Martín bajo la lluvia

Martín bajo la lluvia
12 octubre, 2016 por Redacción La tinta

Se cumplieron 7 años del día en que Martín Palermo revivió a la Selección Argentina con un gol frente a Perú en el último suspiro. Su festejo bajo la lluvia es una de las mejores fotos del recuerdo futbolero nacional. Martín Palermo, el hombre que hacía llover.

“Se viene Zambrano… adivino”, dice Mariano Closs. Puede ser Solano, o Ballón. Puede ser cualquiera de los peruanos, porque la cortina gris azulada que forma la lluvia no deja ver más que una mancha roja que parece que cruza la mitad de la cancha con pelota dominada y que, según el relator, es Zambrano. Lo único que se sabe a esta altura, lo único que está clarísimo a través de la espesura húmeda que cae sobre el Monumental, es que se viene el empate de Perú y que, si eso pasa, la selección, el equipo de todos -Maradona en el banco incluido-, tendrá que ir a jugarse la clasificación al Mundial de 2010 en el Centenario de Montevideo. Eso que no se le desea ni al peor de los enemigos.

“Empatan, ¿eh? Empatan, ¿eh?”, repite Closs. Van 45 del segundo. “Sacala que empatan. Empatan. Empatan”, enloquece. Pero nadie la saca. “Empataron”, dice cuando Perú hace el gol. Y se queda mudo. Entonces, la patria futbolera imagina demonios brotando del piso en el Centenario en ocasión del partido y atándoles las piernas a nuestros delanteros, tirándole arena en los ojos a nuestro arquero, arrojando bombas de fuego sobre nuestro banco de suplentes. Cosas así. Si no ganamos en Uruguay, no habrá publicidad de la Quilmes salpicando ese patrioterismo berreta que tanto nos emociona, ni esperanza de Messi levantando una copa ni de Diego siendo campeón como entrenador.

Pero quedan 2 minutos y Argentina tiene un córner. Después de un par de vaivenes, la pelota le cae a Insúa, que remata. Cruza toda el área y, en el fondo, se recorta detrás de la lluvia una figura que empuja la pelota al gol. Mariano Closs no ve -no puede ver- con certeza quién es. A un par de cabinas de distancia, Sebastián Vignolo, que relata para la televisión, tampoco. Igual que Víctor Hugo Morales, sentado en otra de las cabinas del Monumental. Los tres gritan a sus micrófonos un nombre con seguridad: Martín Palermo. Los tres saben, sin ver, que solamente pudo ser él.

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Ahora Martín Palermo está en cuero en una de las esquinas del campo de juego. Sus compañeros lo cubren en un abrazo. El banco de suplentes entero -jugadores y cuerpo técnico- está disperso por el campo festejando. Un tipo que se parece demasiado al Maradona dios del fútbol pero sólo es el Maradona entrenador de la selección desliza la prominencia de su panza por el césped empapado mientras grita su salvación y empieza a masticar el que será, unos días después y en Montevideo, su más famoso desborde verbal. Pero esta noche, 10 de octubre de 2009, la lluvia no llueve por él como tantas otras. Esta noche, la lluvia llueve por Palermo. Martín bajo la lluvia.

1009435Cuando lo sueltan, queda solo. Y ahí Palermo abre los brazos y mira al cielo. Es un chamán haciendo un ritual. Acaba de exorcizar el gran fracaso de su carrera: diez años antes había jugado su último torneo con la selección y había errado 3 penales en un mismo partido, contra Colombia. Había pasado más de 10 años sin jugar en la selección. Maradona lo había llamado para las últimas 4 fechas para que, cuando hiciera falta, haga llover.

Palermo se queda bajo el aguacero. En las muchas cámaras fotográficas que lo rodean se guardan las mejores fotos de quienes gatillan. Un gigante con los brazos abiertos y los ojos cerrados apuntando al cielo, lavando sus culpas y sus penas. Metiéndonos de prepo en un Mundial. Las gotas de lluvia congeladas, algunas en foco, otras no. Durante quince o veinte segundos, Palermo es la mejor foto de cualquier fotógrafo desde el ángulo que sea.

Hace unos días, la selección jugó frente a Perú un partido importante para empezar a ser de los que no van a sufrir para clasificar al Mundial. Al igual que hace exactamente 7 años, estaba en ventaja con un gol de Gonzalo Higuaín, quien aquella noche de 2009 jugó por primera vez con la camiseta nacional. Esta vez, como aquel partido, Argentina jugó mal. Pero esta vez, Argentina no pudo ganar. Porque Martín se fue hace rato y en el fútbol, si querés ganar, deberías tener a alguien que haga llover.

Palabras claves: Martín Palermo, Selección Argentina de Fútbol

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