«Consumir es un acto político»

«Consumir es un acto político»
18 noviembre, 2016 por Redacción La tinta

Cada vez se habla más de alimentos orgánicos y agroecológicos. Sumado a que todos los sábados por la mañana se realiza la Feria Agroecológica en el “bosquecito” de la Universidad Nacional de Córdoba, es más común ver este tipo de productos no solo en las dietéticas o negocios especializados, e inclusive por estos días hay una Feria en el marco de la Semana Gastronómica que organiza la Municipalidad de Córdoba. En esta marea de opciones es importante saber cómo es desde adentro, la construcción diaria para poco a poco, correrse del modelo actual de producción.

Orgánicos de mi Tierra es un almacén de alimentos y productos agroecológicos. Funcionan como un colectivo de trabajo autogestivo que ofrece artículos “naturales, libres de residuos tóxicos procedentes de pesticidas, antibióticos, fertilizantes sintéticos, aditivos y conservantes”. Trabajan con pequeños productores que elaboran todas las semanas alimentos frescos y además tienen un stock de alimentos de almacén. Intenta que los precios sean lo más bajo posible para llegar a la mayor cantidad de economías posibles.

La Tinta habló con Sofía, una de sus integrantes y fundadoras, que nos contó que el colectivo está formado por dos grupos en uno. “Uno se encarga de los Nodos -lugares donde se retiran los pedidos- de Güemes, Barrio Alberdi, los envíos a domicilio y la Feria Agroecológica de Río Ceballos. El otro se encarga del Nodo Alta Córdoba, Nodo Nuñez, y la Feria Agroecológica de Córdoba”.

Sofía explica claramente, cuál es el objetivo general, “seguir creando conciencia, expandiendo conciencia, no solo para quien consume, sino para quien produce, para que sepan que hay un mercado de gente que está pidiendo alimentos libres de agroquímicos, sin conservantes, sin pesticidas. Animar a más productores a que produzcan de esta forma, porque hay un mercado”.

fot_2862Los comienzos

La semilla de Orgánicos de mi tierra, germinó como «Volver a mis Raíces». En 2012 Sofía junto a dos amigas nutricionistas, armó “un Centro holístico hecho muy a pulmón. Dentro de este espacio había terapias alternativas, consultorio de nutrición consciente y el almacén de alimentos agroecológicos”. Un tiempo después decidieron enfocarse en alimentos libres de agroquímicos, “por salud y por la consciencia de que los agrotóxicos desertifican nuestra tierra, envenenan nuestra agua y nos envenenan”.

fot_2825Recuerda que en la puerta del Centro había un cartel que decía “alimentos orgánicos” y cuenta que en aquellos años “las personas que entraban nos preguntaban que era orgánico y explicábamos, pero como entraba poca gente pusimos un cartel que decía ‘dietética’. Una vez que las personas entraban, contábamos de que se trataba”.

La agroecología es un poco más amplia, tiene una mirada más integral, significa diversidad de cultivos, revaloriza saberes ancestrales, y aplica tecnología que permitan producir de forma sustentable y saludable, respetando la diversidad y la cultura.

Luego de algunos años cada una siguió su camino y Sofía decidió continuar con los alimentos, ya a través de facebook y el mail tenía un almacén online. Ella dice que cuando decidieron el nombre no conocía la diferencia entre agroecológico y orgánico, sino el nombre hoy sería agroecológico. Porque lo orgánico es certificado, para que algo sea orgánico una empresa tiene que certificarlo. “Nosotros no buscamos que sea certificado, buscamos que los alimentos sean agroecológicos, porque lo orgánico puede ser también un monocultivo”. La agroecología es un poco más amplia, tiene una mirada más integral, significa diversidad de cultivos, revaloriza saberes ancestrales, y aplica tecnología que permitan producir de forma sustentable y saludable, respetando la diversidad y la cultura.

Comercio justo

Orgánicos y otros colectivos de este tipo, trabajan con el comercio justo. Sofía explica que esto “significa que los alimentos que ofrecemos vienen de la agricultura sustentable, son alimentos de calidad y se lo informamos a los consumidores. Otra de las características que tiene el comercio justo es que rechazamos la explotación laboral tanto de otras personas, como la de nosotros y nos aseguramos que los alimentos que trabajamos provengan de granjas donde no exista la explotación”.

Los alimentos que ofrecemos vienen de la agricultura sustentable, son alimentos de calidad y se lo informamos a los consumidores. Rechazamos la explotación laboral tanto de otras personas, como la de nosotros y nos aseguramos que los alimentos que trabajamos provengan de granjas donde no exista la explotación.

Así, por lo general trabajan con pequeños productores, cooperativas o colectivos de trabajo como la de ellos. Este término de comercio justo es uno de los pilares de la Feria Agroecológica también. La ventaja es la de un comercio más solidario no solo para quien consume, sino para quien produce.

Porqué comer agroecológico

“Consumir es un acto político, si nosotros consumimos alimentos que no sabemos de dónde proceden o cómo fueron producidos, capaz que avalamos fumigaciones en campos, fumigaciones a nuestros hermanos” explica Sofía. Y sigue enumerando razones para elegir lo agroecológico: “para que no envenenen a nuestra gente, para que no nos contaminen el agua, para que no desertifiquen nuestra tierra, en definitiva es una cuestión de salud”.

Consumir es un acto político, si nosotros consumimos alimentos que no sabemos de dónde proceden o cómo fueron producidos, capaz que avalamos fumigaciones en campos, fumigaciones a nuestros hermanos.

Argentina es el segundo productor de orgánicos en el mundo, primero es Estados Unidos. ¿Cómo se explica esto es un país invadido por soja y agroquímicos, donde no se tiene tanto conocimiento sobre este tipo de alimentos? Estados Unidos usa lo producido para consumo interno y Argentina exporta casi todo a Europa.

fot_2824En ese contexto, La Feria Agroecológica que pasó de realizarse cada 15 días a todos los sábados en Ciudad Universitaria -a la que que cada vez asiste más gente-, sumada a la que se organizó en el marco de la Semana Gastronómica, con el apoyo del Ministerio de Agricultura de la Nación, de la Universidad Nacional de Córdoba, la Universidad Nacional de Villa María, el INTA, el INTI y la Secretaría de Agricultura Familiar, podrían significar quizás, cierta toma de conciencia.

Esa posibilidad no nace de un repollo, es impulsada por años de construcciones colectivas como la de Orgánicos de mi tierra, para alcanzar la soberanía alimentaria. Para corrernos de la forma de producción asesina y que se cumpla el derecho de todas las personas a alimentos nutritivos, accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica. Sofía concluye: “Comer sano, comer sin agrotóxicos, es un derecho de todos, no solo de una elite que lo pueda pagar”.

Palabras claves: agroecología, soberanía alimentaria

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