As Bahias: «Nuestra resistencia tiene que habitar los lugares»

As Bahias: «Nuestra resistencia tiene que habitar los lugares»
5 abril, 2017 por Gilda

¡Fora Temer! coreó el público durante el primer show en Curitiba de la banda paulista As Bahias e a Cozinha Mineira, en el Teatro Paiol. ¿El motivo? “Hemos salido a la calle. Gays, travestis y mujeres trans. Hemos salido al sol, querida. Salir al sol es dejar la oscuridad de las madrugadas, cuartos, ventanas y puertas que encierran (…) porque si se asimilan estas ideas dentro de un país y se naturaliza y se normaliza, hay algo que está ocurriendo muy profundamente. Y el arte es más bien un termómetro en este contexto”, enseña y descarga la cantante y compositora Assucena Assucena. Junto a Raquel Virgínia, forman las Bahias, apodo que las acompaña desde la Facultad de Historia, en San Paulo, donde se conocieron.

Por Lucas Cabana para Curitiba Cult

Assucena nació en Vitória da Conquista (BA), y aunque Raquel sea paulistana, los años en que estuvo radicada en la tierra de todos los santos, posibilitaron su contacto con el axofé, género musical que despertó en la artista las ganas de ser cantante. Y si existe una fuerza superior aquí en la tierra, es Ivete Sangalo que acompaña a Raquel diariamente. “Hoy mismo mientras tomaba un baño la escuchaba. Soy una adicta de Ivete. Siempre me envolvió su música, principalmente por mi formación escénica”, revela.

En el disco Mulher (2015), primera obra del grupo, es nítida la relación con el axé. Pero para el lado del trío eléctrico. La devoción y contemplación de Raquel por la divinidad esotérica bahiana está impresa en Mãe Menininha do Gantois, escrita por ella.

Sin embargo, el disco va más allá. Maracatu, rock, balada, reggae, bossa-nova entre otras referencias musicales están implícitas en cada canción.  “El disco es fruto de mucho dolor, alegría, resistencia e inspiración. Fueron muchas madrugadas en la casa de Raquel haciendo canciones, sufriendo, llorando y riendo.  (…) Fue un momento de mucha densidad que posibilitó este disco”, conceptualiza Assucena.

Gal Costa fue quien desencadenó la formación del grupo. “Oímos la obra de Gal Costa y modificó completamente nuestras vidas. Es una obra camaleónica. No nos encerramos en un estilo y se debe en gran medida a la influencia del tropicalismo”, explica Assussena. Rafael Acerbi Pereira, de Poços de Caldas, fue el responsable de poner melodía a las creaciones de las compositoras a lo largo de 13 canciones.

Y como si no bastase la amplitud sonora y los diversos acentos de la banda, la cantora y compositora Janine Mathias además de ser parte de esta ronda, tanto en la música como en las lucha diaria de las banderas que levantan, agregó su cadencia melódica que fluctúa entre rap, soul y mucha brasilidade en el primer show de la banda en esta ciudad.

 “Hacer de nuestra voz una lucha es inevitable. El cuadro musical a partir de esta quiebra de fronteras que nuestra música es, me hace pensar en la fuerza de ser y resistir el patrón común. Nada dentro del mismo paquete, pero todo dentro de la lucha de ser lo que se es. Todos los días me enorgullece la música que soy. Porque antes de todo, hago desde mi identidad como mujer negra. Fuerza contra la invisibilidad de todos nosotros en este sistema prejuicioso que pretende dictar nuestro lugar” , sostuvo la rapera que en el primer semestre de este año participó del proyecto Elefante Sessions junto a Rafael Acerbi.

Mulher es un disco esencialmente brasilero que refleja las amarras y alegrías que transmutan en la realidad artística de As Bahias e a Cozinha Mineira. Pero también instala la necesidad de, a partir del arte, crear intersecciones complementarias a través de estas dos mujeres transgénero que saben en qué medida su pasión posibilita la identificación y el apoyo de diversas comunidades. Donde muchas veces la única luz es la del desamparo de un poste en una esquina cualquiera. “Ese es el camino [de resistencia] que tenemos que trazar. Y entender que estamos resistiendo. Tenemos que encontrarnos principalmente en estos espacios culturales. Nuestra resistencia debe habitar los lugares”, afirma Raquel.

En entrevista con Curitiba Cult las cantantes contaron todos los detalles del disco Mulher y revelaron otros sobre su sucesor, Bixa, ya en etapa de pre-producción. De Mulher a Bixa, As Bahias e Cozinha Mineira contemplan la esencia artística de un Brasil que se redescubre en la contracorriente del sistema actual.

-Mulher es un disco repleto de referencias a vivencias personales de ustedes. Y a su vez existe esta inmersión en diversos ritmos, samba, balada, reggae, rock, bossa, maracatu… ¿Cómo se dio este proceso de creación?

-Assucena Assucena: Fue un proceso que al principio fue un poco ingenuo, muy apasionado en sus inicios. Oímos la música de Gal Costa y modificó completamente nuestras vidas. Es una obra camaleónica. No nos encerramos en un estilo y se debe en gran medida a la influencia del tropicalismo. En un comienzo no nos propusimos estas composiciones ni estos géneros, fue naciendo. Volvimos a cantar y a componer después de un proceso de depresión muy profundo en la época de la facultad a causa de la transgeneralidad, del racismo. La Universidad de San Paulo es muy elitista, racista e institucionalmente fascista.

-El show de esta noche me parece emblemático. Curitiba es una capital históricamente fascista, y ustedes como transgéneros, negras y mujeres en el palco del Teatro Paiol por donde pasaron diversos artistas a lo largo de décadas, ¿qué sienten al presentarse aquí?

-Raquel Virgínia: Primero creo que tengo un gran interrogante. Para mí que soy de San Paulo mi eje siempre va a ser el noreste. Por ser una mujer negra. Pero existe una cuestión racial muy fuerte y compleja. Inclusive leí que Curitiba es la ciudad donde se concentra la mayor cantidad de negros del país en escala proporcional. Aquí tienen un movimiento muy fuerte del movimiento negro. Aquí tienen que resistir mucho. No conocía la ciudad. Pero, para quien es negra y travesti, existe una resistencia en relación al sur. Inclusive, tengo un poco de recelo de recibir invitaciones u optar hacer shows en otros sitios.

 También creo que es emblemático para nosotras tocar en el sur, siempre. Es algo bueno, donde hay fascistas también hay mucha gente resistiendo. Ese es el camino que tenemos que trazar. Y entender que estamos resistiendo. Tenemos que encontrarnos principalmente en estos espacios culturales. Nuestra resistencia tiene que habitar los lugares.  Es evidente que tenemos un público diverso y tenemos que romper las barreras y lidiar con un público que no esperaría encontrarse con travestis. Ese es un paradigma que rompimos. Cuando llegamos a la ciudad, por no tener el mismo nombre del documento, bromeamos con que el nombre es falso y las personas entienden la broma y respetan. Es claro que el cambio está sucediendo en la ciudad. La relación con el Teatro Paiol es un poco eso.

-Actualmente, diversos artistas se han hecho eco de este grito musical y enarbolado todas estas cuestiones que ustedes comentaron ¿Cómo llegaron ustedes a transitar esta cuestión?

-AA: Políticamente, fue natural. Hemos salido a la calle. Gays, travestis y mujeres trans. Hemos salido al sol, querida. Salir al sol es dejar la oscuridad de las madrugadas, cuartos, ventanas y puertas que encierran. Lo que estamos quebrando son estigmas de tener otros lugares en la música, por ejemplo. Porque en el arte la travesti es vista de manera graciosa, hipersexualizada y exótica, como si no fuese algo humano. Y lo ven como algo que es amoral. Es la degradación moral del ser. Entonces, están acabando con la pluralidad de ser y existir de la humanidad. La humanidad es tan compleja, llena de sexualidades y géneros, y existe un binomio muy restrictivo. Es muy común dejarse atrvesar por las miradas y bajar la cabeza. Pero después te das cuenta de que quienes deben bajar la cabeza son ellos. El mundo es nuestro y está surgiendo una generación.

-La respuesta de la prensa en relación a su trabajo y al discurso de Mulher ha ocasionado varias discusiones sobre su obra y ustedes como artistas. ¿Cómo ha sido esta repercusión?

-RV: Nuestra prensa de hoy todo lo pincela con un nivel sensacionalismo. La prensa debería combatir cualquiera de estos niveles.  Cuando desenvuelven los asuntos en un nivel de espectacularización, al mismo tiempo, vivimos esa invisibilización del debate de identidad de género.  Las personas no saben diferenciar sexualidad e igualdad de género. De hecho es un problema. Porque si cuando van a discutir la dignidad humana necesitan hacer un espectáculo para eso, hay algo que está mal.

-AA: Tenemos que balancear el nivel de espectacularización. En esta sociedad todo se define en imágenes, cuando una imagen puede significar una verdad que no siempre es.

-RV: No quiero llegar a los 50 años y todavía estar discutiendo esto. Yo quiero hablar sobre nuestra música, nuestra carrera, más que sobre género. Porque si fuese a hablar sobre eso estudiaría la temática como amigas que yo tengo que lo hacen. Si fuera así, yo haría otra cosa. Tal vez sería letrada. En cambio lo que nos gusta hacer es música. Pero las discográficas son un colador. Hemos conseguido colarnos en ese mercado y lograr determinados lugares. Y nuestra obra refleja lo que pensamos. El nivel de curiosidad por la obra y la artista debería reflexionarse mejor.

-AA: Ahora es necesario discutir todo eso. Decidimos hablar sobre eso. No fue algo pensado. Tanto así que en nuestros inicios discutimos con nuestra asesora de prensa. Y ahí las palabras, visibilidad, invisibilidad, representatividad e irrepresentatividad aparecieron como cuatro conceptos, cada una a su manera, que fue trayendo nuestra necesidad de principio.

-¿Quién es la «Mulher» detrás de este disco?

-AA: Cuando comenzamos a pensar este trabajo, después de haber compuesto algunas canciones, otras vinieron después de un pensamiento más metódico, con una propuesta estética sobre la obra. De encontrar una narrativa y una sonoridad que encajasen. Apologia às Virgens Mães, canción que abre el disco, la pensamos para presentar la cuestión universalizante sobre la mujer. El paradigma de madre que se presenta, como si la mujer debiera ser madre, o no. Pero la madre es un ejemplo en la historia de la mujer y no es un ejemplo cualquiera.  Entonces, María, dentro de una sociedad brasilera donde el catolicismo es hegemónico, y la representación de una mujer superior, donde ella debe tener sexo como un no-lugar. Y este lugar es la virginidad, la pureza de la castidad. Solo que en contrapunto existe Magdalena dentro de este mismo principio. Entonces, si el hijo de la virgen fue muerto y santificado, dónde están los hijos de puta? 

Entonces, si la primera canción universaliza, la segunda ya tiene un nombre que es Josefa María. Tiene una cuestión específica que es universal. Raquel canta la oda al trabajo doméstico. Si tuvimos la revolución de la píldora, fue porque hubo mujeres trabajando para que otras conquistasen espacios ejecutivos.  El disco habla de agua, humo, la melancolía, alimentación, elementos semióticos que van circulando, y por supuesto, todos femeninos. El cambio en el lenguaje para dignificar el átomo universal es muy importante. La mujer es mucho. Es una palabra que nos atraviesa y nos constituye directamente.

-Antes de formar As Bahias e a Cozinha Mineira ¿ustedes ya cantaban?

-AA: Yo canté en la iglesia, coral, y fui solista. Crecí en una familia judía sefardí y a los pies de la vitrola oyendo Ofra Haza y Whitney Houston. Mi hermana también canta. Entonces tuve mucho contacto con el canto.

-RV: Yo quería ser artista. Y estaba encantada con Ivete Sangalo en la adolescencia. Pero yo quería ser actriz y allí conocí a Paulo Autran. Llegué a ir a Salvador porque quería ser cantante de axé, tan grande es mi amor por Ivete. Hoy mismo mientras tomaba un baño la escuchaba. Soy una adicta de Ivete. Siempre me envolvió su música, principalmente por mi formación escénica. Mi negocio es disco y show, y claro, empresaria porque soy una loca de los negocios.

-En el ámbito político y cultural, ¿cuál es la importancia de la música en este momento que el país atraviesa?

-AA: La música tiene el poder de engañar. Acarrea consigo todo un marco ideológico inmenso. Ahí encontrás un género que es extremadamente machista, como el outsider universitario, que tiene a la mujer objetivada, heteronormativo y una serie de cuestiones de normalización hegemónica. Cuando culturalmente y nacionalmente estas ideas están encontrando comodidad para asentarse socialmente, es muy peligroso. Porque si se asimilan estas ideas dentro de un país y se naturaliza y se normaliza, hay algo que está ocurriendo muy profundamente. Y el arte es más bien un termómetro en este contexto. Nuestra lucha es contra este patriarcado hegemónico y el monopolio de concesión pública de la TV y la radio. Son propiedades radiofónicas y televisivas. Yo no voy a dejar de ir a Globo, porque allá en la casita de no se dónde tienen una antena que agarra SBT y Globo. Y las personas no quieren abrir más sus propiedades. El outsider universitario conquistó una propiedad.

– Ya están trabajando en la pre-producción de Bixa, su segundo disco. ¿Qué pueden contar sobre eso?

-AA: No podemos hablar demasiado. Como estuvimos dos años sin entrar al estudio, apenas para ensayos, o haciendo música en mi casa, en la de Raquel, en la USP, o en la casa de Rafa, muchas de las composiciones de Bixa fueron de esa época. Y el nombre hace referencia a ese período, al disco de Caetano Veloso, Bicho. Pero ya estoy hablando de más.

*Por Lucas Cabana para Curitiba Cult

Palabras claves: As Bahias e a Cozinha Mineira, Brasil, Música, trans

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