El Diego Maldonado

El Diego Maldonado
20 octubre, 2017 por Redacción La tinta

En medio de la conmoción por el caso de Santiago Maldonado, Diego Maradona volvió a hacer uso de sus redes sociales para plantar bandera. Ajeno a las posiciones cómodas, criticó a Mauricio Macri y pidió que el pueblo no se calle: «Me duele que Argentina parezca estar adormecida». El Diego Fidel, el Diego Chávez, no calla. Hoy es Diego Maldonado.

Por Gonzalo Reyes para La tinta

«No me sale. No me encanta quedar bien», le dice un regordete Maradona a Emir Kusturica en el documental que el cineasta servio hizo sobre él hace 10 años. «Hoy cuando todos defienden a Estados Unidos, yo defiendo a Cuba», explicaba. Quizá él también sabe que le supo pifiar muchas veces. Así como se fotografió y jugó partidos con Menem o se calzó remeras apoyando al «Mingo» Cavallo, erró penales importantes como ante Yugoeslavia en 1990. Pero en esta escena, frente al director-fanático, hablaba tras haberse sumado en la histórica cumbre de Mar del Plata en la que junto a Chávez dijeron «ALCA, ALCA, AL CARAJO!»

«Ningún futbolista consagrado había denunciado sin pelos en la lengua a los amos del negocio del fútbol. Fue el deportista más famoso y más popular de todos los tiempos quien rompió lanzas en defensa de los jugadores que no eran famosos ni populares», supo recordar Eduardo Galeano, haciendo mención del primer y único gran intento a nivel mundial de sindicalizar la actividad de los fútbolistas en los 80, cuando la FIFA de Havelange los obligaba a jugar partidos internacionales bajo el sol del mediodía por órdenes de la TV y sin que ellos supieran cuáles eran los balances de ganancia que generaban. Pero siempre fue «un dios sucio, pecador, el más humano de los dioses».

«Me parece que no sólo es necesario sino que sería fundamental que no haya una continuidad de criterios en todo lo que hacemos», nos supo decir Dario Sztajnszrajber en su último paso por Córdoba, cuando le preguntamos qué hacer con las contradicciones de estas figuras endiosadas y tan humanas. No hay una continuidad de criterios en todo lo que hace el hombre Maradona. Tampoco nosotros tenemos una continuidad de criterios sobre él. Pero hay cosas que nos suman.

Un par de meses atrás remarcábamos la importancia que puede tener que ese pseudodios, ya avejentado, fuera de su escenario y devenido en un señor grande que descubre cada tanto una red social nueva -exponiéndose a veces al borde del ridículo-, siga utilizando su nombre para fijar posiciones tales como la defensa del chavismo en Venezuela. «Me duele que Argentina parezca estar adormecida», dijo ayer a través de las redes. Sus palabras fueron acompañadas por una imagen de él y de Santiago Maldonado. Diego pidió que la gente se movilice. Que no nos callemos.

Sí, todavía nos sirve que Diego Armando Maradona se posicione. Quizá sea lo único que de él nos sirva. Que abra la boca y viralice. Que le genere una pregunta a ese que no le entran balas. A los convencidos, que por ser Maradona, consideren rever su posición. A los distraídos, que presten atención. «Todos tenemos que hacernos cargo, y pensar bien a quién votamos. Lo del voto castigo no sirve. Hoy hay tantos corruptos, como los hubo antes, como los hubo siempre. Argentina no ha cambiado nada. Eso es un cuento como el de Caperucita…»

Y sí, queremos que el Diego siga jugando para nosotros. Que otros reyes actuales del fútbol y las redes mantengan silencio si quieren. Les cabe quedar bien. Les sale. Coherentes y correctos. Nunca meten la pata. Para nosotros sigue jugando el Diego. El Diego Fidel, el Diego Chávez, el Diego Maduro, el Diego Maldonado.

*Por Gonzalo Reyes para La tinta

Palabras claves: Diego Maradona, Santiago Maldonado

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