LEBACs: deuda y timba, una combinación con final previsible

LEBACs: deuda y timba, una combinación con final previsible
7 junio, 2017 por Redacción La tinta

En general, se habla de la deuda externa refiriéndose a aquella que se firma desde el Estado. Pero hay otra, que crece silenciosamente y que por lo menos en dos oportunidades en la historia argentina hemos tenido que pagar todos: la deuda externa privada. El economista Francisco Cantamutto habló con el programa de radio «Enredando las Mañanas» acerca de la deuda externa no estatal.

Por Red Nacional de Medios Alternativos

Esta que parece una deuda más silenciosa, ¿es menos peligrosa que la otra?

En este momento, estamos en una orientación general sobre la cual no hay mucho margen de debate. El endeudamiento externo con privados es el eje de la política económica del gobierno y de ese eje participan todas las instituciones del estado y además algunas empresas privadas, que son pocas. Las empresas privadas con capacidad de financiarse en el exterior no superan las cien empresas en el país, es decir, estamos hablando de una élite muy reducida. Ahora bien, el estado como tal ha puesto en orden para poder sostener su proyecto, que es de ajuste y es de reforma estructural, la toma de deuda. En ese sentido, la toma de deuda cumple un rol coyuntural que es lograr que se balanceen las cuentas fiscales porque debemos recordar que el déficit creció, y por otro lado, lo que tiene que hacer es ir sosteniendo y acumulando condicionamientos a futuro. Porque, recordemos esto, la deuda no se toma para alguna iniciativa específica, sino para sostener una relación de subordinación. Eso es muy importante conceptualmente.

Con esta lógica, podemos pasar a desglosar qué está ocurriendo en distintos órdenes. En primer lugar, el estado está tomando deuda a través del gobierno central que incrementó su déficit. Para este año, el déficit calculado en el presupuesto -que después puede variar- son 450 mil millones de pesos. Eso es más grande que el déficit que había antes. Hay mucho debate con las estadísticas, pero no hay ninguna seria, incluso de entidades afines al gobierno, que no diga que el déficit es más grande ahora que antes. Eso hay que financiarlo de alguna manera. ¿Cómo se financia? Básicamente, tomando deuda.

El gobierno nacional ha estado muy acelerado este año, sobre todo entre enero y marzo, tomando deuda en el exterior, porque estaba adelantando las necesidades que iba a tener. En un total aproximado, este año se preveía la toma de 40 mil millones de dólares de deuda externa con privados. El gobierno decidió tomarla en enero y febrero por una razón simple, porque está tomando deuda en el exterior, a tasas variables. Con la idea de que iba a bajar la tasa de interés, cosa que no ha ocurrido porque se sigue emitiendo deuda en un promedio de 7% anual en dólares.

Lo que hizo fue adelantarse y apurarse porque en enero de este año asumió la presidencia de EE.UU. Donald Trump. Al asumir Trump, hay dos hechos que impactan en relación a la deuda para Argentina. El primero es que ya está dictaminado , ya está decidido y es público que van a subir las tasas de referencia de EEUU incrementándose hasta el 3% entre este año y el año que viene. Este es un hecho que afecta a la Argentina, porque en la medida en que sube la tasa del bono considerado como el más seguro en el mundo, los bonos más inseguros tienen que pagarse más caro.

Pero hay otro elemento más, que es el siguiente: todos estamos tratando de entender qué es lo que está haciendo Trump o qué es lo que pretende hacer, pero hay algo que está muy claro: que lo que le agregó al mundo es incertidumbre, riesgo, es más riesgoso porque no se sabe para dónde va a disparar. Esto se monta sobre un montón de cambios, pero este elemento concreto genera mayor incertidumbre. Como hay mayor incertidumbre, empiezan a subir las primas y el riesgo país. Entonces empieza a incrementarse por componentes externos, porque en la medida en que todas las finanzas se vuelven más inestables, los países menos seguros se ven afectados más allá de la política que tome el propio país.


Entonces tenemos un aumento de la tasa de referencia y un aumento del riesgo país. En ese escenario, la Argentina está saliendo a tomar deuda aceleradamente. Tan acelerado que tomó el 60% de la deuda prevista para el año en febrero, es decir que le quedaban diez meses por delante y solo un 40% de lo presupuestado. Este es el eje del gobierno central.


Pero hay otra patita más que son las LEBACs. Como el déficit es mayor, el Banco Central está emitiendo pesos, a pesar de lo que el gobierno pretendería. Pero no solamente eso, sino que además, se agrega otro elemento problemático: además de emitir pesos por el déficit, emite pesos porque están entrando dólares a la economía, los dólares, que -para decirlo mal y pronto- van a la «timba financiera». Pero cuando entran dólares, el banco central tiene que emitir pesos para que esos dólares ingresen a la economía en forma de pesos, y puedan por ejemplo comprar una LEBAC u otra colocación financiera. Ahora, si tenemos más pesos circulando en la economía por la entrada de estos dólares financieros, en la teoría del gobierno, más pesos circulando significa más inflación. ¿Cómo hace entonces para retirar esos pesos? Podría decir «me los devuelven todos a mí, se terminó, e incautarlos», cosas por el estilo se han hecho en el pasado. Lo que hace es emitir estas LEBACs (Letras del Banco Central), es un bono, un título de deuda que emite el Banco Central, ya no es Dujovne o el ministro de endeudamiento externo, Caputo, sino ques es Sturzenegger: sale a comprar dólares, emite pesos y después tiene que sacar esos pesos del mercado. Para sacarlos, les vende a quienes poseen esos pesos estas LEBACs, que están pagando hoy en torno a, depende de la duración, entre 25 y 26% anual. Con un tipo de cambio que está estable, es decir, el dólar que no se mueve, se hace una especie de tablita en la cual vos sabés que el rendimiento en dólares va a rondar el 20% anual en dólares. Esta tasa de ganancia no se encuentra en ningún otro lugar del mundo.

Ahora, el déjà vu es permanente en economía, no puedo evitarlo. Uno sentiría que esto no termina bien.

Esto no termina bien, ya lo sabemos. Y como decís vos, esto es un déjà vu, ya lo vivimos. Voy a señalar lo siguiente. Nunca lo vivimos a esta tasa de aceleración. O sea, nunca lo vivimos tan rápido. La deuda externa que tomó toda la dictadura, durante todo el período de la dictadura, este gobierno la tomó en un año, a una velocidad muy intensa. Esto tiene que ver también con otros elementos que son importantes para hacer un reconocimiento general. En los 90, que fue otro periodo de gran toma de deuda, había otra fuente de divisas, otra fuente de dólares que fueron las privatizaciones, el remate de los activos del estado. Pero eso hoy, no hay tanto disponible o por lo menos no hay tanto disponible que sea atractivo para los extranjeros.


Lo que hay para vender son proyectos que requieren inversiones que se desarrollan en el tiempo, por ejemplo, la explotación de todo lo que tiene que ver con el shale-oil y el shale-gas, a través de las cuencas que se explotan a través del fracking que dependen además del precio internacional que sea alto, y que sabemos que es un ecocidio.


Esa es una de las áreas estratégicas del gobierno, pero eso implica una inversión que demora cuatro o cinco años en estar produciendo y por cierto, vale aclarar que un pozo de shale-oil o shale-gas, una vez que se pone a producir, al segundo año produce la mitad, al tercer año produce un 25% y al cuarto o quinto año deja de funcionar. Es decir, no dura nada. es muy acelerado y esto ya está comprobado por toda la ingeniería conocida.

Entonces, no hay fuentes para salir a rematar por otro lado y tiene que salir a vender estas letras para contener que no se vayan en estampida hacia afuera. Esto es muy perverso y el equilibrio es muy delicado, porque esto tiene una mirada muy de corto plazo: siguen entrando dolares porque logran una rentabilidad gigantesca, pero en el momento en el que a los dueños de esos dólares les parezca que no van a obtener esa rentabilidad, o no les resulte suficiente y se quieran ir, esto es una estampida de salida contra el peso, una famosa «corrida».

Dentro de todo esto que estás narrando, esta semana se anunció una toma de alrededor de 3500 millones de dólares por parte de estas cien empresas que están en posibilidades de hacerlo. ¿Suma esto o no a la problemática general?

Sí, suma a la problemática general. En la mediad en que siguen entrando dolares que se financian a altas tasas y a cortos plazos, esto suma a las necesidades. Porque hay que tener en claro que se juntan dos elementos: el déficit fiscal y el déficit externo. Con la deuda de los privados no aparece el déficit fiscal en principio, pero sí el déficit externo, lo que significa que también van a presionar por obtener esos dólares para poder pagar sus deudas y cuando los dólares son escasos, son escasos para todos. Entonces, es una parte del problema que se puede convertir en déficit fiscal toda vez que en la historia argentina ha habido diferentes momentos de estatización de deuda privada y no sería extraño que aparezca algún mecanismo de salvataje por el estilo. Entonces en principio es un problema externo, pero se puede convertir en un problema fiscal también.

Para dimensionar esto hay que tener en cuenta que la cantidad de LEBACs circulando en la economía en este momento es cercana a los 900 mil millones de pesos. Eso supera en alrededor de un 10 o 15% el total de billetes y monedas que hay en la economía. Dos tercios de esas LEBACs vencen de uno a tres meses, lo que que quiere decir que en tres meses, pueden cambiarse y salirse. No es que tienen un plazo fijo a 180 días o una inversión en un activo a un año. En tres meses, pueden cambiarlos por pesos, de pesos a dólares, e irse.

Yo hago una cuentita simple, que no es del todo correcta contablemente, pero para dimensionar el riesgo que esto implica. Si hacemos la cuentita de la convertibilidad y dividimos los pesos que hay por los dólares de respaldo en el Banco Central, el tipo de cambio da hoy, alrededor de 18 pesos, que es el valor del dolar presupuestado, el que piensa implementar el gobierno después de las elecciones de octubre, mediante una devaluación que intentarán hacerla controlada. El problema es que si no logran hacerlo de manera controlada y le quitan ganancias a los inversores que están poniendo la plata en las LEBACs, la cantidad de billetes y monedas más la proporción en corto plazo de las LEBACs que se pueden cambiar, daría un tipo de cambio no de dieciocho sino de treinta. Con esto no estoy queriendo decir que el dólar va a llegar a treinta pesos, sino que eso es un riesgo que está ahí latente. Y como no hay más controles de plazos, de capitales ni de montos para las operaciones, con colocaciones de muy corto plazo que obtienen rentabilidades gigantescas pero solamente eso aportan a la economía y pueden retirarse y cambiarse en el momento que quieren, eso es un riesgo real. Entonces, de cara a las elecciones de octubre, el riesgo que tiene el gobierno es no poder controlar la tasa de devaluación. Si no logra controlarla, podemos ir a una corrida cambiaria.

*Por Red Nacional de Medios Alternativos

 

Palabras claves: Banco Central

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