Corea: la novedad de un conflicto histórico

Corea: la novedad de un conflicto histórico
4 abril, 2017 por Redacción La tinta

Por Radio Voces

La Península de Corea es un conflicto histórico de larga data en las Relaciones Internacionales. En la actualidad, los titulares de los medios hegemónicos de comunicación informan acerca de la amenaza constante que representa el régimen autoritario norcoreano de Kim Jong-un, sin profundizar en los ejercicios militares conjuntos que Corea del Sur realiza junto a su aliado atlántico, Estados Unidos, que generan preocupación en la región y su consecuente respuesta defensiva en los países amenazados.

La varilla con la que estos medios evalúan los cánones democráticos de la Modernidad tampoco parece pesar mucho sobre el hecho de que días atrás el tribunal constitucional de Corea del Sur aprobó por unanimidad la destitución de la presidenta Park Geun-hye, ante un enorme descontento y presión popular que denunciaba uno de los mayores escándalos de corrupción y tráfico de influencias del país.

El foco se encuentra centrado, sin lugar a dudas, en la demonización de un régimen y la idealización de su régimen enemigo: por un lado, Corea del Norte como un régimen comunista de dinastía autoritaria que no escatima en asesinar y atentar asiduamente contra las libertades y derechos de los ciudadanos que no comulgan con el régimen. Por el otro, Corea del Sur, uno de los países más desarrollados del mundo, democrático y de notable prosperidad económica.

No obstante, el análisis del recorrido histórico del conflicto coreano nos proporciona herramientas sumamente relevantes para poder deconstruir e interpretar de manera más fehaciente los hechos que se sucedieron en la región durante las últimas semanas.

La historia de un pueblo dividido

En sus inicios, hablar de Corea nos remite a la antigua existencia de un verdadero e íntegro imperio colonizador que, con el paso de los años, sufrió la amenaza y ocupación de países como China, Francia, Japón, Estados Unidos y Rusia. La importancia geoestratégica y geopolítica de la región coreana con su salida al Mar Amarillo y al Mar de Japón, generó la disputa y carrera histórica por esta región que continúa desestabilizando el orden internacional.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, y tras 35 años de ocupación japonesa, la Península Coreana se divide en dos –de la misma manera que se divide a Alemania entre los cuatro vencedores de la guerra- teniendo en cuenta las influencias ideológicas y la actividad de los ejércitos que operaban en sus dos partes: Estados Unidos y la Unión Soviética. De esta manera, la línea de demarcación más conocida como el “Paralelo 38” da lugar a la creación de dos Estados: Corea del Norte, al Norte del Paralelo 38 –bajo influencia ideológica y militar de la Unión Soviética- y Corea del Sur, ubicada al Sur del Paralelo, y bajo el apoyo militar y político de los Estados Unidos.

La confrontación ideológica y los deseos de reunificación del gran pueblo coreano por parte de Corea del Norte, dan inicio a las hostilidades y a lo que se conoce como el “primer conflicto caliente” de la Guerra Fría: la guerra de Corea (1950-1953).

La Guerra de Corea es uno de los ejemplos que ilustran no sólo uno de los aspectos más sangrientos de la mal llamada “Guerra Fría” (que tuvo un saldo de 1.600.000 muertos), sino también la lucha entre el nacionalismo y el globalismo que lejos de conducir a una resolución de los conflictos los agudizó mediante la paz sin victoria que supuso el cese al fuego en el año 1953.

En la actualidad, el conflicto persiste entre las Coreas, bajo la persistente amenaza de utilización de las armas nucleares. Las pruebas de misiles al Norte y al Sur del Paralelo 38 son moneda corriente, y la región asiática se alarma y defiende ante una potencial guerra nuclear.

Por su parte, Estados Unidos, China y la Federación Rusa no dejan de manifestar su preocupación e intervención en los asuntos coreanos. Tal es el caso de la República Popular China, que ha denunciado enfáticamente el “THHAT”, un ejercicio militar conjunto de “defensa de área” que realiza Estados Unidos junto a Corea del Sur anualmente. Tanto China como Corea del Norte denunciaron esta actividad que claramente amenaza la Seguridad Nacional de sus Estados, a la vez que responsabilizan a Estados Unidos y Corea del Sur de lo que podría convertirse en una “Guerra Real”

¿A quién le conviene la guerra?

En este escenario, es preciso determinar quiénes se verían beneficiados en el caso de una guerra efectiva en la Península Coreana. Como afirmaba un militar prusiano, “la guerra es la continuación de la política por otros medios”, lo cual aparentemente tiene lógica y veracidad para algunos Estados.

Una nueva guerra en la Península Coreana generaría una consecuencia directa en la Región, siendo la más determinante el total estrangulamiento que la misma provocaría en el comercio chino, acelerando un proceso de recesión en el gigante asiático. Un beneficio claro para los Estados Unidos, a la vez que para las potencias emergentes como la India, potencia nuclear con una demografía ascendente impresionante.

El conflicto coreano no deja entrever soluciones claras: la escena internacional se vuelve compleja en una estructura de poder multipolar en la que los ataques y contraataques definen el curso de la historia sobre el día a día.

*Por Radio Voces

Palabras claves: Corea, Guerra Fría

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