La ciencia no falla

La ciencia no falla
2 febrero, 2017 por Redacción La tinta

Jorge Valdano relata una anécdota sobre Diego Armando Maradona que ningún buen aficionado del fútbol se debería perder.

 

Por Jorge Valdano, campeón del mundo en México 1986

En México, durante el Mundial del 86, Maradona me ganó una apuesta. Después de los entrenamientos solíamos quedarnos sentados en el suelo a hablar un poco para pasar el tiempo, tiempo que durante las concentraciones no pasa nunca.

Las charlas no tenían nada de extraordinario. Lo único que rompía la monotonía era la presencia de los periodistas que nos esperaban (sobre todo a él). En esas, Diego dijo con desgana:
– Miralos.
– Son todos tuyo- Le contesté por decir algo.
– A ninguno le gusta el fútbol -Siguió.

Para alentar la conversación, elegí el otro lado del ring:
– Mentira, podemos discutir si saben o no, pero gustar le gusta a todos.
– ¿Qué nos jugamos a que no?
– ¿Y cómo hacemos para saberlo? -Pregunté también.

«Diego se levantó despacio, agarró un balón y con esa precisión exagerada… lo depositó en medio del grupo en cuestión»

Imaginó un método que me llamó la atención por su originalidad y creí aceptable como prueba casi científica. Se trataba de hacer caer un balón en medio del enjambre periodístico. Si lo devolvían con el pie, ganaba yo; si lo devolvían con la mano, ganaba él. Acepté la apuesta.

Diego se levantó despacio, agarró un balón y con esa precisión exagerada que tiene y que no sé porqué pero siempre me provocó risa, la depositó en el medio del grupo en cuestión. Hubo un alboroto como del hormiguero pateado, un forcejeo del que sacó ventaja el más decidido y después de dar tres o cuatro pasos rapiditos para dejar en claro quién había ganado el pleito, un hombre nos devolvió el balón con las dos manos, haciendo una especie de saque de banda.

Me defendí como pude:
– Pobre tipo, le dio vergüenza alcanzarla con el pie por ser vos Maradona.

Pero Diego también tenía respuesta para eso:
– Si yo estoy en una fiesta en casa del Presidente de la Nación con un smoking y me llega una pelota embarrada, la paro con el pecho y la devuelvo como dios manda.

Y dios manda devolverla con el pie supongo. Lo siento periodistas, pero nunca más apuesto por ustedes.

* Extraído del libro «El miedo escénico y otras hierbas», de Jorge Valdano.

Palabras claves: Diego Maradona, Jorge Valdano, Mundial México 1986

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