La peor pérdida

La peor pérdida
7 noviembre, 2016 por Redacción La tinta

Una beba de tres meses falleció por una extraña enfermedad congénita. La madre vive a 50 metros de la cuestionada fábrica “Porta Hermanos”. Existen otros casos similares dentro del mismo barrio. Presentarán una denuncia penal contra la empresa y el intendente Ramón Mestre. Nota de Lea Ross.

Al bajarse del vehículo, uno no siente el típico olor que inunda el barrio San Antonio, al sur de la ciudad de Córdoba, pegado al oeste de la avenida Valparaíso. Entre las casas y la avenida Circunvalación, se encuentra esa enorme fábrica de destilería Porta Hermanos S.A., acaparando la vista hacia el norte de los vecinos y vecinas.

José Porta (padre) es un empresario que ha tenido el privilegio de haber sido ministro provincial durante las gestiones de Eduardo Angeloz, Ramón Mestre padre y José Manuel de la Sota. Un acomodado con influencia en los distintos colores de la política.

“Yo ya no siento el olor. Uno ya se ha acostumbrado, a menos que se ponga fuerte”, cuenta una vecina que vive pegada al predio de la empresa. Al caminar por la calle Igarzábal, en el momento en que se visualiza de forma más completa la fábrica, emerge un olor a vinagre.

La empresa está instalada desde mediados de los noventa. Allí produce vinagre, aceto y productos alcohólicos, sin tener aprobado todavía el estudio de impacto ambiental. Desde febrero del año 2012, la industria decidió también producir bioetanol, un alcohol etílico hecho a partir de la molienda de maíz.

“Eso que dice Porta que él había llegado antes que existiera el barrio es mentira”, nos comentan Juan Carlos y Elsa, un matrimonio que viven en San Antonio desde el año 1982. Al seguir caminando, el olor pasa del vinagre a uno parecido al pan horneado. Pero no es pan horneado.

Distintos testimonios aseveran que desde 2012 se agudizaron los malos olores. “Dependemos del viento. Si es viento sur, todo lindo. Pero sí es viento norte, se pone denso”, relatan. Detrás de un paredón se encuentran los silos donde se deposita el maíz para procesar y convertir en el químico de bioetanol. “A veces se me entran pelechas del cereal en el patio y hasta adentro de mi casa”, comenta una vecina que reside colindante al paredón.

De los feos olores, se pasa a los dolores de cabeza, de garganta y en los ojos. “Cada vez que nos visita nuestra hija de Mar del Plata, ella siempre se va yendo con un dolor de garganta”, remarcan Juan Carlos y Elsa.

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Abuelas

Según datos preliminares que recibió ECOS Córdoba a partir de un relevamiento que se ha hecho en las manzanas que están próximas a la fábrica de Porta, de 14 niños menores de cuatro años que viven en la zona hay al menos tres casos que padecen de malformaciones en el organismo.

“Un médico te dice una cosa. Otro te dice otra cosa. Tenemos que ir a cinco hospitales”, señala Claudia Troglia, una joven abuela de uno de esos recién nacidos con problemas de salud. Claudia es profesora de educación física y lleva viviendo 21 años en San Antonio, junto con su hija que nació en este barrio. Viven pegadas, a otra casa de distancia, al terreno de Porta. “La vida en el barrio cambió. Pero para mal”, señala en referencia al año 2012.

María Elba Celiz es artista plástica. Tiene como nombre artístico “Marely”. Hace 59 años que vive en San Antonio. Su nieto también padece una extraña enfermedad. “Antes en el barrio, nunca, jamás, ocurrió una cosa así. Todos se morían por viejos”, nos cuenta.

La vida en el barrio cambió. Pero para mal

Uno de los tres casos de los menores de edad padece esclerosis tuberosa, una enfermedad generada por una mutación genética que produce masas tumorales en distintas parte del cuerpo. En este caso particular, los tumores generaron una masa que se desarrolló en la arteria aorta del bebé. Fue detectado en el octavo mes de embarazo. La abuela de la criatura también señala que posee manchas en el brazo izquierdo. “Uno de los médicos nos dice que es sólo genético”, señala.

Otro caso, nacido en 2013, padece una hernia diafragmática. Es un maldesarrollo en el diafragma del bebé. “Me decían los médicos que no tenían ninguna certeza de que viviera. Hoy por suerte está bien. Los médicos nos felicitaron”, nos comenta.

Según el Ministerio de Salud de la Nación, la tasa de incidencia de malformaciones en la ciudad de Córdoba es de 1,6/100 niños. O sea 1,6 % (es decir, menos de dos niños malformados cada 100 nacimientos). Si medimos la incidencia en los datos preliminares mencionados, tenemos un porcentaje de 21,4% de niños con malformaciones congénitas desde que funciona la planta industrial que produce bioetanol.

Son enfermedades algo diferentes entre sí, pero que comparten ser consecuencia de noxas que afectaron sobre el desarrollo embrionario y fetal. Pero las abuelas viven con la inquietud de si la planta que está al frente de ellas tuvo alguna incidencia. “No sé si es mala suerte. Pero es mucha coincidencia”, señala una de ellas.

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Olivia

Antes de partir a San Antonio, habíamos recibido la trágica noticia. “Falleció Olivia”, decía el mensaje. Olivia tenía tres meses de vida. Su familia vive en San Antonio desde hace 32 años. Su casa está a 50 metros de la fábrica Porta. Al principio creíamos que no iban a querer hablar. Pero salvo la mamá, la familia accedió ese mismo día a hablar con la prensa, en el interior de su casa. A tan sólo media cuadra del predio.

“Todo alergias, tos, bronquitis, problemas en los ojos… A mí me sacaron un tumor de las tiroides”, comenta uno de los integrantes de la familia de Olivia, comentando de la situación del barrio y la salud, donde se someten a tratamientos para paliar los síntomas. “Sabemos que ya hay tres chiquitos con malformaciones. Y ahora está por nacer uno en Inaudi. Mucha coincidencia”, apunta la joven Paola.

“Todo coincide en el mismo radio. Es como las fumigaciones. Es igual de grave”, señala Marta Melina, la abuela de Olivia, que al igual de Paola, mantienen las lágrimas pegadas en sus rostros. “Esto puede perpetuarse a nuestros hijos y a nuestros nietos”, señalan la familia al cronista, quienes además resaltan: “Que cuatro niños tengan estos problemas, nunca ocurrió en el barrio, nunca, nunca”.

Ante la pregunta si se irían a otro lado: “¡¿Eso sería lo justo?! Yo he trabajado toda mi vida. Y no sé si mis hijas van a tener algún problema de salud. ¡Acá los que se tienen que irse son ellos!”, enfatiza Paola, señalando a la fábrica Porta Hnos.

¡Acá los que se tienen que irse son ellos!

Coincidencias

El Dr. Medardo Ávila Vázquez ha realizado, junto con sus estudiantes, un relevamiento vecinal por las manzanas más próximas de la fábrica Porta Hnos y viene analizando los casos. A mediados de 2013, realizaron un parecido relevamiento, donde encontraron altas tasas de conjuntivitis, cefaleas, neumopatías obstructivas, gastritis y dermatitis en el barrio.

¿Qué fue lo que padeció Olivia?

Olivia padeció una malformación congénita, que es un trastorno que tiene que ver con el cierre del tubo neural, que es donde se desarrolla inicialmente el sistema nervioso. Esto pasa en los dos primeros meses. En alguna situación, donde una infección viral, radiaciones, medicamentos o contaminantes químicos actúan en un día, no se termina de desarrollarse bien el tubo y quedan algunas etapas detenidas. Sobre todo, cuando se tiene que cerrar.

Entonces, queda abierta la parte baja de la columna y se produce un mielomeningocele. Los músculos y las piernas no tendrán posibilidad de controlarse a voluntad y tampoco los esfínteres anales y uretrales. Es decir, son niños que no van a poder caminar bien para toda la vida. Y en la parte superior, hay daños en el desarrollo del cerebro, que necesitarán válvulas para liberar el líquido cefalorraquídeo, más cirugías que son complicadas. Y bueno, Olivia murió porque no resistió todas las cirugías y tratamientos, porque son muy intensos y agresivos y a veces los bebitos no los resisten.

¿Y es una enfermedad muy extraña?

Es una enfermedad que conforma el 6% o 7% de todas las malformaciones congénitas. Que está disminuyendo su tasa de incidencia en los últimos quince o veinte años, porque al adicionar ácido fólico a todas las harinas, se disminuye el riesgo de mielomeningoceles, porque ayuda a las células a defenderse y reparar el daño genético de todo aquello que lo agrede ambientalmente. Lo que sí vemos es que en lugares donde la contaminación química es alta, sigue siendo muy frecuente.

¿Qué sustancias químicas, presentes en el barrio San Antonio, pudieron haber tenido incidencia?

El tolueno, el metanol y el etanol principalmente. El tolueno está muy elevado en el aire del barrio, en base a peritajes que se realizaron en el lugar.

¿Y todos esos químicos saldrían por emanaciones de la planta de Porta?

Salen por emanaciones de las chimeneas de la fábrica y los vecinos lo respiran.

¿Cómo actúan estos químicos, a la hora de interferir el desarrollo embrionario?

porta-4-hnos-contamina-muere-beba-enfermedad-congenita-cordobaAlgunos se saben que rompen las cadenas del ADN que contiene los genes. Todo el sistema de desarrollo embriológico está controlado por genes, que se activan en función de códigos que determinan qué células deben activarse y en que determinado momento. En el caso del tubo neural, el sistema nervioso primitivo comienza siendo una plancha y llega un momento en que tiene que entubarse y cerrarse. Eso está codificado en los genes. Si esos genes están alterados, no pueden activar los receptores y no se produce el cierre. Algunos tóxicos (radiaciones, virus, drogas anticonvulsivas, agrotóxicos etc.) rompen las cadenas de ADN y hacen que “salten” pedacitos, entonces, no se lee bien el mensaje genético y queda la malformación.

¿Y es posible que los químicos que salen de la fábrica Porta pudieron haber provocado eso?

En el caso del tolueno hay un síndrome que está muy descripto, que es una embriopatía por tolueno, una enfermedad que ya fue detectada hace varios años, donde si las mujeres embarazadas en los primeros meses lo respiran, se corre mucho riesgo de que los embriones sean malformados. Y el tolueno es una de las sustancias que más se ha encontrado en las calles del barrio San Antonio y que salen de las chimeneas de la fábrica. También el metanol, que es un alcohol muy tóxico para el ser humano, puede producir mucho daño hepático y neurológico.

Y hay algunos trabajos que relacionan al metanol con mielomeningoceles y espina bífida. Y sobre el etanol, sabemos que existe un síndrome de alcoholismo fetal, que produce embriopatías, malformaciones severas, de crecimiento y mucho daño en los fetos, en los casos donde la mamá ingiere el alcohol. En este caso, se respira el etanol.

¿Por vía respiratoria es posible?

En el caso de Olivia, la madre se embarazó en octubre del año pasado. En esos primeros meses, entre octubre y diciembre, ya estaba respirando lo que había en el barrio. A 50 metros de la planta. Es probable que esos químicos que estaba respirando hayan generado el meningocele. Teniendo en cuenta que la mamá es joven, sana, no tiene antecedentes de aborto, ni trastornos reproductivos, su otro hijo es absolutamente sano, el padre es también sano y no toman medicamentos. En la zona, no hay antenas de celulares en la manzana, ni hay torres ni cableados de alta tensión. La única fuente de contaminación que encontramos es la fábrica y está a 50 metros.

Los casos de estos chiquitos, ¿cumplen algún patrón común, más allá de que sus enfermedades se las pueda calificar como “poco frecuentes”?

El otro bebito que vive en la misma manzana que Olivia, que padece de hernia diafragmática, es una patología vinculado a la exposición a pesticidas y químicos ambientales. Nos había llamado la atención, porque era el único caso de hace cuatro años y la madre quedo embarazada cuando la planta de bioetanol con contaminaba el aire del barrio. Ahora son dos casos dentro de una misma manzana. A 120 metros tenés otro caso, que tiene una esclerosis tuberosa, que nace en la misma época que Olivia; sabemos que se produce por la mutación de alguno de dos genes que son en alguna medida más lábiles a efectos mutagénicos ambientales.

Entonces, los tres casos de San Antonio son, desde el punto de vista del conocimiento biológico, totalmente compatibles con la contaminación ambiental, plausibles se dice en la academia. Son compatibles estas malformaciones congénitas con los contaminantes que tira Porta. No podemos decir que esto ocurrió sí o sí. Acá lo que vemos es una coincidencia. Hay una alta concentración de casos. Y a la vez, tenemos un caso de un feto malformado, todavía dentro de su madre, en barrio Inaudi a 200 metros de la planta.

¿Se conoce algún otro antecedente?

Sabíamos que la planta de Bio4 de la ciudad de Río Cuarto, una planta gemela a Porta (de hecho se denomina Bio2), que está en medio del campo pero que a 400 metros hay un conjunto de tres casitas, en donde una mujer tuvo un bebé con una malformación muy severa y falleció (una Secuecia de Poter con agenesia renal). Es en la misma época en que nació el bebé con hernia diafragmática en San Antonio. Y los dos son casos muy contemporáneos con el inicio de operaciones de las dos plantas con idéntica tecnología sueca; ambas producen los mismos contaminantes y utilizan maíz, gas y agua, cocinan con levaduras, y producen los mismos gases que contaminan. Esos dos casos nos llamaron la atención, pero podían ser casuales o aisladas. Pero ahora se han multiplicado los casos. Hablamos de malformaciones congénitas en poblaciones que están cerca de plantas de bioetanol que funcionan con la misma tecnología.

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Será Justicia

En estos momentos, el juez federal Hugo Vaca Narvaja está investigando si Porta Hnos. ha estado produciendo bioetanol sin contar con los respectivos permisos, tal como lo pauta la ley nacional Nº 26.093, ya que no cuenta con estudios de impacto ambiental y sin cumplimiento de los requisitos de la Ley General del Ambiente. Una fuente aseguró que hace dos semanas se concretó un allanamiento a la empresa para incautar información sobre la misma.

 El viernes pasado, familiares de Olivia y otras vecinas de San Antonio presentaron en Tribunales II una denuncia penal contra los empresarios de la fábrica Porta Hnos. y contra el actual intendente de la ciudad de Córdoba, Ramón Javier Mestre, y otros funcionarios municipales.  

A los empresarios se los acusa por incumplir el artículo 55 de la Ley de Residuos Peligrosos (Nro. 24.051), donde establece penas de entre 10 y 25 años de prisión por contaminación seguido de muerte. En cuanto a Mestre se lo denunciará por abuso de autoridad, junto con otros cargos a los responsables del control ambiental y uso de suelo en la ciudad.

 

*Por Lea Ross para Ecos Córdoba.

Palabras claves: contaminación, Porta Hnos, San Antonio

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