El equipo de los que aman y piensan

El equipo de los que aman y piensan
16 diciembre, 2016 por Redacción La tinta

Jugué durante muchos años en la Universidad Nacional de Córdoba en el equipo de fútbol de la Facultad de Filosofía y Humanidades, equipo compuesto por psicólogos, historiadores, un filósofo, un hombre de letras, un cineasta, un artista plástico y llegamos a ser en una época dos de teatro. En ese tiempo todavía Psicología y Arte no eran Facultad.

Durante muchos años los equipos de Derecho, Ciencias económicas y Medicina, principalmente, se nos rieron. Entrábamos en la cancha y nos decían Platón, nenas, hippies; nuestro vestuario era muy “croto” para el vestuario que ellos proponían. Parecía realmente una película yanqui universitaria mala. Plagada de todos los mismos clichés.

Nosotros sólo queríamos jugar, pero nuestros pelos largos, nuestra forma de conversar con el árbitro, nuestra mera presencia causaba molestias, no entrábamos en el statu quo, en el orden imperante.

Una facultad con pocos estudiantes tiene menos chances de armar un equipo competitivo que una con muchos, es así de simple. Durante varios años nos golearon, nos gozaron, nos humillaron. Nuestros equipos aliados eran Periodismo, el FAMAF, la Escuela de Lenguas.

«Corazón, dignidad, pensamiento y entrenamiento nos sobra, y allí vamos a estar nuevamente, compitiendo de igual a igual. Por el amor, sólo por eso, algo tan simple como eso».

Pero crecimos, porque no sólo teníamos corazón, pensábamos el fútbol. Entrenamos. Entrenamos y pensamos, entrenamos y reímos, entrenamos y amamos, crecimos tanto que llegamos a un cuarto puesto, luego a un tercero y finalmente ganamos un pre-olímpico dejando en el camino a todos esos monstruos.

Es una historia que se repite, de David frente a Goliat, el débil contra el fuerte, el «inútil» contra el «útil».

La ponderación simple que votaron estos miserables, cobardes y antidemocráticos, es eso, es volver a ubicar en su lugar a los hippies, a Platón, a Lacan, a Peter Brook, porque son pocos, porque piensan y “el pensamiento crítico le hizo mucho daño al país”, para que no tengan posibilidad de empoderarse, para que los que sigan mandando sean los mismos de siempre, las elites dominantes bancadas por las masas lobotomizadas, los que saben de números, de leyes, de éxito, de poder.

Pero no lo van a lograr, porque corazón, dignidad, pensamiento y entrenamiento nos sobra, y allí vamos a estar nuevamente, compitiendo de igual a igual, como verdaderos ciudadanos, como verdaderos demócratas, por Platón, por Brook, por Marie Curie, por el amor, sólo por eso, algo tan simple como eso.

* Opinión de Gonzalo Marull
** Fotografía del Colectivo Manifiesto.

Palabras claves: educación, Reforma universitaria, UNC

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