Arte, ideología y censura en Córdoba

Arte, ideología y censura en Córdoba
10 agosto, 2016 por Redacción La tinta

En la tarde del lunes 8 de agosto quedó inaugurada la muestra «Conflicto y Censura en el arte local (1995-2015)», una propuesta que recorre diez expresiones artísticas que sufrieron la censura estatal y/o religiosa en las últimas dos décadas en Córdoba.

La muestra fue organizada por el grupo de investigación Traducciones, construcción de una poética crítica sobre la censura, dirigido por Cecilia Candia e integrado por Constanza Casarino, Melisa Serrano y María Inés Repetto. La misma se expondrá en el pabellón Cepia de Ciudad Universitaria hasta el día miércoles 10 de agosto, donde se realizará una charla con algunos de los artistas censurados, gestores culturales y curadores.

La investigación,muestra7-300x225 explica Melisa Serrano a Zumba la Turba, consiste en «indagar en los conflictos entre las prácticas artísticas y creencias religiosas (…) uno de los objetivos de esta investigación fue visibilizar estos casos y de ahí resultó realizar esta muestra con los casos censurados».

Las expresiones artísticas censuradas y recuperadas en el trabajo del equipo recorren iniciativas que intentaron desarrollarse en distintos lugares como el Cabildo histórico, el Centro Cultural España Córdoba, la municipalidad de Villa Allende y el Paseo del Buen Pastor. Incluyen muestras plásticas, intervenciones callejeras y proyecciones cinematográficas. En la mayoría de ellas, la censura vino de la acción directa de grupos fundamentalistas religiosos que actuaron con la connivencia del estado.

María Inés Repetto explica: «nosotros descubrimos cómo hay mecanismos dentro de la cultura que tienden a ocultar determinadas ideologías que reaparecen cuando existe un disparador como una imagen o algo que cuestiona lo que piensa determinado grupo en la sociedad. En general, el conflicto surge con imágenes que tienen que ver con la semiótica religiosa o con imágenes relacionadas con la sexualidad o la diversidad de género. Están relacionadas a esos temas que parece ser que no se permite desde algunos sectores la convivencia democrática y con diferentes miradas sobre la realidad social».

Los actores de estas irrupciones se repiten a lo largo del tiempo. «Son este grupo religioso sedevacantistas ylefebvristas -relata Melisa-, generalmente son ellos, aunque también sabemos que a veces ciertas personas dentro de la cultura les avisan de estas muestras para que ellos vengan e intervengan y hagan su cometido». Para María Inés, «hacen como una acción performática para marcar territorio, es decir, quiénes dominan dentro del campo cultural y del campo de la ideología. Esta acción también da cuenta de eso, es una disputa. [La muestra] Navidad fue en la plaza San Martín. La disputa en la plaza, cuando Fraticelli hizo la acción era la disputa de las dos miradas sobre la cultura, de las dos miradas sobre el arte opuestas: una que considera que la cultura es algo cerrado, estático, que no cambia, que nos e modifica, y otra que considera que la cultura es dinámica, cambiante, y que también exige cierta adaptación a los tiempos».

Por otro lado, las investigadoras resaltan que es llamativo y preocupante el hecho de que, ante el conflicto, «los sectores gubernamentales no les dan visibilidad y lo resuelven quitando la muestra, o sea, haciendo caso a este tipo de sector que son cerrados o este grupo religioso, pero a los artistas sin darles ninguna solución» y explican «que en realidad, a veces, desde las políticas públicas o los que manejan las políticas públicas, ninguno asume la decisión de defender la muestra. Y esto quiere decir que en realidad hay como solapadas ideologías también dentro el poder estatal, que no quieren pagar ningún costo político de tomar decisiones en contra de determinado grupo».

En el catálogo de la muestra, las organizadoras se preguntan, justamente, si la censura como «solución» a la confrontación de estas visiones de la cultura y el arte «constituye la única respuesta posible en la gestión de políticas culturales públicas».

13939997_10209710716980367_1461091755_o

Asesinatos

Juan Martín Juares es el autor de la serie de dibujos Asesinatos, una de las expresiones recuperadas, que fue censurada en la localidad de Villa Allende en el año 2004.

Juares relata que «fue censurada por el intendente de ese momento en Villa Allende, que era Máximo Martínez. Me habían invitado a hacer la exposición como joven artista del lugar, yo soy oriundo de Villa Allende y me había invitado el director de Cultura en ese momento, que era Alonso, para hacer una exposición. El mismo día de la inauguración, al intendente le pareció que debía sacar cinco o seis obras que era como que rozaban lo pornográfico, lo obsceno, había desnudos, frases con un carácter medio erótico. Me negué a sacarlas así que no se abrió la exposición, fue censurada previamente. Al otro día, o a los dos días, nos autoconvocamos con un grupo de gente de la zona, hicimos una protesta justo en un evento que se había hecho con un juramento a la bandera, y fue visualmente fuerte porque estaban jurando la bandera 500 militares y un grupo de vecinos con cartelitos ‘no censuren a los artistas por favor’. Esto se replicó en muchos medios y de repente se fue al carajo, porque salió en La Voz del Interior, Cadena 3, hasta Clarín fue a casa a hacerme notas, Crónica, era una cosa muy absurda, de repente una muestra muy pequeña, formada por 33 dibujos, tuvo bastante repercusión por el hecho de haber sido censurada previamente».

La muestra Asesinatos no llegó siquiera a ver la luz y Juan Martín explica que en ese momento no tomó dimensión del carácter ilegal de la acción estatal: «claramente fue una censura y fue ilegal. No se puede como funcionario público censurar previamente, antes de la apertura de una exposición o un espectáculo cultural».

Para el artista, lo que vivió puso en cuestión sus supuestos en torno a la producción estética y simbólica: «yo, recién egresado, y con toda la bibliografía mamada de los 90, asumía que la imagen no tenía sentido, como que el símbolo había perdido su consistencia, y me di cuenta que no, que la imagen y el símbolo pueden ser muy potentes y pueden movilizar muchas cosas cuando realmente pegan en algo del público. En este caso,creo que la censura tuvo que ver con imágenes que pegaron, entonces para mí fue muy significativo en ese sentido. Y por otro lado, yo notaba en esos años que había mucho miedo a mostrar, todo el mundo se cuidaba porque no tenían ganas de que vinieran a romperles las obras. Entonces nadie tenía ganas de exponerse de esa forma. Incluso yo me acuerdo que hasta le habían tirado bombas molotov a Alfonso Barbieri antes de la exposición».

 

Palabras claves: censura, CEPIA, Juan Martín Juares

Compartir: