con simples decretos reglamentarios que se apoyen sobre leyes ya sancionadas-.


En suma, el macrismo aprendió a moverse dentro del Congreso. Usa a los radicales, apela a Elisa Carrió, negocia con Sergio Massa. Sabe que una reforma laboral generará resistencias y en parte por ello no revela todas las cartas. Un paquete normativo completo, de medio centenar de artículos, siempre tiene menos chances de vida que varios DNUs independientes.


Pero si aun así no consiguiera la fuerza suficiente para imponer una ley a su gusto, con apoyo sindical y de los gobernadores, siempre podría evitarse un DNU. Al menos para no tentar la convulsión de la calle.

La estrategia de flexibilizar los convenios colectivos de los principales sectores de la economía, uno por uno, es parte de lo que tiene en mente Jorge Triaca. Mauricio Macri también alude a ello cada vez que puede, pero necesita la muñeca del ministro de Trabajo para sentar en la mesa a los actores involucrados. Si el gobierno presiona, puede tener allí otra llave para la flexibilización sectorial.

Y lo destacado: no son caminos excluyentes. La vía de la renegociación de convenios empezó con los petroleros; la del DNU, con el sistema de riesgos. Cambiemos apuesta fuerte por incrementar su peso en el Congreso y desde allí erigir el resto. Pero no le faltan planes alternativos. Los sectores opositores tendrán que tener el suyo propio si pretenden enfrentar el embate.

*Por Federico Dalponte para Notas.

macri-vidal-reforma-laboral-dnu-ley

Palabras claves: flexibilización laboral

Compartir: