Venezuela: ¿Quién paga la crisis económica?

Venezuela: ¿Quién paga la crisis económica?
3 agosto, 2016 por Redacción La tinta

La economía es política concentrada, me dijo hace unos días un compañero chileno.

Con un análisis de la economía se puede comprender la política. Observando los discursos no se puede, en estos tiempos, saber qué sucede en la economía -en decir en la política. Las palabras cargan una radicalidad que no se condice con los hechos. Es cierto, resulta difícil escuchar a Nicolás Maduro u otro dirigente: ensanchan la distancia entre las ideas y la realidad. Basta hacer el ejercicio de preguntar cuánta gente escucha al presidente. La gente está arrecha con el hombre, con su empeño en decir lo que no es -y no decir las decisiones reales. La primera: los únicos que sufren la guerra/crisis son los humildes.

¿Alguien ha visto a un acreedor, banquero, burgués, oligarca, rico, vivir peor en estos años? ¿Un burócrata, dirigente, ministro, gobernador, general ajustar carros y menús?

Los pobres perdieron en alimentos, dieta, capacidad de compra, acceso a la salud, la recreación, retrocedieron años de logros chavistas. Solo ellos hacen colas, horas y horas de cola desde hace años para conseguir alimentos básicos, medicamentos, productos de higiene personal, y ven como cada vez alcanza menos: menos cantidad, menos calidad, menos dignidad.

Es el meollo económico/político. Como dice la consigna: que la crisis -que es guerra- la paguen los capitalistas. Se eligió al revés. Se esperaba otra cosa: por desconocimiento de vasos comunicantes -boliburguesía/importaciones, deuda externa-, algunas raíces anteriores -hasta dónde se confrontó y cuánto se acordó con la burguesía en estos 16 años- o por suponer que ante la encrucijada se terminaría optando por no dejar caer el peso sobre los humildes, sobre la misma base social de la revolución.

Lo trágico es que nada detiene la ofensiva. Se pierde en el presente y en lo que vendrá.

Algunos ejemplos:
* En 17 meses se han pagado 30 mil millones de dólares por el servicio de la deuda externa. El viejo debate que regresa. Se lo puede presentar desde lo histórico -cuánto de la suma total fue contraída de manera ilegal- o simplemente desde lo pragmático: no hay suficiente dinero, la vida diaria popular es un pantano que asfixia, ¿pagar o no pagar? La decisión es hacerlo, y presentarlo como un logro. ¿Eso cambió en algo la decisión de las bancas y trasnacionales de disparar sobre Venezuela? Hace poco se supo de la partida de Citibank del país, como parte del bloqueo financier

* Los números de lo robado alcanzan 465 mil millones de dólares. Los ladrones visten casi todos de rojo. No se irá a buscar ese dinero: por un cálculo de costos políticos, la arquitectura de Gobierno – ¿si cae una ficha caen todos como torre? – los protectorados de grupos. Esa riqueza -como dólares o como justicia- tampoco llegará. La burocracia política, los traidores y agentes encubiertos viven mejor, comen mejor, beben mejor, viajan mejor. Los pobres pelean por arroz, desodorante y aceite.

* El presidente Maduro anunció en diciembre la eliminación del ajuste por inflación para evitar que las grandes empresas no paguen impuestos. Luego de tres años de guerra decidió que se le podía quitar dinero -legal- a los más poderosos. La medida debía afectar tres mil empresas: no se supo cuales fueron. Lo cierto es que entre el mes de enero y de marzo el Banco Central de Venezuela (BCV) dio las cifras oficiales de inflación del 2015: 2357,90% Es decir, una medida que permitió que las empresas no incluidas en la lista -en el caso de que dicha lista exista- no pagaran impuestos. El BCV no daba números desde hacía cuatro meses, no ha vuelto a darlas hasta el día de hoy. La fecha elegida era la que necesitaban los empresarios para hacer la trampa y no pagar.
¿Casualidad?
¿Estamos en guerra?
Solo había que aguantar unas semanas más.
El otro aspecto fue que el impuesto sobre la renta estuvo estipulado en 265.000 bolívares anuales: todo aquel que ganara el sueldo mínimo debía pagarlo. Recién a mediados de febrero -luego de un mes y medio de recaudación- anunció que el mínimo subía a 885 mil: no se habían dado que debían pagar los de más abajo. ¿Un error de cálculo? A muy pocos les fue devuelto el dinero. El IVA sigue facturando cada día.

Aclaración: la modificación de diciembre rigió sobre los bancos que deben pasar a pagar impuestos. La Gaceta Oficial número 40.935 del mes de julio indicó que los bancos cobrarán comisiones, tarifas o recargos, en moneda local o extranjera, para las operaciones -emisión de estado de cuentas, suspensión de cheques, cheques devueltos, reposición de extravío, robo o deterioro. Conclusión: se trasladó el costo a la gente.

Aclaración dos: pongo en duda anuncios del Gobierno. Antes no lo hacía, es parte de comprobar cómo la palabra no se hace realidad. Es parte de la crisis de liderazgo.

Se decidió entonces no quitarles poder a las clases dominantes. Y llamarlas a invertir en las empresas nacionalizadas que, según las últimas declaraciones oficiales, habrían sido un fracaso -eso significa anunciar una derrota estratégica. A su vez continuar el financiamiento en dólares preferenciales: si se sabe -el Gobierno lo demuestra periódicamente- que las empresas importadoras roban el dinero que les da el Estado, ¿por qué seguir haciéndolo? ¿Es una táctica para esta etapa? Lo dudo mucho.

Lo cierto es que el peso total de la crisis recae sobre la gente. ¿Cómo se defiende eso?

***
Si no se discute lo central, la batalla se traslada a lo secundario. Entre quienes inventan arepas y jabones y quienes dicen que eso es inútil. Yo hago arepas de yuca -mucho más ricas que las de harina precocida- no creo que eso cambie ningún curso de nada. Bienvenida sea la agricultura urbana desde la honestidad: es un paliativo. ¿Por qué no se habla del Ministerio de Agricultura? ¿Y el de industria?

Es cierto que se tomó la planta de Kimberly-Clark luego de que la empresa abandonara las instalaciones. Sí, están en guerra y en cálculos de capital. Bienvenida la decisión del Gobierno: espero -somos muchos- que no se ponga una junta de la Fanb a dirigir la empresa. Así se ha hecho en casi todas y casi todas se estancaron -el problema no fue expropiar (con pago mediante) como se comienza a anunciar, sino la apuesta a un control vertical/militar. ¿Se expropiará realmente la planta?

En las que conozco en Barquisimeto, tomadas por los obreros con articulación comunal, no se hizo: Proletarios Uníos, Alfareros del Gres, Pollos Souto. Todas guindan legalmente.

-Nosotros queremos la expropiación bajo control obrero.
Es lo que todos dicen en esas fábricas. Llevan unos tres años tomadas.

Entonces inventemos arepas/jabones/harinas/desodorantes, y es bueno, claro. Lo central sin embargo está en otra parte, en lo que no se ve y actúa sobre esos todos que pagan la crisis. ¿Qué hacemos con la decisión del Gobierno? No podemos perderlo -es decir ceder el control del aparato estatal al enemigo- ¿pero el precio para mantenerse son los pactos, el empobrecimiento popular y las concesiones estratégicas?

Unidad, seguro. Y llamar las cosas por su nombre: eligieron quien se sacrifica.

quien paga la crisis

Sigo entre comuneros. Hace unos días estuve en un encuentro en las montañas de Barinas: tanto verde, tanta nube metida entre los platanales, tanto río grande, árbol grande, orquídea salvaje. Y hombres y mujeres de los campos, las barriadas, ese chavismo que aguanta, crea y cree en sí mismo. A estas alturas del proceso es difícil imaginar que la dirección apueste hacia ahí: no es su proyecto.

Eso ya no sorprende. Es un duelo pasado, una variable asumida sin tristeza ni perdón.

Su camino está en otra parte. Lo único que se espera es que de resultados: que se frene el aumento de precios, el desabastecimiento, las colas infinitas etc. ¿Con la Fanb controlando la nueva Gran Misión Abastecimiento Soberano y Seguro? Que así sea. Dejemos de lado el debate sobre cuál debe ser el rol de la institución militar en el marco de la revolución -sigo siendo walshiano: no puede conducir el proceso. Estamos en el nivel primitivo, donde se debe resolver la comida, la salud y la higiene. Y si la Fanb puede hacerlo, que lo haga.

¿Dudas? Muchas. Por conocer algo de la frontera, es decir el manejo militar de lo que pasa y no pasa -hasta hace un mes el precio en Apure para un ida y vuelta a Colombia era 10 mil bolívares. El paso estaba oficialmente cerrado. En los hechos siempre se supo que no, también quienes se encargaban de (des)regular las compuertas. Al igual que los puertos. Esos son los tres principales puntos hoy: la llegada, el tránsito, los lugares de destino. Lo que nos desangra, que efectivamente necesita control.

¿Poniendo a quienes venían manejándolo en gran parte ahora de manera oficial y casi total?

-Nosotros los estamos observando, me dijo un comunero hace pocos. Observando a la dirigencia, la Fanb, anotando lo que es una evidencia. Porque no se disimula: el que roba ostenta, un asunto cultura que arrastra desde lejos.

Nada indica una corriente en otra dirección: el vicepresidente volvió a reiterar que se liberarán los precios, se terminarán los subsidios indirectos, se le dará más poder al empresariado para fijar cuánto ganan sobre cada cosa. En los hechos los productos que aparecen lo hacen a precios inalcanzables -el kilo de lentejas llegó en 8 mil bolívares en la esquina de mi casa. ¿Se ganó una guerra empoderando al enemigo? ¿Tenemos enemigos diferentes? ¿O es un plan maestro que impulsan en secreto?

Lo concreto -ese visible- es por ejemplo que las tarifas del internet y líneas de teléfono aumentaron. Mucho, de un día para otro, sin preaviso. Hablamos de empresas estatales, de una dirección que decidió el incremento y no juzgó necesario dar una explicación en este contexto tan a punto de. La misma persona que el año pasado calificó a las colas -porque pasaban a darse en el mismo barrio- como sabrosas. Y en los hechos lo mismo: que pague la gente. ¿Qué puede pensar el común de a pie cuando le hablan del (des)Gobierno y su vida que se achicha y achica?

La ecuación -se pongan como se quieran los factores- da siempre lo mismo.
Hay algo de la tragedia de Salvador Allende.
Esta vez en cámara lenta
y con antecedente.

-Compadre salimos esta noche para Calabozo, tenemos una reunión campesina y el tema de unos compas que metieron presos.

Nos vamos entonces. El rompecabezas se arma desde los territorios y la conspiración. Ando recorriendo lo primero, y Guárico, zona bisagra del país, es uno de los estados más complejos en la actualidad. Lo anterior queda escrito, es el telón de fondo sobre el cual se piensa, proyecta, se ovillan y desovillan las puntas de los debates populares. Porque si la respuesta en clave socialista no vendrá de arriba

¿qué pasa abajo?

Por Marco Teruggi

Palabras claves: Bolivariano, Venezuela

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