Clarín y Macri: ¿tambores de guerra?

Clarín y Macri: ¿tambores de guerra?
16 diciembre, 2016 por Redacción La tinta

Se multiplican las críticas del Grupo hacia Macri y Cambiemos. ¿Negociación o aviso de ruptura? El gran diario argentino, los negocios y las apuestas políticas.

En su tapa del domingo 4 de diciembre, Clarín apunta a la línea de flotación de Mauricio Macri. El diario titula: “El primer año de Macri, con balance de gestión negativa y optimismo para el 2017”, en base a una encuesta realizada por Management & Fit, la consultora de Guillermo Seita y Mariel Fornoni.

Veinticuatro horas después, desde Córdoba, el jefe de Gabinete Marcos Peña, desmintió las cifras que disparó Héctor Magnetto desde su portaaviones el día de mayor tirada: “Los números de Clarín no son nuestros números”, aseguró.

La consultora tiene a Fornoni como su cara pública, pero tiene entre sus conductores a Seita, un “monje negro” no tan conocido por el gran público. Exsecretario de Medios durante el Gobierno de Menem y actual operador de dirigentes pejotistas (sin ir más lejos, trabajó para la campaña de Daniel Scioli en 2014). Tiene un pasado setentista en la agrupación de la derecha peronista Guardia de Hierro; en los noventa se convirtió en hombre de confianza de Domingo Cavallo, José Luis Manzano y el suicidado Alfredo Yabrán. Durante el menemismo trabajó con el ex superministro Cavallo en la Cancillería y en Economía, donde fraguó su amistad con otro cavallista: Juan Schiaretti, actual gobernador de Córdoba, exsecretario de Industria en la época donde se cerraban fábricas todos los días, e inolvidable interventor en Santiago del Estero. De ahí los vínculos de Seita con otro peronista de pasado similar: José Manuel de la Sota, aliado de Sergio Massa.

El hombre tiene estrecha relación con la conducción político-periodística del diario y logró que su consultora opere como una suerte de oráculo de Delfos, marcando la agenda con sus números mágicos. Por lo menos desde el 2011, es la encuestadora exclusiva de Clarín y el Grupo. Durante los años del “periodismo guerra”, fue objeto de ataques y críticas permanentes asestadas desde el universo kirchnerista que la había rebautizado como Managment & Fruit.

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Según el estudio, el 52,6% evalúa negativamente el primer año de gestión presidencial y considera que Macri aún no cumple sus promesas de campaña. Lo llamativo de ese domingo es que Página/12 también publicó números y percepciones de diferentes analistas y sorpresivamente las conclusiones eran más amables con el Gobierno que las de Clarín. Error no forzado que el medio de Víctor Santa María enmendó este sábado, publicando un trabajo de Roberto Bacman de la consultora del Centro de Estudios de Opinión Pública que destaca las cifras desastrosas para Macri y Cambiemos. Santa María, entre otros dirigentes peronistas, acompañó a Cristina Fernández en su viaje a Brasil para una visita a Lula y Dilma Rousseff.

Ya en su edición del sábado 3, Clarín le había apuntado al retiro del Gobierno de Cambiemos en Chapadmalal: “La política se metió en el retiro”, publicó en tapa, poniendo foco en las críticas y pedidos de cambio de rumbo de Emilio Monzó, presidente de la Cámara de Diputados: “Podría ser la foto de un viaje de egresados, pero es la imagen que eligió Presidencia para comunicar la segunda jornada de Trabajo del Gabinete Presidencial. Al costado del camino que lleva al mirador del alicaído por el desuso, pero aun así imponente Complejo Turístico Chapadmalal”, chicanea la nota de página 4.

El lunes 5, también en tapa, Clarín tituló: “El Gobierno aceptaría darles a los piqueteros el manejo de su propia obra social”, la forma de presentar el acuerdo del oficialismo con los dirigentes de algunos movimientos sociales que agrupan a trabajadores informales, hace al contenido: darle el manejo a los piqueteros, no debe caer muy simpático en la “opinión pública” y mucho menos en el núcleo duro de Cambiemos. Apunta al nervio más reaccionario de los votantes que se pueden disputar Macri y Sergio Massa, por decir algo.

Aunque Clarín obtuvo beneficios durante este año (empezando por la pauta), quizá no esté del todo conforme con algunas propuestas de Macri para determinados negocios.

El martes 6 tituló, también en tapa: “Massa y el kirchnerismo jaquean al Gobierno con un proyecto único de Ganancias”, mientras que el jueves 8, la nota central destaca la respuesta del oficialismo a Massa, pero en la nota Del Editor que, con el cambio de diseño reciente, aparece en tapa, Ricardo Roa firma un artículo que se titula: “Con los piquetes, Cambiemos es Sigamos” y critica el supuesto “garantismo” del Gobierno con respecto a la protesta social que presuntamente está convirtiendo a la ciudad en un “caos”.

Finalmente, el sábado en otro mensaje Del Editor al lector, otro de los flamantes directores restituidos a Clarín, Fernando González, escribe un editorial lapidario: “La caída en la evaluación de la gestión de Mauricio Macri y en su imagen, que registran la mayoría de las encuestas, tiene una sola explicación. La falta de resultados en la economía real. El impacto directo en el bolsillo que sufren la mayoría de los argentinos por causa de la recesión prolongada desde hace cuatro años y por algunas decisiones del Gobierno que han agravado esos efectos. Hay un verdadero Triángulo de las Bermudas que conforman la inflación todavía muy alta; la fortísima suba de las tarifas de servicios públicos y la reducción timorata del impuesto a las Ganancias. En ese territorio peligroso navega desorientado el Gobierno. Y deberá encontrar pronto el rumbo para poder llegar con chances de triunfo a las decisivas elecciones legislativas de 2017.” El título del artículo es: “El triángulo de las Bermudas de Macri”, muestra a un Gobierno perdido y aunque termina con un suspiro de aliento y esperanza, cualquiera que conozca las reglas básicas del periodismo sabe que lo importante está en el título y el primer párrafo.

Aunque Clarín obtuvo beneficios durante este año (empezando por la pauta), quizá no esté del todo conforme con algunas propuestas de Macri para determinados negocios. Uno de esos es el futuro del Fútbol Para Todos, algunos lo ubican como socio menor de los gigantes Turner y FOX, en una disputa en la que también participa la estadounidense Viacom que acaba de adquirir Telefe. No puede descartarse que el Grupo, después de los servicios prestados, hubiera querido mayores privilegios para las “empresas nacionales”, un eufemismo de interés general para hablar de Clarín.

Además, muestra cierta disconformidad con esa especie de “populismo 2.0” que ejercita el macrismo a través de redes sociales como Facebook, Twitter o Snapchat, para su política de comunicación.

Y en tercer lugar, la apuesta a un recambio político ante un eventual fracaso de la aventura del país atendido por sus dueños, puede estar entre las tempranas visiones estratégicas del Grupo, mirando con cariño hacia la meca de Tigre, donde tiene varios socios vitalicios.

El funcionamiento histórico del Grupo, un fiel representante de la fantasmal burguesía nacional, tiene una regla de hierro: arranca todo lo que puede de entrada y se prepara para el futuro. Quizá el futuro llegó, hace rato. Más aún si aumenta el malestar de su público, no tiene problemas ni sentimentalismos para preparar los papeles del divorcio. ¿Será que se confirmará nuevamente la quintaesencia del magnettismo y la paz habrá sido sólo un efímero momento entre una guerra y la otra? El que viva, lo verá. Lo que es seguro es que en todo esto hay cualquier cosa menos “periodismo independiente”.

 

*Por Fernando Rosso para La Izquierda Diario.

Palabras claves: Clarín, Mauricio Macri, Medios de comunicación

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