Athletic de Bilbao: cuando la identidad de una nación se hace pelota
En medio de la puja comercial que protagonizan gigantescas billeteras, como las de Barcelona y Real Madrid, el Athletic de Bilbao sigue fiel a su filosofía de no sumar jugadores foráneos a su plantel, haciendo gala de su lucha por conservar la identidad vasca.
El fútbol es un fenómeno que genera grandes sentimientos y forja identidades a lo largo del mundo. Uno de los casos más particulares es el del Athletic Club de Bilbao, institución que para los vascos es más que un equipo de fútbol; es el máximo referente deportivo de su nación.
Este club, fundado en 1898, predica una particular filosofía en el planeta fútbol: sólo pueden vestir su casaca aquellos que sean nacidos en el País Vasco. O como única excepción, quienes se hayan formado en la cantera de la institución.
Aún con esta particular política, el Athletic Club es uno de los tres equipos del fútbol español que ha jugado siempre en la Primera División, diferenciándose de Barcelona y Real Madrid, los cuales hoy se disputan fichajes millonarios para hacerse de talentos extranjeros. El equipo rojiblanco ha logrado la proeza sin tener que recurrir al mercado mundial.
Orgullo Vasco
En una región donde la fuerza independentista se respira en cada rincón y donde la identificación de los que viven en la Euskadi es muy marcada, el sentimiento nacional aflora a través del fútbol.
Esta necesidad de ser reconocidos como nación llevó al club más importante de la región a forjar sus cimientos a partir del sentimiento nacionalista.
Hasta hoy, no le ha ido mal siendo fiel a su tradición. Es el tercer club español con más títulos: 8 Ligas, 22 Copas del Rey y 2 Supercopas de España. Ha jugado además dos finales de la UEFA Europa League: la primera ante Juventus en 1977 (fue 2 a 2 en el global pero el “gol de visitante” consagró al conjunto italiano) y la segunda en 2012, con Marcelo Bielsa como DT, ante el Atlético Madrid (3 a 0 a favor del equipo capitalino).
Un fanático del club que conversó con La Tinta explicó: “Cuando eres del Athletic de manera implícita o explícita estás aceptando la realidad territorial. De que vascos son todas las personas que nacen en los siete territorios que la componen: cuatro dentro del limite de España y tres en Francia. Más curioso es teniendo en cuenta que el Athletic es un club de fútbol donde hay gente de todas la familias políticas del País Vasco: independentistas, no independentistas, nacionalistas españoles, independentistas de izquierda”.
La filosofía rojiblanca, como la tierra que contiene a la nación, no hace estas diferencias y recluta para sus planteles a todo aquel que tenga el orgullo de ser vasco.
Sin embargo, las raíces más profundas del sentimiento independentista sí se sostienen a través del himno del club, donde se nombra a Euskal Herria, un término que no es utilizado por todos en el País Vasco.
“El propio himno oficial del Athletic habla de Euskal Herria (pueblo vasco). Término que sólo utilizan el independentismo o el nacionalismo vasco. El resto solo usa la palabra Euskadi (país vasco)”, explicó.
San Mamés, tierra de protestas
San Mamés es el histórico estadio del Athletic, allí transcurre gran parte de su identidad y su consolidación como club histórico para la liga española. Y justamente en su terreno de juego se han disputado finales deportivas y políticas. En distintas ocasiones, los jugadores de la institución se han manifestado en solidaridad hacia el conflicto nacional.
En 1978, antes de un enfrentamiento entre el club rojiblanco y el Atlético de Madrid, se guardó un minuto de silencio por José Miguel Beñarán, conocido como Argala, dirigente de ETA asesinado en aquel año por grupos parapoliciales pagos por el estado español.
Nuevamente en 1984, otro homenaje se brindó en San Mamés, debido al asesinato de Santiago Brouard, miembro del Herri Batasuna, una coalición política de izquierda independentista del País Vasco. El 21 de noviembre de ese año el Athletic y la Real Sociedad salieron al campo de juego llevando una Ikurriña con un Crespón negro en memoria del fallecido.
Sin embargo, el gesto más recordado es el que sucedió en el año 1976 en Atocha, ex estadio de la Real Sociedad. Ambas escuadras salieron con una Ikurriña cuando aún se encontraba prohibida por el gobierno franquista. Esa bandera fue guardada y se ha sacado al campo de juego nuevamente en 2010 previo a un derby entre ambos equipos, paradójicamente en el mismo día del calendario: un 5 de diciembre.