Testimonios de guerrilleros menores de 30

Testimonios de guerrilleros menores de 30
26 septiembre, 2016 por Gilda

En la guerrilla abundan los hombres y mujeres que no llegan a los 30 años, son jóvenes rasos que por la falta de oportunidades durante su infancia decidieron empuñar fusiles. Hoy ven una nueva oportunidad lejos de las armas. Nos contaron cómo entienden ellos el proceso y qué quisieran hacer de sus vidas por fuera de los campamentos.


«Quisiera estudiar ingeniería mecánica»: Pedro (20 años)

‘Pedro’ nunca estudió por falta de recursos, ni siquiera hizo la básica primaria. Tampoco tuvo apego a su familia. En las Farc le dieron comida y le enseñaron a trabajar, eso lo motivó a unirse a la tropa hace cuatro años y así dejó San Vicente del Caguán (Caquetá), donde nació hace 20 años.

“Me gusta arreglar carros y por eso quisiera estudiar Ingeniería Mecánica”, dice.
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“Lo que uno hace aquí es para todos, para el colectivo”: Ramiro (18 años)

Entró a los 15 años a las Farc por gusto a las armas. Ahora fuma, pero hace un mes no lo dejaban pues el olor podía alertar al Ejército. “Con los soldados somos de la misma clase. No vale la pena matarnos”, dice ‘Ramiro’. Llegó a la guerrilla desde el Putumayo y ahora prefiere ayudar en el campo que ir a la ciudad.

“Ver personas durmiendo en las calles en las ciudades grandes me motiva más a estar aquí”, dice. Él quiere trabajar en maquinaria y no planea estudiar, pues solo hizo hasta quinto de Primaria y no le gustó.

En la guerrilla dice que le enseñaron a trabajar pensando en la colectividad. Del futuro le da miedo la venganza y que el Gobierno no cumpla con los acuerdos.
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“La paz es lo mejor que puede pasar”: Danilo (19 años)

Hace seis años dejó Puerto Rico (Caquetá) para unirse al Bloque Sur de las Farc. “Entré porque el Estado atropella mucho a la población”, dice ‘Danilo’, admitiendo que lo hizo más por necesidad que por gusto.

“Quiero estudiar Medicina o Enfermería”, dice este joven de 19 años.
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“Me preocupa el fenómeno del paramilitarismo”: Nancy (26 años).

Nancy nació en la capital del Caquetá, Florencia, hace 26 años, y hace 14 se unió a la tropa guerrillera. “Quiero seguir en la lucha por el mismo objetivo: que en Colombia haya un cambio económico y político”, dice.

De cara a un acuerdo final, le preocupa el paramilitarismo pero cree en las garantías que se han pactado con el Gobierno y con las entidades internacionales. “Quisiera estudiar cualquier cosa que vaya encaminada a la lucha”, dice ‘Nancy’, aunque se siente tranquila de dejar de lado las armas y luchar desde la política.
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“Quiero estudiar Ingeniería de Sistemas para ayudar al pueblo”: Roberto (29 años)

Hace cuatro meses Roberto empezó a hacer planas para aprender a escribir y leer, algo que nunca aprendió en Algeciras (Huila), donde estudió solo hasta primero de primaria. Mientras compone canciones como ‘Mujer guerrillera’ o ‘Mujer de temple’, también practica las tablas de multiplicar.

A sus 29 años quiere estudiar Ingeniería de Sistemas y desde su profesión ayudar a la población, por ejemplo, en el tema de vías e infraestructura. “Tomé la decisión de venir a luchar —hace nueve años— por el pueblo, no por mi beneficio”, dice ‘Roberto’.

En Algeciras recuerda que le tocó ver muchas humillaciones por parte del Ejército: encarcelaciones injustas, ejecuciones y falsos positivos. Ve el Acuerdo Final con el Gobierno como un paso bueno. “Las Farc quiere la paz”, dice.
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“Me gustaba la guerrilla y su forma de relacionarse con nosotros”: Eider (22 años)

‘Eider’ nació hace 22 años en Cartagena del Chairá (Caquetá) y fue allí en donde empezó a ver a sus amigos unirse a las Farc, lo cual generó más ganas en él de hacer parte de sus filas.

“Me gustaba la guerrilla y su forma de relacionarse con nosotros, eran muy decentes. No como los soldados”, afirma este joven. Tras la firma, quiere estudiar Filosofía y seguir los sueños de Simón Bolívar, “Tirofijo” y Hugo Chávez.

Este proceso de paz lo tiene más convencido gracias al acompañamiento internacional que ha recibido, aunque no oculta su preocupación por lo sucedido con la Unión Patriótica, a la que le asesinaron varios dirigentes políticos durante los años 89 y 90.
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“Ojalá Uribe se pusiera a analizar cuantos caídos ha dejado el combate”: Ernesto (22 años).

Desde los 16 años Ernesto se unió a las Farc. Hoy lee y analiza los documentos que les envían desde La Habana. “Unos se unen a la guerrilla porque les gusta una chica, o algo así, pero a mi me gustaba la ideología”, afirma este joven de 22 años.

En el campamento estuvo tres meses aprendiendo Enfermería, algo que le gustaría retomar cuando se reincorpore a la vida civil, al igual que hacer pedagogía.

“Un soldado es igual que un guerrillero, la única diferencia es que ellos tienen su sueldo”, dice Ernesto, quien nació en Paujil (Caquetá) y ve en Santos una figura “más controlada” que Uribe.
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“Si seguimos juntos después, pues seguimos la lucha juntos”: Sully (18) y Jeison (23)

‘Sully’ y ‘Jeison’ son pareja hace un año y medio, y debieron pedirle permiso a su superior para poder estar juntos. Ella es de Aguasclaras (Caquetá) y se unió hace tres años a la guerrilla por gusto, porque sabía que les enseñaban cosas. Él es de Cartagena del Chairá (Caquetá) y desde que tiene 13 años se enfiló en las Farc, pues los veía como personas humildes y con los que se podía tratar.

“Dejamos las armas, pero seguimos trabajando desde lo político; no nos vamos para las casas”, dice ‘Jeison’, quien quisiera dedicarse a la Odontología una vez se reincorpore a la vida civil.

A ‘Sully’ le gustaría estudiar Ingeniería de Sistemas y aprender a usar cámaras. “Estamos convencidos de esta paz, queremos que el pueblo colombiano no tenga tantas necesidades”, dice ella.
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“Perder los brazos no ha significado que deba dejar la lucha”: Robinson (24)

Un accidente manipulando explosivos provocó que ‘Robinson’ perdiera sus dos brazos hasta por encima del codo. Las Farc le han dado nuevas oportunidades y hoy trabaja como camarógrafo en el equipo de prensa.

Cuando se firme el Acuerdo Final y empiece el proceso de desarme, Robinson, que tiene 24 años, quiere dedicarse a la locución.
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Alberto Dominguez para Cartel Urbano
Fotografía: Cristiam Cubillos

Palabras claves: FARC, Fotografía, guerrilla, Jóvenes

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