Meter el pecho

Meter el pecho
25 julio, 2016 por Redacción La tinta

Llegaron las primeras mujeres, mirando tímidas. Otras con sus compañeros y bebés se sentaron en algún banco. Luego llegaron algunas organizaciones de mujeres, feministas, de defensa del parto respetado, grupos de promoción de salud. Pusieron música. Algunos fotógrafos estaban esperando, expectantes. Niños y niñas jugaban en las plazas. Así se fueron armando los #piquetetazos, modalidad creativa de protesta que se dieron cientos de mujeres este sábado 23 de julio, en diferentes plazas del país.

Absurdamente todas estas mujeres, bebés y personas en general, tuvieron que salir a protestar reclamando su derecho a amamantar sin esconderse. Es que hay tetas que sí y tetas que no. Las tetas que sí, las que la sociedad está dispuesta a tolerar, son la que se transforman en una cosa, desprendiéndose casi del cuerpo de la persona. La teta que vende, la sexy, la firme, la joven, la que le sirve a la sociedad de consumo, la que se besa en la tele y despierta ratones.

Las otras, las que no, son acusadas de exhibicionismo, de faltar a la moral. Tamaña paradoja. Pero resulta que las mujeres no están dispuestas a callarse ante el mandato de tapar la teta de la leche, del amor, la que no vende, la que no gusta al espectáculo lucrativo.

El atropello

Hace poco más de diez días, Constanza Santos fue increpada por la policía mientras daba de amamantar a su hijo en una plaza pública de San Isidro. La mujer relató en una red social cómo dos mujeres de la fuerza policial bonaerense le prohibieron este acto apelando a una ley inexistente.

La madre contó que tras estar en el banco durante la mañana con su bebé de ocho meses, decidió sentarse en una plaza cercana a darle la teta. Los policías del lugar ya la miraron mal, hasta que en un momento dos mujeres de la fuerza se acercaron. Fueron claras: no podía amamantar porque estaba prohibido por ley. Ella quiso indagar, entre el llanto de su bebé y su sorpresa, sobre esa supuesta ley. No le respondieron, le pidieron los documentos en un tono cada vez más hostil. Quiso irse pero se lo impidió una de las policías, acusádola de resistencia a la autoridad. Ella se soltó y fue hacia otros policías, les pidió los nombres de las efectivos, pero no le respondieron.

Masticó la bronca algunos días, hasta que se decidió a hacer la denuncia: recorrió comisaría, juzgado y fiscalía de la zona, y finalmente fue a la Comisaría de la Mujer. Pero tampoco allí hubo solución, la respuesta fue simple: no la golpearon, ni a ella ni al bebé, así que no había violencia alguna.

piquetetazo 1La respuesta colectiva

Constanza publicó el martes pasado en las redes sociales lo que había vivido. Rápidamente se viralizó y produjo gran indignación. La mayoría de las mujeres han sufrido alguna situación tensa al amamantar en público, o el temor a esto, o al menos saben de la posibilidad de ser increpadas.

Muchas mamás compartieron la rabia del accionar de las fuerzas policiales, entendiendo además que es un síntoma de la ideología dominante, emparentada con el recato, el pudor y la moral que recae sobre la mujer, y un Estado que profundiza esto, criminalizando la disidencia.

Lo colectivo se armó vía redes sociales y de boca en boca, entre comentarios que tildaron de absurda e ineficiente la acción, y los que insistían en que la lactancia es un acto privado y asqueroso. No se conocían, no sabían quién era Constanza, pero entendieron que hay que decir basta a los atropellos, e ir un poco más allá. Los #piquetetazos que surgieron espontáneamente en distintas ciudades, no responden sólo a la solidaridad, o a un problema de educación de las policías, como dijo el intendente de San Isidro y muchos medios hicieron eco.

El reclamo es mayor, y se siente en el pecho. En la mayoría de los casos, el foco de las demandas estuvo dirigido al Estado, para que “genere condiciones seguras, con espacios cómodos, respetuosos, para que las madres no queden circunscriptas, hasta el final de lactancia, al espacio del hogar, sino que puedan integrarse al resto de la sociedad «, según expuso Betiana Cabrera Fasolis, representante de la organización Mujeres de la Matria Latinoamerica (Mumala).

A su vez se exige el cumplimiento de las leyes existentes de lactancia materna, la promoción y concienciación pública, como así también multiplicar los bancos de leche materna en los hospitales públicos, penalizando además a los trabajadores de la salud que atenten contra esto.

En la plaza de San Isidro, una mujer levantaba un cartel que decía: “Si te jode ver a una mamá amamantando mirá para otro lado como hacés con el trabajo esclavo y la trata de personas”.

Foto: Fotografía de Prensa

Palabras claves: Lactancia, piquetetazo

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