Hartas y luchando

Hartas y luchando
25 noviembre, 2016 por Redacción La tinta

Ante tantas violencias hacia nosotras, este 25 de Noviembre volvemos a salir a la calle. La historia de las hermanas Mirabal y el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Por Redacción La tinta

Porque así lo legaron las mariposas

Luego de que el dictador Rafael Trujillo conociera a Minerva Mirabal durante un festejo oficial en junio de 1949, éste solicitó que se invitase a toda la familia Mirabal a los próximos eventos gubernamentales. Fue para la conmemoración del encubrimiento de América, el 12 de octubre de ese mismo año, cuando las Mirabal recibieron una carta de invitación que marcaría las vidas de las mujeres de esa familia para siempre. Imposibilitados de rechazarla, asistieron a los festejos oficiales.

El 25 de noviembre fue elegido como el día para conmemorar la No violencia en contra de las mujeres, en homenaje a las hermanas Mirabal.

Minerva, la joven opositora al régimen, se vio obligada a bailar en reiteradas ocasiones con el dictador, quien, infructuosamente, intentó cortejarla. Minerva no sólo lo rechazó como hombre -y seductor conocido- sino que además le solicitó que “deje tranquilo” a su compañero Pericles Franco. Fue éste el momento en el que una mujer desafió a una de las dictaduras más cruentas de América Latina, e hizo más fuertes a todas la mujeres del continente.
La lucha de las hermanas Mirabal contra la dictadura de Rafael Trujillo en República Dominicana durante los años cincuenta, superó las fronteras de su país natal, convirtiendo a las hermanas en símbolos mundiales de la libertad y referentes de la lucha feminista en América Latina.

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Ellas

Patria Mirabal, la hermana mayor (1924), era de temperamento cálido, muy hogareña, religiosa protectora de su familia. Minerva (1926) era de las hermanas la más excéntrica, intelectual y lideresa nata. María Teresa (1935), la niña mimada de la familia creció siguiéndole los paso a su hermana Minerva. Adela (1925), más conocida como Dedé, la única sobreviviente de las hermanas Mirabal, se mantuvo al margen del movimiento clandestino fundado por sus hermanas para derrocar a Trujillo.

Conocidas entre los organizaciones políticas que funcionaban en la clandestinidad como “Las Mariposas”, las Mirabal mantenían su imagen pública de amas de casa tradicionales mientras que de noche su hogar se convertía en lugar de reunión para idear planes, armar explosivos y organizar la resistencia.

“Tengo dos problemas, la Iglesia católica y las Mirabal”, supo sentenciar Trujillo. Antes de ser emboscadas, las tres hermanas volvían en su coche de visitar a sus maridos presos. Ya existían los rumores de que Trujillo las quería muertas. «Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte», respondía Minerva a aquellas sospechas. Fue el 25 de noviembre de 1960 que encontraron asesinadas a las tres hermanas y su chofer.

25 de noviembre: el día en que las mariposas salieron volando desde sus tumbas

bd90c8841ee06d40dd522ad5c577d13dEn 1981 se celebró el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en Colombia, en donde el 25 de noviembre fue elegido como el día para conmemorar la No violencia en contra de las mujeres, en homenaje a las hermanas Mirabal. Ese día, miles de mujeres reunidas se animaron a denunciar los distintos abusos de género que sufrían cotidianamente, aquellos a nivel doméstico y también las violencias perpetradas por los Estados, como la tortura, la violación y el acoso sexual, abusos padecidos por las hermanas Mirabal en República Dominicana a manos de Trujillo.

En 1999, la Asamblea General de Naciones Unidas designó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, instando a los gobiernos y organizaciones sociales a que esos días se realicen actividades que concienticen sobre las violencias hacia las mujeres.

Ellos no

Casi, casi que desde siempre las mujeres hemos denunciado las violencias hacia nosotras, las violencias sutiles, las invisibles, las no tan sutiles, las violencias explícitas, las que sufrimos puertas adentro, o en la calle, las violencias institucionales, las simbólicas. Todas hemos denunciado, las denunciamos y lo seguiremos haciendo hasta que dejen de existir.

Pero parece una misión imposible. Parece no importar qué tan fuerte alcemos nuestras voces. Parece no conmover lo suficiente que nuestra vida está a disposición de otro. Parece que negarnos, invisibilizarnos, callarnos, anularnos es un acto de dominación histórico que pretende seguirse reproduciendo. Que alimenta y profundiza un modelo político, económico y social de explotación y de exterminio. La lógica de dominación, acumulación y destrucción masculina que va contra la naturaleza, humana y no humana.

Más allá de las fabulosas recomendaciones de la ONU, de la OMS o del organismo que sea para acabar con la violencia, los índices de femicidios aumentan. Las políticas públicas estatales apenas hacen cosquillas al sistema patriarcal, sin impulsar modificaciones sustanciales y estructurales en el tejido social que permitan acabar con la violencia hacia nosotras (claro por poco nos olvidábamos que los Estados son fundamentales para el sostenimiento del sistema capitalista y el patriarcado).

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Nosotras sí

Ha sido, es y seremos las feministas, en un sentido amplio y amoroso, las que vamos entramando, tejiendo y construyendo otras posibilidades, formas de resistencia y autocuidado, construyendo políticas en femenino. Somos muchas desde nuestros territorios de lucha y resistencia las que vamos torciendo estas relaciones de dominación que nos imponen en cada geografía, en cada tiempo histórico.

Preguntamos ante aquello que está naturalizado. Discutimos las morales. Planteamos que lo personal es político. Problematizamos lo público y lo privado. Amamos la diversidad.

Renacemos de las cenizas de las brujas, nos convertimos en mariposas y nos vamos encontrando en vuelos infinitos de libertad y rebeldía. Vamos entramando-nos, alzando nuestra voz, desdibujando fronteras y construyendo un mundo nuevo. Un mundo al que pertenecemos. Un mundo sin violencia.

* Por Redacción La tinta

Palabras claves: 25 de Noviembre, Hermanas Mirabal, Violencia de género

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