El brillo de la noche negra
El sábado 22 de julio, Club Paraguay alojó la propuesta de la tercera edición de Club Negro, ciclo que encabeza Willy Crook y los Funky Torinos y que en esta oportunidad sumó en el menú musical a la popular Deborah Dixon y al emergente Proyecto Zetta.
Por Pablo Nicolás Angulo para Zumba la Turba
En un fin de semana repleto de actividades con ocasión del día del amigo, los locales nocturnos de toda Córdoba se jugaban sus mejores cartas para tentar a los grupos de jóvenes que salieron masivamente a buscar un poco de diversión. Pero el Club Negro es más que solo frívolo divertimento: es una verdadera oferta estética que busca reivindicar los grandes aportes que la música afro hizo y hace en nuestra cultura. En un país donde la presencia de la negritud ha sido sistemáticamente negada, el Club Negro es parte de ese reconocimiento necesario. Es el rastreo de esas influencias que marcan el ADN de los más diversos estilos musicales en el mundo.
Más allá de este profundo trasfondo, hubo una gran fiesta. Con el local repleto. Desde la medianoche los asistentes se hicieron presentes para esperar la actuación de Proyecto Zetta, anunciada para la una de la madrugada. Tan sólo quince minutos después de esa hora, subió al escenario el grupo liderado por Zetta Blue, el brasilero de Belo Horizonte, conocido por mostrar su destreza con la guitarra en la peatonal de nuestra ciudad.
El grupo blusero tocó durante una hora canciones pertenecientes al disco homónimo a la banda, un material reciente que está comenzando a ser presentado y da la sensación de que, por su calidad, ganará un lugar de privilegio en la escena del rock cordobés. También interpretaron versiones de clásicos del rock nacional como La Balsa y Funky. Incluso mostraron temas inéditos que prometen tener su lugar en futuros trabajos. Por su virtuosismo con la guitarra y por su aspecto físico, cualquiera tenía el derecho de imaginar que estaba presenciando un show psicodélico del mismísimo Jimmy Hendrix, pero cantando canciones con el particular portuñol que caracteriza a su cantante.
Cerca de las dos y media, fue el turno de los Funky Torinos con Willy Crook en guitarra y voz, acompañado por la corista Yaz Alvarez, perteneciente a The Reverend Sons Of. Sus canciones en inglés envolvieron la atmósfera del lugar, junto a las proyecciones en las pantallas y la iluminación del lugar. Willy también dio muestras de su habilidad para los instrumentos de viento, interviniendo en varias ocasiones con algunos solos de clarinete.
A las cuatro, con todavía una hora de show por delante, Deborah Dixon subió al escenario con lentes oscuros y una sonrisa contagiosa. “Un capricho de la naturaleza”, dijo Crook para presentar a la cantante con los Funky Torinos como backing band. La costarricense terminó de coronar el asombro de los presentes mostrando sus ya conocidos dotes como vocalista, cantando junto a Willy canciones de su proyecto The Royal We.
Los aplausos del público y la gran puesta en escena de la noche, hace pensar que el ciclo del Club Negro tiene mucha vida por delante. Y ya crea expectativas para las próximas ediciones. Las altas dosis de soul, reggae, jazz, blues y funk nos hacen preguntarnos qué sería de nuestro rock sin las contribuciones de la música negra. De esos sonidos que fueron el consuelo de esclavos y de marginales, y que hoy están al alcance de ser el deleite de todos.
*Por Pablo Nicolás Angulo para La Rockola de los Inocentes, de Zumba la Turba. Fotos: Franco Ferrer.