«Vamos a seguir estando y nos vamos a seguir besando»
El próximo sábado 12 de noviembre será la 8º Marcha del Orgullo en Córdoba. La cita es a las 18 en el Parque Las Heras. Compartimos una entrevista a Fabi Tron, activista lesbiana y militante feminista.
En las últimas semanas las calles de Córdoba fueron copadas por aquellas que se organizan contra la opresión. El 19 de octubre se vivió una jornada de lucha nacional contra la violencia machista en la que miles gritaron #NiUnaMenos y #VivasNosQueremos. Allí, denunciaron a los gobiernos como responsables de la alarmante situación de femicidios y violencia hacia las mujeres, tanto a Mauricio Macri como a Juan Schiaretti.
Luego del «besazo» organizado contra la represión policial hacia dos muchachas que se estaban dando un beso en la Plaza Colón, otra vez denunciaron fuertemente al gobierno de Unión por Córdoba por el inconstitucional Código de Convivencia y sus figuras arbitrarias como la de «tocamientos indecorosos».
En la provincia donde fueron asesinadas Pepa Gaitán por ser lesbiana y Laura Moyano por ser trans, el portal La Izquierda Diario dialogó con Fabi Tron, activista y militante por los derechos de las y los disidentes sexuales y las mujeres.
¿Cómo empezó tu activismo?
Hice la secundaria en dictadura, militaba políticas de derechos humanos. A fines de los 90 empecé a militar en una iglesia de extracción protestante que tenía un ministerio para gays y lesbianas, yo estudiaba teología, iba a ser pastora protestante, pero finalmente me asumí torta y dejé. En el 95 empecé en Lesbianas a la Vista, casi no había lesbianas visibles, por eso le pusimos ese nombre. No porque queríamos que todas las lesbianas se hicieran visibles y salieran del clóset, sino porque hacíamos una apuesta política a las lesbianas porque entendíamos que dentro de la comunidad LGTTTB éramos las más invisibilizadas y también dentro del feminismo.
¿Cómo era tu relación con Lohana Berkins?
Fue una compañera muy querida, la conocí en el año 95 en unos encuentros que se realizaron en el bar Tasmania, que fueron la base de lo que después se vino a llamar movimiento LGTTTB de Argentina. Hasta ese entonces sólo había grupos de gays que surgieron en los ochenta después de la dictadura, algunas organizaciones de travestis, y casi ninguna de lesbianas, estaban “Las lunas y las otras”, agrupación de lesbianas feministas que no articulaban ni con gays ni con travestis. En esas reuniones conocí a Lohana, a Belén Correa y a Nadia Echazú. Cuando las vi contar sus vulnerabilidades y lo difícil que era su vida, la persecución de la Policía, y me quedó -claramente- la idea de que había que militar en alianza con las chicas.
Con Lohana milité en Acción Política LGTTTB, donde organizamos la primera contramarcha del orgullo en el año 2003. Luego, por nuestras diferentes apreciaciones sobre el trabajo sexual nos distanciamos, pero nos quisimos mucho.
¿Cómo surgió la contramarcha del orgullo?
La consigna era “contra el capitalismo y el patriarcado”, y nació porque las marchas habían perdido todo su carácter político, con consignas vacías como “a brillar mi amor”. Ahí se hicieron más evidentes las diferencias entre los grupos más “asimilacionistas” que hacían marchas con mucho show que cobraban sponsors, estaban financiados por empresarios y políticos, cuando lo único que hace falta para marchar son personas que caminen; y por otro lado los grupos más de izquierda que eso -claramente- no era lo que nos interesaba militar. Acá en Córdoba en los últimos años también se despolitizó demasiado, se perdieron algunas consignas, particularmente el año pasado creo que se vio esa división más marcada entre la Comisión Organizadora y su marcha kirchnerista y las agrupaciones más de izquierda. Se perdieron consignas, el primer año estaba muy presente la Pepa Gaitán, pero después nadie más de la organización volvió a visibilizarnos y en Córdoba nos siguen matando.
También es necesario pensar qué justicia queremos cuando hablamos de justicia. Si seguimos exigiendo castigo, me parece que hay un problema.
¿Cómo ves al colectivo LGTBI?
Mi posición es que el movimiento LGTTTB no existe como tal. Me parece que hay dos lineamientos o dos posiciones antagónicas. Uno más ligado al de los derechos civiles, las organizaciones creadas en los 80 y posteriores -como la FALGTB- que tienen la línea de disputarle derechos al Estado, una posición asimilacionista, no critican al sistema, sólo reclaman los derechos. Y otra posición de izquierda que hace una fuerte denuncia al capitalismo y al patriarcado o a la heteronormatividad obligatoria, que trabaja en alianza con otras organizaciones sociales. La primera contramarcha fue en el 2003 y la pancarta que teníamos decía “Contra el capitalismo y el patriarcado”.
Los sectores LGTTTB más aliados a la izquierda es importante que repensemos alianzas. En los últimos años en Córdoba -y a nivel nacional- ha habido una explosión en las organizaciones y los partidos de su ala más disidente y feminista, hay mucha juventud militando y eso me encanta. Es necesario salir de los discursos triunfalistas que habitaron en la era K y asumir los errores cometidos para poder ir avanzando. Estamos en un contexto altamente represivo, si no pensamos otras estrategias nos quedamos atrás. Los sectores de derecha perdieron lo “políticamente correcto”, se sienten con una impunidad absoluta y pasan cosas como lo de las chicas en la plaza. Al igual que la Policía que ahora tiene esta herramienta de control como lo es el Código de Convivencia y su figura de “tocamientos indecorosos”.
Mi posición es que el movimiento LGTTTB no existe como tal. Me parece que hay dos lineamientos o dos posiciones antagónicas. Uno más ligado al de los derechos civiles, que tienen una posición asimilacionista, no critican al sistema, solo reclaman los derechos. Y otra posición de izquierda que hace una fuerte denuncia al capitalismo y al patriarcado o a la heteronormatividad obligatoria”.
¿La igualdad ante la ley es la igualdad ante la vida? ¿Por qué sigue habiendo homolesbotransfobia?
Las leyes están, y están bien. Muchas veces llegando tarde a los procesos sociales: la ley de aborto va a llegar tarde. Hay un sector de derecha, de los sectores religiosos, donde la moral judeo cristiana hegemoniza hasta la televisión. El programa de Moisés y los diez mandamientos es una prueba bizarra de como presentan a esa religión como si fuese la verdad absoluta. Es una propaganda muy fuerte que sirve para seguir alienando gente, proponiendo ilusiones y fantasías, para que la gente deje de pensar que se caga de hambre, que no tiene laburo.
También sucede que hay gente que no entiende el concepto de heterosexualidad obligatoria. No sólo gente de la derecha que -claramente- no lo va a entender, sino también de grupo de mujeres y feministas. La heterosexualidad obligatoria nos ataca a todos y nos juega desde el lado represivo, por eso a la gente le cuesta tanto salir del closet. Hay un montón de laburo por hacer, es fundamental tomar la lucha contra la homolesbotransfobia en todas las organizaciones, insistiendo con la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral.
La disputa va por ahí, por destruir cuestiones de moralidad y entender que la heteronorma es algo que nos afecta a todos: gays, lesbianas, travestis, y también heterosexuales porque les impone una manera de ser, de tener sexo, les impone un modelo de familia y de relacionarse, que los oprime también a ellos.Después del caso de las chicas de la plaza y el “besazo”: Ni código de faltas ni código de convivencia
Es una consigna propia de los pibes que se organizan contra la represión policial y que tiene que ver con que le lavan la cara al Código de Faltas, le ponen un nombre que aparece como más democrático, supuestamente le sacan el carácter “criminalizador” porque cambian “falta” por “convivencia”, pero le sigue otorgando a la policía con esta figura vaga y ambigua -que no es solamente la de “tocamientos indecorosos”- poder para reprimir. Y ya sabemos a quiénes van a reprimir: a los pibes de los barrios, a gays, lesbianas, travestis, a las y los migrantes. Quieren controlar que los sectores populares no lleguen al centro y quieren controlar también nuestro deseo. La policía sirve para sostener un sistema de mafias enquistado en los niveles más altos de poder.
¿Por qué consignas marchas en esta Marcha del Orgullo?
Claramente la consigna principal tiene que ser contra la homolesbotransfobia. También denunciar a la Policía y el Código de Convivencia. También en contra del ajuste del neoliberalismo, porque son sistemas que nos oprimen doblemente: capitalismo y patriarcado.
Tenemos que salir a la calle hoy más que nunca para mostrarle a todos estos sectores que si les jode nuestra presencia, vamos a estar ahí, vamos a seguir estando y nos vamos a seguir besando.Como mencionamos, el próximo sábado tendrá lugar la octava Marcha del Orgullo de la ciudad de Córdoba, donde nuevamente se desplegará en las calles la disidencia sexual. Salen a marchar por su derecho a vivir su deseo y su sexualidad libremente. La cita es el 12 de noviembre a las 18 en Parque Las Heras.
Fuente: La Izquierda Diario / Fotos: Gastón Malgieri