Italia: la renuncia de Renzi y las razones del «No»

Italia: la renuncia de Renzi y las razones del «No»
7 diciembre, 2016 por Redacción La tinta

El domingo pasado se desarrolló en Italia el referéndum convocado por el gobierno para evaluación de su propuesta de reforma de casi medio centenar de artículos de la Constitución que en 1948 abrió la etapa post fascista en la península. Con alta convocatoria a las urnas, pese a que ni siquiera se suspendió la fecha de calcio, el “No” se impuso con poco menoVista previas del 60 por ciento de los votos.

El resultado derivó en la renuncia del primer ministro Matteo Renzi, principal impulsor reformista. Ambos hechos verificaron un escenario local y europeo que, al mismo tiempo, reconfiguran. En él conviven el berlusconismo en su declive, los sectores de la izquierda en debate, la hasta ahora oficialista coalición del Partido Democrático (PD) y el emergente y en ascenso Movimento 5 Stelle (M5S), una compleja corriente que recoge el inconformismo antisistema.

Para analizar el panorama italiano y sus actores, Agencia Paco Urondo consultó a la periodista Geraldina Colotti, del diario romano Il Manifesto.

 

A la distancia, hemos visto que cada grupo político que se oponía a la reforma constitucional señalaba críticas distintas. ¿Qué puntos concretos estaban en juego en este llamado a las urnas?

En síntesis, se proponía la modificación de 49 artículos de la Carta Magna, aprobada en 1948 luego de la victoria sobre el nazi-fascismo. Para el primer ministro y para los partidarios del Sí, la reforma era necesaria para aligerar la maquinaria burocrática, hacer más veloces las decisiones y liberarse de las instituciones ahora convertidas en inútiles, costosas y parasitarias, entra las que mencionaban a las Provincias o el Consejo Nacional de la Economía y del Trabajo (CNEL, por su sigla en italiano), un organismo consultivo del Gobierno, de las Cámaras y de las Regiones, que tiene competencia en materia de legislación económica y social.

¿Qué factores han llevado a esta victoria del No?

Ante todo, el contexto de la crisis estructural del capitalismo que pesa sobre la vida concreta de los sectores populares: con el desempleo, la precariedad, la caída del poder adquisitivo, la privatización de bienes y servicios, la clausura de las fábricas y el aumento de los gastos militares. Y, sobre todo, la evidente pérdida de soberanía con respecto a los Estados Unidos, a la OTAN y a la Troika europea. Por lo que “el No social”, ha sido el voto de resistencia de millones de trabajadores, mujeres y jóvenes a los planes reaccionarios, a las cancelaciones de los derechos laborales con la supresión del artículo 18, a la destrucción de la educación pública, a las misiones de guerra, a la miseria que aumenta, a las políticas de austeridad, a las crisis de los partidos tradicionales y de la democracia representativa burguesa.

En lo específico, están los intereses de la derecha que quiere respuestas xenófobas a la crisis, como la Lega Nord o los fascistas, y las internas al aparato de poder, el PD de Renzi y la vieja dirigencia que hoy está casi toda por el No pero que antes ha aceptado y aplicado medidas neoliberales y de guerra “humanitaria”. También está la lucha de los sindicados de clase, como la USB (NdR: Unión Sindical de Base) o COBAS (Confederación de Comités de Base), y de la parte de la CGIL (Confederación General del Trabajo) que ha visto una ocasión de relanzar la oposición. Y muchos comités territoriales y movimientos que han unido la lucha por la soberanía a la de la Constitución nacida de la Resistencia al nazifascismo.

Renzi ha tenido demasiada confianza en el voto europeo y la fuerza de su partido y quiso imponer su reforma autoritaria para después imponer también una ley electoral que habría entregado aun más poder al partido de mayoría.

El triunfo del No favorece el resurgimiento de la movilización obrera y popular, fortalece la lucha contra la UE de los monopolios, que se desarrollará aún más, mientras que los contrastes entre los grupos burgueses se agudizarán en los partidos e instituciones. En el PD neoliberal se abrirán grietas profundas.

¿Por qué ha renunciado Renzi?

Pienso que Renzi, que es joven respecto a la experiencia política de muchos colegas de partido de la vieja guardia que fueron substituidos por su equipo de jóvenes, sobreestimó el resultado muy positivo de su partido en las elecciones europeas, apostando todo a este referéndum, y prometió su dimisión en caso de derrota: porque sabía que no tendría credibilidad con los poderes que lo apoyan y que quisieran más medidas autoritarias y posibilidades de decidir sin el “disturbio” popular. Lo hizo también porque su carrera no ha terminado y tiene otras cartas para el futuro.

De todos modos, por ahora, el Presidente de la República, Sergio Mattarella, ha rechazado las dimisiones de Matteo Renzi, anunciadas después el resultado del referéndum. Renzi va dejar el Consejo de los Ministros solamente después la aprobación del Presupuesto. Después, el Presidente encargará a un probable primer ministro formar un nuevo gobierno. Pero se habla de elecciones anticipadas. De esta manera, Mattarella está poniendo un freno a las protestas, toma tiempo. Por el contrario, parte de la izquierda quiere un cambio. Algunos sindicatos y movimientos han manifestado en seguida tras el resultado. Ahora se habla de ir a las elecciones, donde queda favorecido el Movimento 5 Stelle. Pero este voto muestra también que el PD, solo, consiguió un 40 por ciento, no es poco. Y la mayoría de gobierno no estaría amenazada todavía, sólo es un problema de credibilidad.

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 ¿Cómo queda reconstituido el escenario político italiano, a partir de esta novedad?

Es un poco prematuro definir bien el cuadro general. En el PD hay muchos problemas de liderazgo, de sillón y lucha de poder. Personajes que tienen muchas responsabilidades en el camino neoliberal hoy se presentan como una referencia más de izquierda… Al mismo tiempo, hay una parte de la formaciones que se definieron a la izquierda (parlamentaria) del PD que quieren entrar en el PD, otras que no están de acuerdo y hacen nuevas alianzas, pero que están divididas en su interno.

Éste es el debate de la izquierda italiana. Los 5S han aglutinado las protestas. Su postura es interclasista: dicen que no les importa ir con la derecha o con la izquierda, no les importa el ‘900, el socialismo. Defienden la propiedad privada y la “legalidad”, así que no apoyan la legitimidad de ocupar viviendas o fábricas si no hay trabajo ni techo. Pero hasta ahora han tenido buenas posiciones internacionales, están a favor de los BRICs, apoyan a Venezuela… Mucha gente de izquierda los ha votado. En Nápoles hay un alcalde que habla de democracia participativa, Luigi De Magistris, que ha sido elegido por las organizaciones populares y que hace un gobierno a la izquierda. Por ahora, todos están evaluando sus cartas. Ante todo los grandes poderes, porque la incógnita va ser el Movimento 5 Stelle, que no tiene experiencia de política de gobierno, los grandes maniobradores están haciendo encuentros entre bastidores para averiguar si pueden gobernar en caso de ganar las elecciones.

Esta nueva situación, ¿impactará de algún modo en la pertenencia y relación de Italia con la Unión Europea?

Los 5 Stelle han dicho que no se van a salir de la Unión Europea, pero el voto ha sido también un voto contra la imposición de la Troika. En el 2012, ha sido reformado el artículo 81 de la Constitución con la inserción del equilibrio presupuestario, impuesto por la Unión Europea (de la Troika). Un vínculo que impide, de hecho, la aplicación de algunos derechos fundamentales previstos en la Carta Magna: el de la salud, las curas gratuitas para los indigentes, la instrucción gratuita para los ocho años de escuela obligatoria, la tutela de los trabajadores por infortunios…

Una modificación de claro sello neoliberal, que pretende hacer pagar la crisis estructural del capitalismo a los sectores populares, poniendo de hecho fuera de la ley hasta el keynesianismo. Ya con aquella reforma, el orden constitucional fue inspirado por una precisa concepción económica, la neoliberal del modelo alemán. Una concepción según la cual el crecimiento debe basarse en la libertad de los mercados, sobre políticas monetarias exclusivamente orientadas al control de la inflación y sobre la prohibición del Estado de cumplir maniobras económicas usando la deuda pública para hacer inversiones productivas, el concepto keynesiano de déficit-gasto. La izquierda quiere borrar este vínculo (con la Troika). Y pide también regresar a un sistema de elección de tipo proporcional, donde no haya barreras que impidan a los partidos más pequeños acceder al Parlamento. Pero, ¿con qué normas se podría ir a votar hoy? Éste es otro tema.

¿Cuál será el mecanismo constitucional con que ahora se elegirá al sucesor de Renzi?

Después del voto del Presupuesto, el Presidente encargará directamente la personalidad que, según la indicación de los grupos de mayoría, pueda constituir un gobierno y conseguir la confianza del Parlamento. El encargado, que por lo general acepta bajo reserva, después de una gira de consultaciones, vuelve a ver el jefe del Estado para desatar, positivamente o negativamente, la reserva. Después se firman los decretos de nombramientos del jefe del Ejecutivo y de los ministros.

 

*Por Diego Kenis para la Agencia Paco Urondo

Palabras claves: Italia, Unión Europea

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