«Estoy convencido de luchar porque se consolide la Paz en Colombia»

«Estoy convencido de luchar porque se consolide la Paz en Colombia»
5 septiembre, 2016 por Redacción La tinta

Condenado a más de ocho años de prisión a través de un burdo montaje judicial, el profesor e investigador universitario Miguel Angel Beltrán fue finalmente declarado inocente por la Corte Suprema de Colombia. A pesar de padecer el encierro como preso político por ejercer el pensamiento crítico y la investigación comprometida, no dejó de escribir y producir entre rejas durante este tiempo, ni de denunciar las pésimas condiciones que sufren la totalidad de los reclusos por parte del sistema penitenciario. A pocas horas de haber sido liberado de la cárcel de máxima seguridad de La Picota, conversó en exclusiva con el programa Enredando Las Mañanas.

 

¿Cómo te sentís en estos primeros momentos luego de salir de la cárcel, después de este injusto encarcelamiento, de esta ignominia como la denominaste en un escrito hace pocos días cuando se cumplió un año de tu segundo encierro?

Son sentimientos encontrados. Con una gran alegría de volverme a encontrar con mis estudiantes, con mis amigos, con mis colegas, con mi familia, con mi compañera, con mis hijos, que hemos estado separados por culpa de esta persecución. Pero a la vez con mucho dolor de lo que queda atrás en cuanto a lo que siguen siendo las cárceles en Colombia: la ignominia, la persecución que hay allí por parte de las autoridades del INPEC (Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario) y la violación a la dignidad humana.

Fue muy emotivo y también generó mucha bronca el leer el texto en el que denunciaste esta situación, muy similar a la que se padece en las cárceles de Argentina. ¿Cómo fue esa vivencia cotidiana, tanto de los presos políticos como de los presos comunes en La Picota y en las otras cárceles en las que has estado?

Realmente la situación de salud cada vez se hace más critica en las cárceles colombianas, y afecta no solo a presos políticos, sino a toda la población privada de la libertad. Nosotros llevamos mucho tiempo denunciando esto y exigiendo atención médica. En este año han fallecido nueve presos por falta de atención médica. En el tema de salud prácticamente lo que se está aplicando es una pena de muerte lenta, ya que al enfermar en la cárcel, realmente las posibilidades de salir con vida son muy pocas. Porque no existe una jeringa, agua oxigenada, cosas elementales para darle una atención médica a los presos. Eso solamente en temas de salud.

Hay otras condiciones que tienen que ver con el hacinamiento, epidemias generadas por ese mismo hacinamiento, por una política contrainsurgente que todavía mantiene el INPEC, donde es frecuente que los guardias golpeen a los presos sociales, porque los políticos tienen una conciencia mayor de que no se puede hacer eso, y de enfrentar esas situaciones, pero una gran violencia tanto física como simbólica. También me parece importante decir que la cárcel la padecemos no solamente quienes estamos allí, sino nuestras familias, que son víctimas directas del maltrato cuando van a las visitas, de padecer las discriminaciones, los insultos y las requisas inhumanas, violatorias de todos los derechos. Yo ahora que salgo, salgo con ese dolor, pero también con la gran convicción de cambiar las políticas penitenciaras basadas en la venganza y en la represión.

¿Cómo lees el proceso de paz y los acuerdos que terminaron sellándose el 24 de agosto entre las FARC-EP y el gobierno? ¿Qué papel puede jugar el pensamiento crítico y la militancia comprometida en él?

En primer lugar yo saludo estos acuerdos, porque es parte de la lucha que hemos venido librando desde el movimiento social. Siempre hemos insistido en la búsqueda de una salida política al conflicto colombiano. Eso abre una esperanza, un horizonte en que hay posibilidades de que esto cambie y que haya transformaciones. Pero también somos conscientes de las dificultades que van a implicar toda la implementación de estos acuerdos, y la necesidad de que el ELN se vincule a estos diálogos, para que realmente este proceso pueda consolidarse. Estoy convencido de que el papel del pensamiento crítico es fundamental en muchos sentidos.

Uno de ellos es la recuperación de la memoria, de la historia, ya que se nos ha vendido a nosotros una historia oficial que ha desconocido las luchas de resistencia de los movimientos sociales, de los diferentes sujetos sociales, y el pensamiento juega un papel muy importante en ese sentido.

Pero también en la necesidad de confrontar en el plano de las ideas, frente a una academia que hoy se plantea acrítica, una academia que está encerrada en sí misma, por lo menos en el caso colombiano, en nuestras universidades públicas, una academia que se dice apolítica, pero que es profundamente política porque respalda y legitima el statu quo. Y también la necesidad de rescatar, de reivindicar, de enriquecer ese conocimiento desde lo social. La universidad colombiana hoy está enclaustrada, ha reducido el conocimiento a lo que se produce en las universidades, pero ha dejado de lado todo el contacto con las poblaciones, con la comunidad.

Es fundamental para el pensamiento crítico volver sobre esto, para que los estudiantes que hoy están cursando en las universidades se sensibilicen y se aproximen a este conocimiento que nos aportan los movimientos sociales. A su vez, quisiera dejar en claro la situación que se ha vivido a través del proceso mío, que es un proceso colectivo, no ha sido solamente de Miguel Angel el proceso de la lucha por el pensamiento crítico y por la libertad de cátedra. Y para exigir también la libertad de muchas otras y muchos otros que permanecen privados de la libertad, simplemente por ejercer un pensamiento diferente, un pensamiento crítico. Creo que esto es el comienzo de algo que nosotros tenemos que profundizar y buscar que se haga efectiva esa libertad, que vuelva la libertad. No que los indulten, sino que se le restituyan todos sus derechos. Eso es básicamente lo que nosotros queremos comunicar y transmitir a quienes nos escuchan.

Va todo nuestro apoyo, nuestro internacionalismo y solidaridad activa desde la Red Nacional de Medios Alternativos, que viene cubriendo y tratando de visibilizar esa lucha digna que está dando el pueblo colombiano desde hace tanto tiempo, y que hoy vive momentos gratos como el de tu liberación. Te mandamos un abrazo para ti, para toda tu familia, para todo el activismo de derechos humanos, de movimientos y organizaciones populares, que han venido dando batalla por lograr tu libertad. La lucha sigue, por la liberación del resto de los presos y presas políticas, y por conquistar esa paz con justicia social que tanto anhelamos.

De mi parte tal vez sea la oportunidad para agradecer a ustedes y a todos los medios alternativos de difusión, y a las organizaciones sociales, por todo el apoyo y la solidaridad que me han brindado y que realmente ha permitido que desarrollemos este proceso con mucha dignidad y con mucha resistencia. También quiero hacerles llegar un abrazo latinoamericano desde Colombia, muy convencidos de luchar porque se consolide realmente la paz.

Hay un escenario, hay unas posibilidades, y creo que con nuestro esfuerzo, con resistencia, con nuestra lucha, podemos llevar a conclusión estos acuerdos que recientemente se han firmado. Muchas gracias por brindarme este espacio para expresar este sentir.

Escuchá la entrevista entera aquí:

Fuente: Enredando Las Mañanas, de la Red Nacional de Medios Alternativos

Palabras claves: acuerdo de paz, Colombia, Miguel Ángel Beltrán

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