Nos mean y Clarín dice que llueve
Por Pablo Ramos
Nos mean y Clarín dice que llueve, gritaban las paredes cuando la ficción de la argentina convertible estallaba en 2001.
La comunicación masiva es una guerra de sentidos donde las patas mediáticas de la mentira, operan como avanzada del poder económico. Eso pasa todos los días, todas las horas, en casi todos los canales de noticias.
La cobertura del anunciado conflicto del paro de transporte retrata las estrategias de ese combate cotidiano. Demonizan a los trabajadores y delegados en huelga, desconocen la realidad de un sistema de transporte colapsado desde hace años. Nada cuestionan a la privatización de las líneas de colectivos, nunca sospechan porqué fueron entregadas al amigo correntino de forma cuasimonopólica, no discuten la quita de subsidios que encarece el boleto pero les sigue dando ganancias a los empresarios.
Para los voceros mediáticos del establishment cordobés, la culpa la tienen los laburantes. Estos profetas del odio pretenden que los choferes asuman la responsabilidad política por el desguisado del sistema. No les reconocen el derecho a pelear por un sueldo digno, no les permiten elegir sus representantes sindicales, no toleran que utilicen una medida de fuerza para hacer sus reclamos. Son operadores mediáticos, son la voz de los patrones, son el pan del facho. Mirá el diario de ayer, mirá el de hoy y así será mañana. Festejan el tardío plan de contingencia, atizan a los rompehuelgas, condenan todo derecho reconocido.
Hace unos días entrevistaron al fiasco de Fukuyama para que hablara de como el capitalismo neoliberal es la única salida de la humanidad, ayer publicaron un informe de la bolsa sojera de Rosario donde afirman que los transgénicos son saludables, combaten la pobreza y le hacen un gran bien al medio ambiente.
Todos los días despliegan sus mentiras, sus adjetivos, sus evaluaciones, sus prioridades. En todos los ámbitos de la vida social meten la ganzúa de sus intereses. El terrorismo de estado es lucha contra la subversión, en Malvinas estamos ganando, teoría de los demonios y reconciliación por impunidad, Alfonsin no puede, Menem nos metió en el primer mundo, los piqueteros son violentos, a los buitres hay que pagarles, todo el kirchnerismo es corrupto, la inseguridad se combate con más policías, la mataron por turra.
Millones de litros de tinta, millones de minutos en pantalla, millones de dólares en pagar mercenarios disfrazados de periodistas, millones de tecnologías para inducir audiencias.
Basta de consumir odio envasado en origen egoísta. Si estamos posicionados acá, es porque ellos están allá. Es una guerra sucia y compleja, donde no hay medias tintas. La paz que quieren ellos es el cementerio de nuestras libertades, la paz que queremos es el fin de su dominio.
*Por Pablo Ramos