CONICET: la lucha continúa
Tras la aprobación en Diputados del presupuesto 2017, que prevé una reducción para el área de ciencia y tecnología, en el CONICET preocupa la continuidad del ingreso a carrera de investigador así como el rumbo que pueda tomar el desarrollo científico y tecnológico local.
Con media sanción en Diputados y próximo a tratarse en la Cámara de Senadores, el proyecto de Ley de Presupuesto 2017 genera preocupación en el ámbito científico y tecnológico. Si bien tras la movilización de la semana pasada en rechazo del recorte presupuestario el oficialismo incorporó un aumento de 1.290 millones con destino a la función de Ciencia y Tecnología, en el CONICET se presume que para el año próximo peligra la asignación de nuevos ingresos a carrera de investigador.
“Hay una reducción importante para la función de ciencia y técnica en total”, advierte Roberto Salvarezza, que fue presidente del CONICET hasta diciembre de 2015. “Los 100 millones de pesos que se agregaron a los 10.100 millones originales previstos para el CONICET solo ayudan para el pago de los sueldos de los 900 investigadores que deben ingresar este año, de los cuales 400 todavía no han sido incorporados. El presupuesto previsto para el 2017, de poco más de 10.200 millones de pesos, debería elevarse en otros 600 millones de pesos para poder mantener en marcha los proyectos de investigación, obras de infraestructura y funcionamiento de los institutos”, agrega Salvarezza.
“Lo normal es que no haya plazos para los ingresos ni ningún tipo de precisión, nadie sabe nada hasta que llega la notificación de que vas a ingresar”, dice Gonzalo Sanz Cerbino, doctor en Historia Económica, y subraya que, según consta en los formularios que deben presentar para concursar, “nuestra designación depende de la disponibilidad presupuestaria y el resultado del concurso no obliga al CONICET a contratarte”.
Sanz Cerbino trabaja en el Centro de Estudios Urbanos y Regionales del CONICET, fue efectivizado en abril, en la primera tanda de alrededor de 50 ingresantes a carrera, y reconoce que “tuvo suerte” ya que la designación se produjo tras una movilización que habían realizado junto a la agrupación Jóvenes Científicos Precarizados (JCP) para denunciar problemas en los ingresos y la intervención del Ministerio de Modernización en este proceso. “En las reuniones que mantuvimos con el directorio del CONICET nos habían dicho que los concursos estaban exceptuados, pero después nos dijeron que sí iban a pasar por Modernización, aunque no iban a tocar nada, y de repente empezaron a llegar pedidos de requisitos que no estaban en los concursos”, recuerda el investigador y ejemplifica que, uno de ellos, era solicitar el título de doctor, algo que en las universidades nacionales suele tardar entre dos y tres años, y del que en general se deja constancia mediante un certificado de título en trámite o de defensa de la tesis doctoral.
“Pensar en nuevos ingresos cuando hay 400 que no se efectivizaron y no tenemos noticias de lo que va a pasar nos parece algo bastante improbable”, dice Lucía Maffey, becaria doctoral del CONICET en el área de biología y parte del grupo de JCP, y agrega que están esperando las designaciones de los compañeros que se han presentado a la convocatoria de este año. “Para esta fecha ya deberían estar los resultados pero seguimos sin novedades, y creemos que tiene que ver con esta situación presupuestaria”, sostiene.
Salvarezza coincide en que, a diferencia de otros años, por ahora no se conoce la cantidad de investigadores que ingresarán el año que viene: “El concurso ya está hecho, la gente se presentó y fue evaluada, pero no sabemos cuántos de ellos se van a poder incorporar el año próximo porque los cargos no aparecen explícitamente en el Presupuesto 2017, aunque seguramente asistiremos a una marcada reducción del número de ingresantes”, asegura el especialista, que actualmente se desempeña como director del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA), que depende del CONICET y de la Universidad Nacional de la Plata (UNLP), y advierte que “si no tenemos los resultados del concurso 2016, tampoco está claro que podamos convocar a otro nuevo en diciembre”, para que se presenten los postulantes que deberían ingresar en el 2018.
¿Ciencia para quién?
El CONICET es el principal organismo dedicado a la promoción de la ciencia y la tecnología en la Argentina y una de las estructuras más grandes del Estado. En diciembre de 2015 contaba con 232 institutos, 9.236 investigadores, 10.092 becarios y un plantel de 4.137 empleados entre personal de apoyo y administrativos.
“Lo que esta ocurriendo con el presupuesto marca que el año que viene va a ser más complicado ingresar al CONICET, lo que significa que un montón de becarios que fueron financiados en sus proyectos de investigación durante cuatro, cinco y hasta ocho años, de repente van a tener que salir a buscar trabajo de otra cosa, lo cual es lamentable porque son recursos que se van a desaprovechar”, se lamenta Sanz Cerbino, y advierte que “lo peligroso de esta tendencia, que no empieza ahora, es que la ciencia en la Argentina termine siguiendo solo un interés comercial, que estemos financiando empresas que, en vez de poner sus propios científicos, se valen de los recursos públicos para tener gente investigando”.
Todo esto se produce en un contexto de cambios en el rumbo económico y político del país. “Este recorte sobre los ingresos fue preparado, anunciado y justificado”, dice Salvarezza. Y se pregunta: “¿Eestamos pensando que los investigadores van a ser empresarios, que el objetivo de los investigadores es dar trabajo y que deben ser evaluados por ello, como dijo públicamente el ministro? En estas condiciones de recorte e incertidumbre para la ciencia es muy probable que muchos doctores opten por seguir sus carreras fuera del país”.
Movilizados
Al cierre de esta nota, los diputados habían aprobado la Ley de Presupuesto 2017 y pasará el debate a Senadores. En los días previos se había confirmado un incremento del monto destinado a ciencia y tecnología de 1.290 millones de pesos y se había afirmado que los organismos de ciencia y tecnología quedarían excluidos de los artículos 6 y 7 del proyecto, de modo que se restablece a los organismos científicos la facultad de definir la planta de investigadores, técnicos y personal de apoyo, de manera autárquica.
“Para mí, el incremento de 1.290 millones otorgado es solo cosmético, nos han dado muy poco frente al fuerte recorte realizado. Lo más positivo de las modificaciones es que hemos logrado es que se levanten las restricciones que tenían los organismos de ciencia y técnica para incorporar personal, es decir, que no vamos a tener que pasar por el Ministerio de Modernización para hacerlo”, dice Salvarezza, y agrega que las mejoras logradas han sido “en función de los reclamos y la capacidad de movilización de los diferentes sectores: me parece que vamos a una etapa en la que tendremos que defender lo logrado en estos años a través del reclamo y la movilización”.
Para el viernes 4 de noviembre se espera otra protesta que va más allá de tema presupuestario. “Vamos hacia un plan de lucha más amplio, porque no está previsto ningún tipo de recomposición salarial, ni el fortalecimiento de la carrera de investigador científico, que es importante porque impacta en los demás escalafones que conviven dentro del sector”, dice Juan Pablo Sueiro, secretario general adjunto de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) Capital, que además es técnico del CONICET.
“La actitud pasiva, tanto del presidente del CONICET como del ministro Barañao, demuestran que, en la práctica, las políticas públicas se sostienen con decisiones políticas y con una persona determinada. El ministro debería dar un paso al costado y la comunidad no solo debería interpelar a los legisladores, sino también a los responsables de áreas”, concluye.
*Por Vanina Lombardi para Agencia TSS