Oportunismo o lealtad

Oportunismo o lealtad
21 febrero, 2017 por Redacción La tinta

Por Gabriela Estévez

De las 257 bancas que integran la Cámara de Diputados de la Nación, el bloque de Unión PRO apenas cuenta con 42 integrantes. Sumados a los integrantes de los bloques de la UCR (36) y la Coalición Cívica (4) que conforman la Alianza Cambiemos, el oficialismo suma 82 bancas, lo que lo deja lejos del número necesario para conseguir quórum o impulsar leyes en soledad. Este escenario ha sido caracterizado por algunos formadores de opinión como algo deseable, ya que forzaría al oficialismo a ejercer los tan reclamados diálogo y consenso. Nadie que tenga un compromiso serio con la democracia puede oponerse en abstracto a la construcción de acuerdos parlamentarios entre oficialismo y oposición. La cuestión central es entonces, qué tipo de acuerdos y para qué.

Los acuerdos construidos entre el oficialismo y algunos sectores de la oposición han sido en detrimento de los derechos de los trabajadores, los jubilados, las PYMES, las mujeres, los niños y las niñas, y otros grupos vulnerados. Curiosamente (o no), estos acuerdos fueron justificados una y otra vez por la oposición funcional como parte fundamental de cierto pacto de gobernabilidad. Lo que no pueden explicar estos sectores es de qué manera se aporta a la gobernabilidad acompañando políticas de ajuste cuya única consecuencia ha sido la caída del consumo popular y el aumento del endeudamiento externo.

El ejemplo más reciente de este comportamiento funcional de ciertos sectores de la oposición fue el tratamiento de la Ley de reforma de las ART. En esta ocasión, algunos bloques que se dicen peronistas y muchos diputados que, incluso, fueron elegidos porque integraban la boleta del Frente para la Victoria, optaron por dar quórum al oficialismo, que logró así la sanción de esta Ley con los votos propios. Si estos “compañeros” se hubiesen parado al lado de sus bancas tal como lo hizo el bloque del FPV-PJ, la Ley se caía. Entonces, ¿por qué quedarse en sus bancas? Porque es otra forma de facilitarle al oficialismo la mayoría que el Pueblo le negó en la urnas.

Es decir, es una forma de ir contra los intereses y la decisión democrática del Pueblo argentino. Ya sea dándole los votos, absteniéndose o facilitándole el quórum, la oposición funcional ha pactado una y otra vez con el oficialismo para perjudicar a los más humildes de nuestra Patria.

El Pueblo argentino votó al candidato a Presidente de Cambiemos. Pero el mismo Pueblo votó un Congreso de mayoría peronista que no está haciendo honor al rol opositor asignado por el voto popular. Cuando hablo de rol opositor no estoy pensando en reeditar lo hecho por el opositor “Grupo A” durante el periodo 2009-2011 que se dedicó a poner palos en la rueda, negándole al Poder Ejecutivo, entonces conducido por Cristina, contar con un Presupuesto. Oposición debería significar “oponer” al modelo del Poder Ejecutivo, el modelo de la oposición parlamentaria, para construir acuerdos desde esa diferencia representativa de la heterogeneidad política de nuestra sociedad.

La gobernabilidad no se construye en pactos entre dirigentes a espaldas de la gente, la gobernabilidad se construye en un gran pacto con el Pueblo. ¿Qué gobernabilidad se puede sostener en un país con desempleo y pobreza en crecimiento constante?

Al Gobierno no hay que ayudarlo a recortar derechos laborales, jubilaciones y presupuesto para educación, salud y Derechos Humanos. Al Gobierno hay que ayudarlo a construir una Patria justa, independiente y soberana, porque ese es el mandato que nos dieron los argentinos y argentinas en las últimas elecciones. En honor ellos, los peronistas debemos construir un nuevo pacto de gobernabilidad con nuestro Pueblo. Lo demás es oportunismo.

*Por Gabriela Estévez
*Diputada Nacional FpV/PJ

Palabras claves: Frente para la Victoria, Mauricio Macri, PRO

Compartir: