Sonría: Usted ha llegado a los 70

Sonría: Usted ha llegado a los 70
11 octubre, 2016 por Redacción La tinta

La Facultad de Filosofía y Humanidades celebró sus 70 años, con una original puesta en escena que se llamó “La Casa de los Sentidos”. A cargo del grupo teatral No docente “Razones particulares” junto al “Multiclaustro” de docentes y estudiantes, el festejo tomó el Pabellón Residencial como su lugar icónico en Ciudad Universitaria, abrió sus puertas a la comunidad y apeló al más amplio sentido del humor para dejar correr situaciones desopilantes que también hablan de su propia historia.

“Algunas veces pasan cosas después de las cuáles los lugares, y las personas que los habitan, ya no son los mismos”, comentó Diego Tatián, decano de esta Facultad, después de haber recorrido cada una de las propuestas que se produjo en las distintas áreas y oficinas del Residencial. La noche del jueves 29 de septiembre -agregó el decano- “fue una noche mágica que va a quedar en la memoria de los espacios y de las cosas, además de en la nuestra. Una gratitud a todos los compañeros nodocentes que dejaron en el lugar de todos los días, una marca de alegría para siempre”.

Y ciertamente fue una noche distinta. Llena de risas. Llena magia.

Días previos a la celebración, con esa extraordinaria capacidad de contagiar entusiasmo, Carlos Szulkin fue el encargado de despertar las ideas disparatadas en cada una de las áreas que componen la Facultad. De esta manera se encargó de coordinar la participación y el desempeño actoral de quienes forman parte de sus tres claustros, y que al mismo tiempo decidieron, al menos por una noche, dejar de lado sus roles y rutinas para vestir el traje de los más variados y singulares personajes. En La Casa de los Sentidos uno podía toparse con gorilas, cocodrilos, burros, una orquesta, una murga, el hombre de la planta docente, un confesionario y un cura dentro de un ascensor en desuso y hasta la chica en bata celeste que no dejaba de preguntar dónde quedaba la pileta.

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Para muestra sólo basta un botón

Fueron 13 cuadros teatrales, cuyo escenario dinámico abarcó la planta baja, primer y segundo piso del Residencial. Uno de los cuadros más ovacionados fue sin duda la aparición repentina de la mismísima “Eva Duarte de Perón”. Desde la terraza de este Pabellón, el público pudo disfrutar de una Evita combativa, que apareció luciendo un saquito entallado blanco, vestido negro, rodete engominado y megáfono en mano, para recordar las siempre postergadas luchas de los “descamisados” y desde las alturas alentar para seguir peleando por la apertura de las paritarias.

Recordemos que el Pabellón Residencial fue construido originalmente como la residencia presidencial en Córdoba durante el primer gobierno peronista y su construcción estuvo a cargo de la Fundación Eva Perón.

Los docentes, con la actuación magistral de Marcelo Arbach, presentaron la intervención de “Diálogos platónicos”. Una actividad abierta donde cada plato funcionaba como un disparador de una idea conversatoria, como una exquisita ironía a los nunca bien ponderados intelectuales de elites.

filosofia8En el sótano del Residencial se podía observar “La amargadura”. Allí, una tríada de resoluciones de la última dictadura cívico-militar reflejaba la etapa más sombría y dolorosa que sufrió la facultad.

El Área Operativa y Mesa de entradas, por su parte, elaboró el cuadro titulado “las burocrantes”, donde la alegoría a la burocracia institucional quedó expuesta sin fisuras y de manera extrema.

El Área de Servicios Generales presentó “Haciendo fuerza con la Razón”, donde se podía observar el gran interrogante entre el cuerpo y pensamiento teórico-práctico.

Los estudiantes hicieron su gala con el cuadro “Los recontraformistas”: una performance sobre las retóricas manidas de las prácticas políticas, que genera la vida universitaria. En la cocina del Pabellón, se presentó “Agencia de intimidades”, en clara alusión a las historias mínimas que también se suceden dentro de la Facultad.

Por su parte, la Secretaría Académica mostró su costado más nutriente con “Cocina saca”, donde distintos platos de comida terminaban siendo el llamador más atractivo del estratégico lugar. El Consejo de Facultad compartió el cuadro “Empoderarte”, donde todo resultaba una desopilante experiencia neuropsicobiopolítica con el poder. En la sala de Vicedecanato, los compañeros de Biblioteca mostraron “Locoteca”, un espacio de expresión antibliotecario.

La pelea descarnada por los recursos financieros fue presentada por el Área Económica a través de “Ecofauna”, un lugar habitado por un cocodrilo, un gorila – o Mono Tributo– y hasta un burro a cargo del manejo siempre escaso del presupuesto universitario.

En uno de los vértices del segundo piso del Residencial, la oficina de Prensa quedó convertida en el lugar de los “De mentes”, donde la lectura paranormal de cabezas propias y ajenas, resultaban el medio más eficaz para una comunicación ágil, alegre y verdadera. También en el segundo piso, el Área de Concursos interpretó “Carga complementaria”, donde a través de la parodia, realizaron una crítica ácida sobre la seriación del sistema de concursos para el ingreso de docentes a la universidad.

filosofia13El humor como lugar de encuentro

“Las conmemoraciones sirven para repensar nuestra historia y también nuestro presente”, comenta Alejandra Castro, vicedecana de la FFyH. “Nos pareció interesante iniciar esa conmemoración de forma desacartonada, con humor. Con preguntas sobre nosotros mismos, sobre nuestras prácticas académicas e institucionales y los efectos que tienen. Pensar y reírnos juntos, sin jerarquías, fueron aspectos que se pusieron en juego para celebrar los 70 años. Se generó un espacio de encuentro entre docentes, alumnos, nodocentes y egresados, donde el Pabellón Residencial, – “La Casa los Sentidos” –, posibilitó hacer una memoria activa e imaginar futuros diferentes. Fue un momento donde trabajadores docentes y nodocentes, y también jubilados, vinieron a celebrar este aniversario sintiéndose parte de su historia. Sobre todo, porque esta Facultad sigue siendo parte de sus vidas. Fue uno de esos momentos en los que las personas y las instituciones se encuentran y se reconocen siendo al mismo tiempo protagonistas”.

La obra contó con una escenografía desopilante, música en vivo y un elenco de más de 50 actores. Hubo una importante participación de todos los que, de manera diaria, hacen al espíritu vivo que reina en esta Facultad, donde verdaderamente se logra esa familiaridad de sentirse en casa.

Para la profesora y ex vicedecana, Silvia Ávila, esta celebración la vivió como “la búsqueda creativa de otros modos de encontrarnos en la Facultad, en la que también me sentí convocada e involucrada. Fue como entrar a una dimensión mágica en la que esas cosas que nos reúnen todos los días, mostraron pliegues desopilantes. Dentro de ese ambiente me sentí con ganas de jugar ese juego, de sutilezas, conflictos, sorpresas y afectos entrañables. Fueron múltiples modos de ser Facultad, a mil kilómetros de las prescripciones institucionales, muy cerca de nosotros mismos y nuestra historia. Me pareció muy bueno que, aún entre esas risas y sorpresas, no faltara la memoria que también nos reúne, desde los sótanos. Fue una celebración donde logré sentirme muy feliz por ser parte de esta querida Facultad”.

Razones particulares

Carlos Szulkin asegura que haber llegado a una obra de semejante magnitud, se debe al trabajo que desde hace años viene desarrollando el grupo Razones particulares. Un grupo de nodocentes autoconvocados, que comienzan a reunirse a partir del año 2009.

filosofia12En aquella oportunidad, el interés estuvo enfocado principalmente en reconocer el recorrido histórico de este claustro, para comprender el sentido del día del trabajador nodocente, cuya celebración está fechada los 26 de noviembre. “Por aquellos días, la Universidad Nacional de Córdoba celebraba los 150 años de la publicación de El origen de las especies de Charles Darwin, texto que transformó en el modo de pensar la vida del ser humano en la naturaleza. En este contexto, Razones Particulares elabora y presenta el espectáculo El Origen de los No docentes, parodiando una suerte de explicación científica en relación a la evolución de las distintas áreas de trabajo nodocente de la FFyH. De allí en más, el grupo fue generando diferentes espectáculos, todos ellos presentados en los festejos del día del trabajador. Circo no docente (2010), fue una metáfora crítica en torno a los puestos de trabajo a partir del circo.

En el año 2012, momento en que la Escuela de Artes se separa de la Facultad de Filosofía y Humanidades, el grupo teatral presentó la Primera muestra de arte conceptual no docente Divorciarte, que consistió en una galería de arte montada en la sala B de Pabellón Residencial. Y en el marco de los festejos por los 400 años de la UNC, Razones Particulares logró producir un mini ficcional a partir de un doblaje de la película El nombre de la rosa, película basada en la novela de Umberto Eco.

Todo es un juego

“Razones Particulares buscó siempre generar un área de juego o un área intermediaria para construir identidad y poder colectivo. Un poder que permita cercanía, que habilite un espacio para mirar, reír, expresar y desde allí, simbolizar. Es decir traer una ausencia” –explica Szuklin, cuando habla de las motivaciones de la puesta–. “En este sentido, cada producción estuvo orientada, como dirían los célebres Berger & Luckmann, a desmontar, en alguna que otra medida, la rutina cotidiana –en este caso el “tempo” del trabajo–, para dejar que surjan unas cuantas preguntas a la familiaridad acrítica del devenir diario. Este tipo de experiencias contribuyen a la creación de nuevas subjetividades, pues tienen la potencialidad de pensar, imaginar y crear diferentes modos de ver el mundo”. En este sentido Suely Rolnik (pensadora de Brasil) habla de crear y buscar experiencias culturales que vallan más allá de la lógica repetitiva del mercado, que satura los espacios de intercambio, dialogo y comunicación.

En este contexto, Razones Particulares intenta inmiscuirse en la necesidad de que los trabajadores universitarios construyamos nuestra propia narrativa, nuestra propia manera de contar y re-contar lo que sucede y nos sucede. El propio Walter Benjamin, crítico y ensayista alemán, ha reflexionado sobre la necesidad de conquistar todas las narrativas posibles atento a la perdida y desaparición de la narración, como consecuencia del paso a las sociedades industrializadas y más aún, sociedades de la tecnología”.

filosofia4La casa de los sentidos

“La última creación del grupo fue “La casa de los sentidos”. Un trabajo que surgió a raíz de la celebración de los 70 años de la FFyH. En esta última experiencia, se pudo concretar un viejo anhelo del grupo: que la apuesta involucrase a todos los claustros. Quién puede dudar de la fuerza simbólica de los espacios. El Residencial aglutina, integra y ayuda a entretejer historias y narrativas de esta gran colectivo que es la comunidad de esta Facultad”, añade Szulkin.

25“De esta manera, la metáfora de “La casa” hizo lo suyo. A fin de cuentas “La casa” siempre habilita la idea de un lugar desde el cual partir y siempre que se pueda, volver. De allí en más el juego se abrió y logró borrar los límites entre actores y público, a partir de una puesta en escena a escala del propio origen del Residencial”.

Cuidado: funcionarios jugando

“¿Cómo pueden reírse de esto si es lo que hacen todos los días, su lugar de trabajo?, le escuchamos decir a uno de los visitantes que se animó a asomarse a la Mesa de Entradas de la Casa de los Sentidos. ¿Cómo le explicamos a ese joven que, precisamente, por trabajar todos los días en este espacio es que no sólo podemos sino que debemos reírnos, y con muchas ganas?”, comenta Clara Klimovsky, compañera nodocente del Área Operativa de la FFyH.

filosofia14“Quizás porque todos los días actuamos como ´inflexibles reproductores de las normas burocráticas que rigen el funcionamiento de las instituciones´, es que en esta ocasión, decidimos celebrar el aniversario número 70 de la Facultad de Filosofía y Humanidades, compartiendo la risa sobre nosotros mismos. Burlándonos de las normas absurdas que aún subsisten, apelando a la parodia, poniendo en escena, exagerando nuestras rutinas, incluso con la capacidad de romper nuestros propios prejuicios en relación al trabajo cotidiano en el reino de la burocracia. Dando vuelta los comportamientos almidonados de espacios consagrados al saber –la clase y la biblioteca- y al poder. El Pabellón Residencial, como sinécdoque de la FFy H, concentra un valor simbólico y afectivo muy fuerte para todos los que aquí trabajamos (e incluso, en no pocos casos, muchos de nosotros hemos estudiado en esta casa). En el Residencial habitan fantasmas; en sus pasillos y oficinas se oye el eco de las anécdotas de ex compañeros de trabajo, de autoridades; en sus escaleras resuenan los pasos de setenta años de vida. En la medida en que los nodocentes seamos capaces de “tomar por asalto”, con más frecuencia, los espacios en que habitamos todos los días, con sus lógicas e ilógicas, para mirarnos en el espejo que el juego nos ofrece, seguramente seremos capaces de resignificarnos para que en algún momento, no lejano, dejemos de ser nombrados por lo que no somos –nodocentes– y seamos definidos como lo que sí somos: funcionarios que sostenemos y hacemos funcionar la maquinaria infernalmente entrañable de esta institución en la que somos capaces de atender los teléfonos, incluso cuando no funcionan, y festejar un cumpleaños aún sin torta ni velitas”, concluye Clara Klimovsky.

De esta manera, la espontaneidad, la risa, la sonrisa y el encuentro entre colegas, compañerxs y amigxs, supo despojarse del lado acartonado y muchas veces solemne que aún suelen tener algunos festejos o reductos universitarios. Durante la noche del 29 de septiembre, el Pabellón Residencial de la FFyH se convirtió en una casa de puertas abiertas, donde esa gran familia que lo habita de manera cotidiana supo mirarse y mostrarse con humor, para contagiar un sinfín de emociones y risas colectivas. Tal vez la evidencia más creativa, libertaria y poderosa de sentir y saber reinventarse, luego de vivir y ser parte de sus 70 años de historia.

 

*Por Irina Morán para Alfilo. Fotografías: Lucía Barceló

Palabras claves: UNC, universidad

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