Las veredas de la peatonal transformadas en palcos

Las veredas de la peatonal transformadas en palcos
23 agosto, 2016 por Julieta Pollo

Caminar las callecitas del centro cordobés siempre es una invitación al arte. Imitadores, músicos, humoristas y bailarines se imponen al bullicio citadino y arrancan a los transeúntes de sus trayectos rutinarios o expediciones comerciales.

Bajo el sol del mediodía la gente se agolpa en la esquina de Deán Funes y Obispo Trejo atraída por un irresistible aroma sonoro, eco demoledor que reverbera entre los edificios de la peatonal: la voz del cantante lírico Ángelo Daaé acompañada por el trío de cuerdas Herr Spalliera. Los espectadores miran una, dos veces como cerciorándose de que el agudísimo sonido efectivamente proviene de ese chico veinteañero y delgado que más que cordobés es, como él mismo dice, “cordobesazo”.

A pesar de que en su familia no hay músicos, Ángelo descubrió el clásico y la ópera con apenas seis años: “Tenía una infancia un poco particular… no tenía muchos amigos ni salía demasiado a jugar. Recuerdo claramente volver de la escuela a mi casa, en verano, tirarme en el piso fresco y ponerme a buscar en la radio, jugando con el botoncito del dial. Cuando encontraba la radio clásica me quedaba escuchando los violines y las orquestas y dormía la siesta escuchando eso. Era algo raro porque no era común en mi casa e incluso no era una práctica normal según la percepción de mis padres. Con respecto a la ópera me acuerdo ver los cantantes en los dibujitos animados… Tom y Jerry y Hey Arnold”,

DSC_0737Ángelo es contratenor, el registro más agudo en voces masculinas, y más allá de que “en el mundo de la música clásica, que es tan cuadrado en algunos sentidos, no está bien visto que un hombre cante cosas de mujer”, semejante sinsentido no detuvo su camino de aprendizaje y exploración vocal.

Con el pasar de los años, la radio y las caricaturas dieron paso a composiciones de diversos estilos y, buceando entre los gigantes de la música clásica, descubrió el universo barroco y a Rossini: “Es un autor que me vuela la cabeza. Es muy sencillo pero tiene una capacidad tan especial de… alegría. Creo que esa sería la palabra que lo define, aún en una época en la que la palabra alegría está un poco devaluada. Pero escucho Rossini y sonrío, y después inmediatamente me emociono”.

Fue una obra de Rossini, justamente, la que le dio coraje para romper el hielo en plena calle Florida ante un mar de gente. Ángelo suele viajar a Buenos Aires a tomar clases y fue en una de esas ocasiones cuando se le ocurrió cantar en la peatonal; pensó que “podría ser una buena manera de recaudar aunque sea para la comida en esos viajes que son bastante costosos”. Apartó el remolino de pensamientos e hizo de tripas corazón. Y cantó.

“Yo decía ‘qué locura es esto… ¿qué hago? ¿dónde me paro? ¿me correrán, me multarán?’ Pregunté a un par de artistas callejeros, pedí en un kiosko un vasito de plástico y lo puse al frente mío. Pensé ‘a la primer persona que me sonría por verme así, tan pavo parado en medio de la Florida, le canto’. Bueno, nadie me sonrió. Tomé aire y empecé a cantar. Es muy difícil cantar solo porque esta música está escrita para un acompañamiento orquestal… pero empezó a juntarse gente y el vaso a llenarse”.

Tiempo después, el chellista David La Madrid le propuso intervenir la peatonal cordobesa junto a la violista Ruth Albuquerque y al violinista Fernando Fabre, con quienes conforma el trío de cuerdas Herr Spalliera. El pasado 25 de mayo, aprovechando la ciudad desierta por el feriado, el cuarteto hizo prueba piloto y desde entonces comparten juntos su música, en la calle o en el subte porteño.DSC_0728

Accionar en el espacio público tiene la particularidad de quebrar el sopor mecánico y previsible e intervenir los trayectos de cientos de paseantes desprevenidos por medio de algo tan sensible como es la música. Como es de esperar, cada cual recibe a su manera lo que el artista le está proponiendo.

“Hay muchos tipos de reacciones en la gente. Primero, la sorpresa. Creo que es lo más común… realmente no piensan que eso va a pasar en ese momento, no esperan encontrarse con ópera y con escena, una propuesta divertida. Y después mucha emoción, hombres y mujeres se nos han acercado con lágrimas en los ojos a abrazarnos. Eso es una cosa maravillosa, el contacto. La gente viene y quiere sentirte que estás ahí y que sos de verdad. Piensan y sienten que también lo pueden hacer. Por supuesto también hay gente que no le ha gustado o que se ha molestado porque lo considera ruido, hay de todo.”

Una de las curiosidades de su repertorio es la reversión lírica y en cuerdas de Quién se ha tomado todo el vino? de La Mona Giménez. “Nos gusta jugar con nuestra música popular, reivindicándola… despierta el interés y acerca la propuesta a la gente”. Y es que el género que trabajaban y ofrecen es desconocido por muchxs, por lo que la propuesta contribuye a la divulgación del mismo. En este sentido, intentan “presentar algunas cosas más familiares e ir mechando con otras no tan conocidas aunque muy interesantes, para que la gente pueda conocer un poco más”.

Además de músico callejero, Ángelo Daaé es docente en la escuela de música Collegium, integra la Compañía de Ópera PrimaScena y fue seleccionado para participar en el Certamen Internacional de Contratenores de La Habana.

El joven es uno más de los miles de trabajadores que este año quedaron en la calle a raíz de la aniquilación de infinidad de puestos y programas -incluidos los culturales- por parte de la gestión macrista. “Trabajaba hasta este año en el Programa Nacional de Orquestas y Coros del Bicentenario, antes de que el Gobierno Nacional decidiera desmantelarlo por completo. Ahí fue cuando perdí ese trabajo. También estoy en el Conservatorio cursando el último año del nivel medio, que también está en crisis en este momento. Es una carrera que también se desmanteló, la semana pasada fue anunciado que el año que viene deja de existir. No me puedo quejar porque laburo de lo que me gusta, pero es muy difícil estudiar y seguir formándose en estas condiciones”, sostuvo Ángelo.

DSC_0739La ópera puede encontrarte por asalto a la vuelta de la esquina, dejarte boquiabierto y dar una exquisita vuelta de tuerca a la monotonía diaria. Y después, por qué no, podés salir a encontrarla vos: la ciudad ofrece propuestas de música clásica y ópera no sólo en los espacios tradicionales sino también a partir de la actividad autogestiva e independiente.

A la gente que le gustó lo que escuchó, Ángelo le recomendaría: “Aprovechen las propuestas que Córdoba tiene y fundamentalmente apoyen a los artistas locales independientes como nosotros. A veces cuesta mucho entender y valorar el trabajo y hay muchos artistas y conjuntos independientes que ofrecen cosas interesantes. Si les picó el bichito de la música clásica van a encontrar muchos eventos para disfrutar en familia y, con todo el empeño y trabajo que se pone, lo van a disfrutar”.

El barbero de Rossini: viernes 16 y sábado 17 de septiembre en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales. Una historia de enredos, enamoramientos no correspondidos y chusmeríos en la barbería de Don Rossini. Entradas disponibles muy pronto.

(*) Por Julieta Pollo para la tinta.

Palabras claves: Ángelo Daaé, arte callejero, Herr Spalliera, música clásica, ópera, PrimaScena

Compartir: