Para la Justicia, 15 años no es nada

Para la Justicia, 15 años no es nada
7 febrero, 2017 por Redacción La tinta

La de la imagen es Rosa. Su mirada quedó clavada en aquella tarde del caluroso, asfixiante e insoportable 20 de diciembre del 2001, cuando el poder se cobró la vida de su hijo David Moreno. Mañana debía iniciar el juicio pero la Justicia pospuso el proceso por tiempo indeterminado.

Por José Fernández

Testigos de la crisis

Posiblemente las nuevas generaciones no sepan o no tengan noción del estado en que las recetas neoliberales de los noventa dejaron nuestro país. El nivel de desocupación desesperante (que batía todos los récords históricos) era la característica principal de nuestros días. La geografía de la hambruna sería de 18 millones de personas bajo la línea de pobreza y poco más de 6 millones de personas bajo la línea de indigencia. Se estima que por aquellos años, más de 8 millones de niñas y niños vivían en la pobreza.

Es posible que quienes no hayan vivido esos años no lo puedan dimensionar, como las cosas que no se viven en carne propia, pero eso no los deja al margen de saber, conocer lo que ocurrió en aquellas jornadas, donde en tan sólo 48 horas los poderosos, la clase política, sus gobiernos, vía las fuerzas represivas se cobraron la vida de casi un centenar de personas en nuestro país.

«La geografía de la hambruna sería de 18 millones de personas bajo la línea de pobreza y poco más de 6 millones de personas bajo la línea de indigencia. Se estima que por aquellos años, más de 8 millones de niñas y niños vivían en la pobreza»

Ella es Rosa, una madre más, una mujer trabajadora sencilla que ama la vida y que todas las mañanas se pregunta ¿por qué?. A simple vista y escuchando su tono de voz, pareciera que es una mujer frágil, pero en estos quince años ha demostrado junto a Eduardo, su compañero de toda la vida, que es de una entereza y fortaleza que pondría en jaque la valentía de más de uno que alardee de ser corajudo.

Fernando De La Rúa era presidente por la Alianza, un espacio conformado por la UCR (Unión Cívica Radical) y el FREPASO (Frente País Solidario) -un espacio progresista- una fórmula que a poco de caminar mostró que no alcanzaba con juntarse por el espanto a lo vivido en los ´90 y que al poco tiempo de cogobernar el país se encontrarían aplicando obedientemente la continuidad de los dictados del Banco Mundial y el FMI.

El siglo nuevo será testigo de las fisuras y desmembramiento interno de la Alianza y pronto la hegemonía de la UCR se mostrará con fuerza y con ello vendrá el super ministro de Economía Domingo Cavallo para traer el corralito a los ahorros y la fuga de capital que benefició a la Patria Financiera reventando a la Patria laburante. Se estima que para el 2001 eran unas 7 millones las personas desocupadas en la Argentina. Al final de los dos años de gobierno de la Alianza, la deuda externa ascendería a 144 mil millones de dólares y cada argentino debería aproximadamente unos 3500 dólares.

Balas de plomo

David Moreno tenía 13 años, le gustaba jugar al fútbol y salir a pescar. Su madre lo recordará siempre con una particularidad, le gustaba atrapar los globos que se tiraban para las fiestas. Ese año había terminado primer año del secundario y se había llevado unas materias, pero para tranquilizar a Rosa, le prometió que para el año siguiente se pondría las pilas y no se llevaría ninguna. Ella lo miró con amor y dejó que el compromiso la calmara.

David, como todos los chicos de su edad le gustaba jugar, divertirse, y la curiosidad lo impulsaba, lo llevaba como el viento.

Nada de que lo que se veía en la televisión la noche del 19 de diciembre, la gente agolpándose en las escalinatas del Congreso de la Nación en Buenos Aires pidiendo que se vayan todos, ni la declaración de Estado de Sitio en un lánguido discurso de De La Rúa, ni la violenta represión y primeros muertos, harían de suponer a la familia Moreno que la criminalidad de la política represiva dictada por el ministro del Interior Ramón Mestre y aplicada en nuestra provincia por el gobernador José Manuel De La Sota llegarían al punto de asesinar a su hijo la tarde del 20 de diciembre.

Según el INDEC, en Córdoba el nivel de pobreza alcanzaba el 40% y la indigencia el 13% de la población. Para abril del 2002 la desocupación a nivel nacional estará en un 23%, la pobreza en un 49% y la indigencia en un 17,8% a nivel nacional y como correlato de ello la desnutrición infantil trepaba a más del 18%. Nada quedaba en pie, salvo aquellos que por desesperación o por necesidad de subsistencia salían a las calles para encontrarse con otros para sobrevivir.

Piqueteros (desocupados auto-organizados), fábricas y empresas recuperadas por sus trabajadores, circuitos de economía paralela donde el trabajo tenga algún valor como los fueron los clubs de trueque donde llegaron a participar 400.000 personas. Asambleas, espacios políticos no contaminados con la politiquería de punteros y burócratas para pensar otras lógicas de vida, fue la contracara del efecto no deseado en la estrategia neoliberal.

En barrio Argüello, en la Villa 9 de julio y sus alrededores, todo el 20 de diciembre corrieron rumores de que se entregarían alimentos en los supermercados, la versión siempre corrió de boca en boca, y algo de cierto había. Ante la oleada de saqueos que se producían en el país, y ante lo incontenible de la situación política y social, empresarios supermercadistas se reunieron para analizar la entrega de alimentos y desde el gobierno provincial se habían expresado en ese sentido. Entonces, las versiones que corrían por las barriadas cordobesas tenían sustento. Es por ello que en varios puntos de nuestra populosa ciudad los reclamos de alimentos se multiplicaban y el hambre no dejaba margen para análisis más finos. La madrugada del 20 de diciembre había renunciado el Ministro de Economía Domingo Cavallo, el país estaba en llamas y los muertos de la represión se sumaban de a decenas.

En la calle Piedra Labrada al 8.000 de Villa 9 de Julio se encontraba el Supermercado MiniSol y la tarde el 20 de diciembre la gente del barrio se agolpó en las afueras del negocio para reclamar alimentos. El lugar se encontraba cerrado, las persianas bajas y la presencia de la Guardia de Infantería anunciaba que nada bueno ocurriría allí.

Según la versión policial, la gente se encontraba allí para saquear y por eso dispusieron un operativo para reprimir a los vecinos. Al lugar había llegado David, la curiosidad sobre los dichos en las calles de seguro lo había llevado hasta las puertas del supermercado. 

Los primeros disparos de itakasos policiales no se hicieron esperar y en una mezcla de balas de goma y plomo la sangre popular comenzó a correr. David solo atinó a dar la vuelta y buscar escapar, pero la escopeta a repetición y sus perdigones no perdonaron al niño. Cinco puntos de impacto de plomo dieron en él, el más letal fue el que se encontró alojado en su nuca. Los otro cuatro lo atravesó de lado a lado en pierna, brazo y abdomen. Horas más tarde David moriría en el dispensario de Argüello y sería la primera de las dos víctimas de la represión en Córdoba.

El día del juicio

Quince años después y como todos los años, Rosa recuerda que fueron muchos los heridos en esa represión y que la peor parte le toco a su David. Rosa también recuerda que varios vecinos y vecinas le contaron después que la Policía ya venía cebada, que la noche anterior habían reprimido a varios que transitaban por el barrio y que esa noche, la anterior al asesinato de su hijo, ya se habían registrado heridos en esas emboscadas policiales.

Una vecina que regresaba de su trabajo al anochecer del 19 y que era llevada en el auto conducido por su marido, le toco vivir una escena dantesca, cuando un auto los encerró y desde el mismo comenzaron a dispararles. Una bala de plomo le fracturo su brazo el cual la salvó que no diera en su rostro. Luego supieron que ese auto y sus ocupantes se tratarían de policías de civil que se movían en la zona amedrentando a la población, para meterles miedo para que no salieran a la calle.

Rosa es la de la foto. Pide junto a su familia que no la dejen sola cuando comience a desarrollarse el juicio contra tres efectivos de la Policía en la Cámara Primera del Crimen. La que pide que no olvidemos, que no bajemos los brazos, que hagamos un esfuerzo más. Que espera un acto de justicia para que David pueda ir a jugar.

El juicio debía comenzar este miércoles 8 de febrero. Pero a menos de 48 horas de iniciar; a 15 años y un mes y medio de ser asesinado David; a poco más de 6 años de ser elevado el caso a juicio por la justicia provincial; el Poder Judicial pospuso sin fecha, el inicio del juicio.

«No dar una fecha pronta y clara de urgente juicio es una ofensa en el rostro de la familia de David, que nuevamente vive el desamparo, la brutalidad de un sistema que no tan solamente le arrebato la vida de su hijo, sino que insistentemente se mueve de modo patoteril y salvaje al dejar en suspenso el juicio», indicó el medio Mucho Palo Noticias.

*Por José Fernández. Foto: Mucho Palo Noticias.

Palabras claves: 19 y 20 de diciembre de 2001, David Moreno, gatillo fácil

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