La insurrección de la burguesía

La insurrección de la burguesía
7 abril, 2017 por Redacción La tinta

¿Se puede representar a las clases sociales en el cine y en la fotografía? ¿De qué manera? ¿Cómo se logra? A través de un análisis visual comparativo de dos momentos históricos, intentaremos pensar estas preguntas. Tomando en cuenta fotografías significativas de la “manifestación por la democracia” del 1° de abril e imágenes audiovisuales de la marcha anti-Allende en marzo de 1973 extraídas del documental “La Batalla de Chile” buscamos desentrañar cuáles son los sujetos que marchan y que se expresan en la calle tanto ayer como hoy. Cuales son las continuidades en la historia.

Por Natacha Scherbovsky para La Tinta

Las clases y su lucha en “La Batalla de Chile”

“La Batalla de Chile” (1975-1979) reconocido film documental realizado por el equipo de producción “Tercer Año” y dirigido por el cineasta chileno Patricio Guzmán es una trilogía que se realizó durante el último año de gobierno de Salvador Allende (de marzo a septiembre de 1973). Lleva como subtítulo “la lucha de un pueblo sin armas”. En este sentido, el cineasta pretendía no sólo representar a las clases sociales sino sobre todo su lucha. Ya que, de acuerdo con su posición marxista, ésta motorizaba, caracterizaba, atravesaba el proceso revolucionario desarrollado en su país durante aquel periodo.
“La Batalla de chile I: La insurrección de la burguesía” (1975) comienza con la imagen del bombardeo al Palacio de gobierno de La Moneda el 11 de septiembre de 1973. Luego, se introduce en lo que sucede en las calles el día domingo 4 de marzo, mientras se realizaban las elecciones parlamentarias. Durante los primeros doce minutos, el documental va representando una sociedad movilizada que marcha, se manifiesta, se encuentra dividida y polarizada. Estos dos grupos sociales se identifican, se relacionan, se oponen a través de discursos, objetos, actitudes. Así en las primeras escenas, podemos ir construyendo la identificación de los sujetos en dos clases sociales: la burguesía y el proletariado y el pueblo. A su vez estas dos clases sociales quedan divididas de acuerdo con su posición ideológica vinculada a los partidos de izquierda o de derecha que apoyan al gobierno o que se oponen.

La insurrección de la burguesía ayer y hoy

Durante la noche del pasado sábado (1 de abril de 2017) mientras iba viendo las fotos tomadas por el reportero gráfico Orlando Pelichotti para el Diario Los Andes en la manifestación llevada adelante por sectores sociales en apoyo al gobierno de Mauricio Macri en Mendoza, empezaron a resonar, a reaparecer las imágenes que he visto y analizado muchas veces en “La insurrección de la burguesía”. Así como también la necesidad y la urgencia de poder analizar, de mirar qué decían estas imágenes. Tenía la intuición de que habían objetos, miradas, rostros, que ya había visto en aquel film, que aparecían en ese otro momento histórico pero que refería entonces a formas de actuar y poses de una clase social. Más allá del tiempo y de los diferentes contextos políticos-sociales, sigue existiendo.

Mi intención, entonces, es seleccionar las fotos más representativas de la galería que aparecieron en el Diario Los Andes esa noche de “fiebre de sábado” y comparar con cuatro imágenes que aparecen en esos doce minutos de “La insurrección de la burguesía” para pensar qué sujetos sociales protestaron el sábado pasado y cómo podemos finalmente caracterizar a la marcha en defensa del gobierno nacional. Es decir, busco realizar un análisis visual que nos conecte con el pasado reciente y nos permita pensar el presente (no desconozco que hay muchísimas más imágenes y videos que se publicaron en la semana, pero el análisis que me interesa hacer es acotado y sólo tomaré este pequeño grupo que, de todos modos, es bastante representativo de muchas imágenes que luego aparecieron en los medios gráficos y que circularon por Facebook).

Marcha por la democracia

Voy a recuperar cuatro fotografías de la marcha “por la democracia”, “en defensa del gobierno nacional”. El foco, insisto, estará puesto en la descripción de lo que vemos, de los objetos, las miradas, los rostros, los símbolos que sostiene y defienden los sujetos. Esto nos permitirá luego tener una idea más clara de quién estuvieron en esa manifestación, cuáles eran sus símbolos, sus formas de pararse, sus poses, sus posicionamientos. Y nos ayudará a entender similitudes con un pasado reciente.


Manifestación Anti Allende (4 de marzo de 1973)

En este momento y a los fines de la comparación, sólo voy a recuperar cuatro imágenes de personas que entrevista Patricio Guzmán en “La insurrección de la burguesía” porque nos habilita entonces a comparar y pensar que los sujetos de esa marcha no son tan diferentes a los de esta otra. Tienen una marca de clase muy concreta que se sostiene en el tiempo y que está dada por varios elementos.

Ideas monstruosas

El análisis que intento realizar tiene que ver con demostrar que hay continuidades en la historia de los pueblos, que a pesar que los contextos- político sociales sean diferentes, (pero no tan alejados), los sujetos que participan de este tipo de manifestaciones no son tan distintos. Es decir, la sociedad, claramente, ayer como hoy está dividida, en clases. Por un lado “el proletariado” y el pueblo, por el otro “la burguesía”.

En la lucha, como dice el historiador marxista E.P Thomspson, se encuentran y se definen como tal. Por eso lo que intento exponer con esta comparación es que los sujetos de la marcha “en defensa del gobierno nacional” tienen elementos similares a los “momios” o sujetos de la derecha chilena del ’73. Las imágenes representan momentos de tensión social muy fuerte, tanto ese año en Chile (que si recordamos los planos son de la manifestación que se produjo en marzo pero el gobierno de Salvador Allende terminó el 11 de septiembre con un Golpe de Estado), como en este año en Argentina que comenzó plagado de conflictos sociales, políticos, donde el “pueblo” de estar y manifestarse en las calles durante el mes de marzo. El blanco del gobierno de “Cambiemos” fueron y siguen siendo los docentes que luchan por la educación pública, gratuita y de calidad, los trabajadores que reclaman frente a despidos masivos, los piqueteros que se manifiestan por condiciones dignas de trabajo, los pibes de los barrio de las grandes ciudades por ser jóvenes, pobres, estigmatizándolos de “pibes chorros”, los indígenas por su condición “étnica” y de clase (ya que son “indios pobres”) y muchos aquellos que se oponen o se enfrentan al gobierno desde diferentes lugares.

En este momento, entonces, y como respuesta al avance del pueblo en la calle, la burguesía contraataca. Las mujeres adultas, como sujetos sociales, son las que aparecen en las dos manifestaciones como protagonistas. Aparecieron en el Chile de Allende, golpeando las cacerolas, expresándose en la escena pública, y ahora en nuestro país vuelven a visibilizarse. Pero no desde su condición de clase trabajadora buscando mejoras laborales o condiciones dignas de trabajo, tampoco desde su condición de género buscando liberarse, romper las cadenas del sistema machista patriarcal, sino que las vemos posicionarse como “amas de casa” o “profesionales”. Los aros de perlas, los vestidos, las cadenitas, los cabellos rubios o teñidos, lacios, bien peinadas, son marcas de clase social. Los hombres también con sus chombas, sus remeras, sus camisas, sus buzos al cuello, sus peinados, también, son reconocidos y asociados rápidamente a esta clase. Los símbolos: la bandera y la camiseta argentina, las cruces, el escudo de la UCR… son todos elementos que “marcan” ideológicamente a los sujetos con el nacionalismo, la fe y la iglesia católica, las posiciones políticas de derecha. Bien claro, bien transparente.

Sus carteles, aunque sólo hayamos visto uno (pero se ven en otras fotos, además de los que pudimos observar en las innumerables imágenes visuales y audiovisuales que se difundieron esta semana) como las palabras de ayer ponen en primer plano la “democracia”, la “república”, la lucha contra los gobiernos “corrompidos”, la “patria”. Por último, sus rostros, sus miradas de enojo, de odio, de preocupación, sus bocas terroríficas convierten a estos sujetos tanto del Chile del ‘73 como del 1°de abril del 2017 en sujetos monstruosos o en “huecos”. Es decir, en criaturas invisibles a los humanos, que tienen dientes afilados, mucha fuerza y necesitan comer los ojos de los niños (peculiares) para poder pasar a otra etapa y así lograr la inmortalidad.

(“Huecos”. Ms. Peregrine y los niños peculiares de Tim Burton, 2016).

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