Las carencias del palacio

Las carencias del palacio
16 agosto, 2016 por Redacción La tinta

Hasta el 28 de Agosto se expone en el Palacio Dionisi parte de Vivir en la tierra, de Andy Goldstein: una selección de casi 30 fotografías que ofrecen la mirada del fotógrafo sobre el déficit habitacional de América Latina, montadas en el marco de una de las opulentas residencias de la Media Legua de Oro Cultural de Córdoba.

En la antigua residencia familiar construida entre 1920 y 1924, con cemento traído desde Europa y convertida en museo específicamente dedicado a la fotografía “no se puede sacar fotos con PD01flash”, nos aclaró la encargada de cobrar la entrada y retenernos los bolsos en la recepción. ¿Será que, así como las pinturas centenarias, los métodos actuales de impresión sufren los efectos de la luz? ¿O es parte de la ortodoxia ineludible de una institución que se dice museo? “No usaríamos el flash, pero quisiéramos sacar algunas fotos para una reseña que vamos a publicar en un medio digital”. Eso fue una confesión contraproducente a la que la encargada respondió: “En ese caso deberían pedir permiso por escrito a la institución, porque lamentablemente en Argentina no contamos con una ley de protección a los derechos de autor como en Estados Unidos”. En fin, comenzamos a recorrer la muestra con nuestras expectativas intactas.

Con Vivir en la tierra, Goldstein se propone visibilizar las carencias habitacionales de América Latina a través de retratos hogareños realizados en 14 países de esta parte del planeta. Gran tamaño de impresión y planos amplísimos logrados a partir de un mosaico de varias imágenes, nos introducen casi físicamente en los espacios más íntimos de familias cuyos integrantes posiblemente nunca puedan imaginar los detalles suntuosos del espacio que hoy habitan, a través de sus imágenes, claro. Retratos frontales, gestos tensos, rostros que miran a cámara en un contexto de abundante información y, como se explicita en el título, pisos de tierra. Cada foto está acompañada por un texto que incluye: ubicación detallada, año, coordenadas GPS, datos del retratado y por último, una cita textual de alguna de las personas en la fotografía. Aunque no entendemos la necesidad de algunos datos, intuimos que aportan a la intención de dar rigurosidad al registro. Ahora bien, la superficialidad e intrascendencia de algunas citas, nos dieron indicios de la fugaz vinculación entre fotógrafo y fotografiados. Eso y la actitud incómoda de éstos frente a la cámara. Sin embargo, el texto que introduce a la exposición aclara: “(…) Cada uno de ellos ha elegido donde posar y cómo hacerlo”.

Vivir en la tierra fue patrocinado por TECHO (ex Un Techo para mi país). La ONG tiene presencia en diecinueve países latinoamericanos y capta fondos y voluntarios de diferentes programas de Responsabilidad Social Empresaria, con el fin de “eliminar la pobreza”. Por ahora, construyen casas de bajos costo y funcionalidad para aquellos -y sólo aquellos- que, además de pagar un monto “simbólico”, demuestren la intención de salir de la pobreza extrema asistiendo a las reuniones promovidas por la organización. Observando las imágenes nos preguntamos: ¿Será que ante la posibilidad de perder los derechos a la solidaridad de las empresas aportantes, las personas en las fotografías no tuvieron otra alternativa que aceptar la intromisión de la cámara? Inevitablemente, esta pregunta nos lleva a la siguiente: ¿Es el estilo asistencialista y autocomplaciente de TECHO el condicionante de una mirada que plantea la realidad como una cuestión estática?

¿A quién intentan interpelar las fotografías? Si el objetivo de la muestra es hacer reflexionar acerca de la fortuna de aquellos que tenemos acceso a un hogar digno y, a partir de sentimientos de culpa, destinar una parte nuestros excedentes de ingresos a los programas de la ONG, quizás podamos acercarnos a un entendimiento acerca de las formas y sus intenciones.

La segunda vez que visitamos la muestra fue un miércoles, único día de la semana en el que los museos provinciales no cobran derecho de acceso. En el recorrido nos encontramos con Ariel, un estudiante en un secundario para adultos que en el pasado había vivido en casas como las que observábamos en las fotos de Goldstein. Nos sorprendimos al escuchar que él valoraba este tipo de trabajos, “porque es bueno que la gente sepa cómo viven los pobres”. Sin embargo, como nosotros, hizo referencia a los gestos incómodos o a los niños que parecían huir del alcance de la cámara.

03_fullLa realidad está allá afuera. Los que alguna vez nos interesamos por los problemas de los olvidados, sabemos de las condiciones en las que viven millones de latinoamericanos. Pero también sabemos que lo que nosotrxs percibimos como “miseria”, a veces es producto de condiciones culturales y formas de vida arraigadas. Y así aprendemos sobre la complejidad de la pobreza y nos vemos obligados a profundizar el análisis. Desde ahí, sentimos que Vivir en la tierra y sus formas de circulación no demuestran otro interés (o función) que mostrar la “pobreza extrema” en una dimensión superficial.

Este viernes esperamos encontrar respuestas a nuestras preguntas en la charla ¿Cómo llegué hasta aquí?, que el mismo autor brindará al público. El evento se realizará en el Salón Auditorio del Museo Palacio Dionisi, a partir de las 18. Con inscripción gratuita y cupo limitado a 50 asistentes.

Vivir en la tierra y Rio IV, del fotógrafo Andy Goldstein se exponen hasta el 28 de agosto en el Museo Palacio Dionisi. Av. Hipólito Yrigoyen 622; Nueva Córdoba. Martes a Domingo y feriados de 10 a 20.

Andy Goldstein (Buenos Aires, 1943) es fotógrafo y experto en temas de juego, creatividad y aprendizaje. Sus fotografías han sido expuestas y publicadas en diversas galerías y museos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, El Salvador, España, Francia, Italia, México y Suiza. Su obra forma parte de las colecciones permanentes del Museo Nacional de Bellas Artes, Argentina; del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires; del Museo de la Palabra y la Imagen, San Salvador, El Salvador; de la Biblioteca Nacional de Francia y de la Galerie du Château d’Eau, Toulouse, Francia, así como de numerosas colecciones privadas. Es miembro fundador del Consejo Latinoamericano de Fotografía y del Consejo Argentino de Fotografía; de la Escuela de Fotografía Creativa y del Proyecto QuadraQuinta de Creatividad y Aprendizaje. En 2014 la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC) lo declaró «Huésped de Honor».

Palabras claves: Andy Goldstein, Palacio Dionisi, Vivir en la tierra

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