Ayahuasca en un cuerpo seropositivo

Ayahuasca en un cuerpo seropositivo
7 abril, 2017 por Redacción La tinta

Después de algunas experiencias rituales con la sagrada AYAHUASCA me encuentro en condiciones de dar mi testimonio en el escenario de la vida, para quienes estén en una búsqueda espiritual de riesgo, pues en pocas palabras lo más significativo de esta ceremonia es enfrentarse con miedos muy profundos, sobre todo con el miedo a la muerte. Pero es a través la superación de esos miedos la que produce una limpieza física y psíquica radical, mejoría en el aspecto y un efecto positivo en la salud.

Por Felix Olvido para La Tinta

Considero importante resaltar el estado en el que se encontraba mi cuerpo al exponerlo al brebaje, dejando claro que cada experiencia es única e intransferible, que cada organismo reacciona diferente a los estímulos externos. En síntesis, tenía ya dos años de diagnóstico de HIV, sin haber ingresado aún al tratamiento tradicional con anti-retrovirales, es decir en caída libre de mi inmunidad y en el grado más alto de mi sensibilidad tanto física como mental. Tener bajas defensas es justamente sentir muy intensamente todo, es un estado de ampliación de las posibilidades sensoriales, es por momentos una compulsión irrefrenable por el pecado, es dejarse atravesar por el devenir, es aferrarse más a la vida por causa de la muerte que corre subrepticia por las venas. Una situación maniquea, entre lo bueno y lo negativo que implica el desmoronamiento de las barreras psíquicas, y el trastorno de quedar sin inmunidad ante enfermedades oportunistas.

Pasando la temporada de verano en Florianópolis, sur de Brasil conversé amablemente por un tiempo con un norteamericano que conocí a través de una red social, hasta que me invitó a participar de las ceremonias que se realizan en un CEU (centro de espiritualidad universal). Se fue dando tan orgánicamente que acepté. Nos encontramos con el yankee en una parada de colectivo, era un vikingo enorme rubio, imponente, que muchas hubiesen roto bolsa y comenzado trabajo de parto al verlo… pero todo bian! Nos caímos joya y viajamos hasta el barrio donde está el CEU. Pero aunque siempre he confiado en la bondad de los extraños, comencé a desarrollar un sentimiento de paranoia terrible. Ese sentimiento fue el primer obstáculo a vencer.

Llegamos al lugar habiendo comprado algunas frutas y tentempiés para después del ritual, ya que la bebida provoca vómitos y/o diarrea, y quedás hambriento. El CEU era una casa común y corriente, en cuyo patio había personas esperando y conversando, sobre si era la primera vez o si siempre venían por acá, todos muy simpáticos debo decir, de diversas partes del mundo. La paranoia seguía creciendo… mucha paz mucho amor, como que no me lo creo meamaar, siempre me dio miedo la película de Charles Manson, que eran una comunidad de hippies muy dulces pero en cuanto te descuidás te asesinan… estoy trabajando aun para modificar esa naturaleza desconfiada que muchas veces me juega en contra.

Pagamos una colaboración estimada de 30 reales (unos 150 pesos) que realmente los valen, porque el servicio que brinda esa gente es invaluable. Mantener el lugar, la limpieza, los artículos de aseo, los sahumerios, la música. Entonces entramos a la sala con varias sillas, almohadones en el suelo, a un costado las mujeres al otro los varones, donde el chongo que dirige el centro da una pequeña charla introductoria. El lugar está ornamentado con símbolos religiosos de diferentes procedencias, está Cristo junto a Iemanyá, los Pretos Velhos, Vishnú. Personas de diversas creencias pueden reunirse y elegir durante el viaje como una referencia los símbolos que más los identifiquen, o bien no elegir ninguno.

El chongo nos advierte que el trabajo con la planta es interior, que todo lo que sintamos o veamos es fruto de nuestra propia psiquis, es que las heridas nos las habíamos hecho solos, y vamos a tener que hacernos cargo de ellas. Vamos a sufrir la sensación de muerte, es normal, nos advierte. Es lo que la mente siente cuando se sincera consigo misma, cuando ve lo terrible de su propia condición, aparece una sensación de autodestrucción, en esa precariedad y desnudez no parece posible seguir con vida. Aún estamos a tiempo de salir, una vez que hayamos pasado al frente a tomar la bebida las puertas se cierran, ya no es posible escapar.

Recibo la primera dosis: DESCEMSUM

Trago fuego líquido, me propongo mantenerla adentro, metabolizar esta lava volcánica que lucha para brotar fuera de mí. Me siento en posición de loto sobre el almohadón, con mi colchita. Miro a todo el mundo, con baldes de emergencia al lado, en silencio. Cierro los ojos, me concentro en la música de relajación hindú que suena… no siento nada extraño, además de burbujas calientes en mi interior… minutos después ya se comienzan a escuchar los primeros vómitos, yo mismo siento a la bebida limpiando por dentro, quemando y buscando salida del cuerpo tóxico, pero medito sobre esa sensación, pienso en el vómito ¿qué es lo que voy a expulsar? Veo que es la realidad la que me provoca arcadas, más que la planta, me da asco el mundo, veo miserias, tengo sentimientos tan amargos, veo mezquindades… parece que haberme concentrado en ese pensamiento impidió que vomitara.

En ese momento, trepan hacia mi cabeza pensamientos aterrorizantes ¿Quiénes son estas personas? ¿Cómo fue que llegué a exponerme al punto de estar drogado e indefenso, encerrado en un cuarto con completos desconocidos? que seguro son demonios. SÍ, los veo como demonios, una nube oscura y espesa que se apodera del lugar, abro los ojos y veo a uno de los cuidadores, desde lejos, desde la oscuridad me mira con ojos terribles, él puede leer mi mente, entiende lo que pienso, me desarma entero con esa mirada, muero de miedo. No tengo forma de escapar, mi cuerpo ya no me pertenece ¿Y mis pertenencias personales? ¿Dónde las dejé? Ah sí, nos hicieron dejar todo en otro cuarto… me las van a robar, para eso armaron todo esto, drogarnos y robarnos. Van a empezar a violar a las mujeres, las van a tratar, esta es una secta de trata de personas… si digo algo, si saben que los descubrí me van a matar, el hombre que me mira está adivinando mis pensamientos… el vikingo a mi lado tiene que ayudarme, es enorme, es fuerte… ¿y cómo sé que no están todos complotados? Claro, ahora lo entiendo todo, él es un reclutador perfecto, con su cara de yo no fui, quién desconfiaría de un blanco del primer mundo, viajado, políglota… ¡tal vez ni siquiera es gay!

Todo es una mentira, mi vida es una mentira, siempre lo fue… La música ya no es angelical, estoy en el infierno, estoy muriendo, siento mi carne pudriéndose, ya puedo sentir el olor a podrido de mi carne, ¡son horribles! yo debería matarlos a todos. Yo soy horrible, siempre fui tan egoísta, un monstruo ¿entonces soy yo el que quiere matar? ¿Soy yo el que es capaz de robar? ¿De abusar? Mi cuerpo se muere, y no puedo evitarlo. Voy a morir acá, listo, lo acepto, voy a morir como cualquier otra persona, como cualquier hijo de vecino… no veo luz, sólo oscuridad. Y qué me importa entonces si me roban, o si ellos me mintieron, tengo una verdad absoluta ahora, que es mi muerte, después de todo siempre hice lo que quise, and I DID IT MY WAY… al menos eso, siempre fue inevitable para mí la libertad, la busqué y la ejercí, brindo por eso. Abrazo la oscuridad de la muerte, el fin, ahora puedo descansar. Esto es todo.

Ese exacto momento en que acepto mi muerte, cuando la celebro, una energía vital resurge en mi interior. Desde lejos escucho la música, es otra vez invitante, divina… es como si hubiese descendido a los infiernos, pero los sonidos me llaman desde la vida, me guían para que elija la vida. Entiendo que estamos vivos gracias a cosas muy simples… gracias a la música que resuena en el cuerpo y nos ubica en la palmera, gracias al aroma del palo santo. Los estímulos del exterior son mapas que te atraen de vuelta a este plano sensible.

Comprendo que estamos vivos porque podemos experimentar estas sensaciones. Al haber traspasado tanto miedo, al haber muerto de miedo, necesariamente me aferro a la vida. Con una potencia que no conocía, es como si la muerte me hubiese inyectado un flujo vital desbordante. Siento un placer sexual, todos mis sentidos abiertos, una alegría profunda, agradecimiento por poder resonar en mí la música, por no haberme perdido en la oscuridad, haber encontrado el camino de vuelta.

Clarice Lispector dice algo como «tuve miedo del pensamiento de los demás cuando descubrí mi propio pensamiento»… Miro a mi alrededor y están todos bien, todos habían muerto como yo en su infierno personal. Todos valoramos mejor la vida, ya no hay miedo. Todo es pura posibilidad, voluntad de vivir. Ha pasado una hora aproximadamente en el mundo, se prepara la nueva dosis para continuar el viaje, que desde ahora será placentero, alucinante y sanador.

Segunda dosis: VIAJE ASTRAL

Aún después de haber sufrido tanto, estoy como quiero, elijo continuar el proceso y bebo la segunda dosis. Me acomodo en mi lugar, cierro los ojos. Varios minutos pasan y nada, sólo paz y música instrumental indiana… me espanto una mosca que me revolotea, se aleja y vuelve, no es una mosca, cerca de mis oídos siento su aleteo, la espanto y vuelve, es un insecto más grande, pero no puedo verlo con los ojos abiertos, al cerrarlos ahí es cuando realmente la veo: es como una campanita, brillante que me da vueltas por la cabeza, la sigo como al conejo blanco de Alicia, pero tiene una velocidad increíble, y de repente ¡yo también! Abandono la habitación volando, la ciudad entera queda atrás, ¡estoy viajando sobre mares, montañas, cataratas! Se me pierde de vista, y paso a través de nubes, y salgo de la Tierra, las imágenes ya no son descriptibles, son figuras geométricas, coloridas y luego surreales, sinsentidos que se mezclan y no puedo entenderlas, no estoy siendo capaz de centrar mi atención… vuelo tan rápido que me da vértigo, otra vez ganas de vomitar, como arriba de una montaña rusa! Uooooooooo, muy rápido, no sé cómo parar, hasta que me toco con las manos la rodilla en este plano y ahí sí, la velocidad disminuye, mis rodillas siempre fueron de una gran sensibilidad, descubrí que abriendo los ojos también pongo un freno… y así puedo controlar el vuelo cuando se pone muy acelerado.

La música va creando imágenes, y dominando el ritmo del viaje astral… veo planetas junto con caras, seres que van nadando cerca de mi, pero cuando quiero mirarlos no los comprendo, dejo de entender, comienzo a adorar… estamos en el agua, o en el espacio, y comienzo a ver cosas que había leído o pensando días anteriores a la ceremonia, todas las últimas caras, y películas, o conversaciones van apareciendo, Clarice Lispector, mi amigo Marcelo Uehara que en paz descanse, siento su voz que me recita proverbios japoneses, la provincia donde nací la veo desde el espacio y mientras me voy acercando toma la forma de mi madre, veo que toda la extensión de la provincia es mi madre, y entro a la tierra, aunque de repente estoy dentro de las venas de mi madre, y soy su sangre uououuo. Entonces entro de nuevo a la habitación donde estamos todos meditando, veo mi cuerpo como por fuera de él, veo mi rostro verdadero, el interior, que no se corresponde con el de la carne, me realizo una cirugía en la carne del rostro para que se parezca al que realmente soy… voy percibiendo la existencia como un todo, que es organizado de alguna forma en este plano de consciencia, que es sólo una de las formas mínimas que tenemos de vivirlo, sin volvernos dementes.

En lo sucesivo…

A esa primera experiencia, siguieron otras, y comencé a percibir muchas mejorías en mi estado anímico, en mi aspecto físico, radiante como hacía mucho no me sentía. Más fuerte, y sexual que un potro, saludable como una yegua que acaba de parir. Personalmente me sentí en conexión con una verdad profundamente personal. Ver el mapeo del viaje que mi energía ancestral está haciendo, me permitió a su vez hacer futurología.

De ninguna manera intento decir con esto que la toma de ayahuasca reemplaza tratamiento alguno, pero lo recomiendo a todo el mundo más allá de su serología, porque de alguna manera, encontrar ese caos perfecto, es un détox mental y físico, te deja las ideas claras, la piel limpia, el rostro ordenado. Ver ese plano tan eterno, bello y polimorfo, tranquiliza, sube las defensas.

*Por Felix Olvido para La Tinta

Palabras claves: ayahuasca, Medicina Natural, uso medicinal

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