Esta noche, última función de P/F Teatro Desmembrado
Después de dos meses en cartelera en el Teatro La Chacarita, P/F Teatro Desmembrado realiza esta noche a las 21,30 su última función de la temporada.
La obra cuenta la historia de Marianne Colegan de Monterrey, México, una muchacha que encuentra a su padre descuartizado en seis pedazos a la salida de la escuela. “En P/F el tema no es el narcotráfico sino la subjetividad de la adolescente que no puede llorar a su padre porque era narco y que termina siendo víctima de un proceso que deja abierto ese duelo que ella nunca puede cumplir”, cuenta el director de la obra Santiago San Paulo. Marianne lucha contra el abandono y la hostigación de las instituciones que se supone debían cobijarla: la escuela, el Estado, su propia familia, mientras intentan culparla de la muerte de su padre, una persona que no merece ser tratada como tal por ser narco. “Es real en el sentido de que hay millones de Mariannes, casos anónimos que no tienen prensa pero que suceden todo el tiempo. En la Universidad de Ayotzinapa van más de 250 desaparecidos en democracia, no solo 43.”
La obra está basada el libro Padre fragmentado adentro de una bolsa del dramaturgo mexicano Ángel Hernández, uno de los mentores del Festival Teatro para el fin del mundo en el que se intervienen espacios abandonados, resignificándolos a través del arte. En 2014, Angel visitó Córdoba y brindó un taller en el Archivo Privincial de la Memoria, donde conoció a Santiago: “Nos hicimos amigos y cuando ya terminaba su estadía en Córdoba fui a un taller que estaba dando en Bataclana. Yo me tenía que ir a una función asique salgo caminando hacia Cañada y siento que viene alguien de atrás corriendo. Me doy vuelta y era él, me dice ‘me olvidé de darte un regalo que tengo para vos, el libro es para vos.’ Era Padre fragmentado adentro de una bolsa y en ese momento ya intuí que ese texto tenía una estrella particular, que ese momento había significado algo.”
Una vez reunido, el grupo estuvo un año entrenando la actoralidad, buscando los objetos, las imágenes, alimentando el imaginario. Desde la escenografía que muta a cada momento como una escultura con vida propia hasta la música en vivo con la que Marcos Bueno va tejiendo las pulsaciones de la obra y de los propios espectadores, la obra está plagada de detalles y cada uno de ellos estalla en múltiples sentidos. Sobre el escenario hay un juego permanente entre lo infantil y lo adulto, tensión que nos ubica en la adolescencia de Marianne. Telma Cataldi, quien la interpreta, junto con Mariano Zdero y Nicolás Torres nos introducen de un tirón en la historia condensando en cada mirada, palabra o gesto una fuerza que estremece, que se mete bajo la piel y queda retumbando dentro del cuerpo.
“Hicimos una adaptación del texto original, delinquiendo contra el texto, haciéndole una sana traición al autor con su consentimiento. A mí me interesaba trizar el texto, fragmentarlo. Tratamos de ser cómplices y enemigos del texto, encontrando la manera de volver a romperlo. Ángel nos entrega un espejo roto y vuelto a pegar, lo que hicimos fue volver romperlo y volver a juntarlo. Hay fragmentos agregados también, mucha infromación, la obra es una epecie de vómito en que todo se confunde y tiene miles de colores”, sostiene Santiago.
¿Por qué decidieron hacerla a la gorra?
Venían sucediendo muchas cosas a la gorra: el Circo en escena, el ciclo Julio Patriótico. La obra no está pensada para ser a la gorra, pero nos queríamos involucrar con esa trinchera que tiene que ver con varias cosas. Por un lado, con la falta de interés artístico en la sociedad cordobesa, cuesta mucho llevar público a las salas de teatro independiente… el espectador cómodo acostumbrado al teatro como entretenimiento banal sin preguntas ni interpelaciones. Por el otro lado, el contexto social, político y económico que vivimos ahora, el de la cultura del garrote, del ajuste económico que hace que haya muchos compañeros y compañeras que asiduamente van y ya no se puede.
¿Por qué Teatro Desmembrado?
Porque está el juego de proyección o metáfora de la metáfora que es que el teatro para nosotros como padre, como padre narco, sucio, fragmentado y metido dentro de una bolsa. No está muerto el teatro independiente cordobés, pero sí está herido. Por otra parte, es un teatro que está de luto frente a un hecho así ¿Qué hacer como teatro frente a una realidad de alto contenido teatral? La vida misma es una ficción constante en una realidad teatralizada.
La gente va al teatro para no perder el vínculo con la cultura y en realidad el vínculo con la cultura lo tiene. La cultura está más en la calle que en los teatros. El tetaro es un espacio para romper lo cultural. Espacio anticultural, que revoluciona y busca mecanismos para romperlo. Por eso no lo pueden matar, es una necesidad de autoexistencia la producción simbólica. Al poder no le interesa que el grueso de la sociedad produzca simbólicamente, porque esa será una persona que en general se pregunte cosas asiduamente y desbarajustaría el orden social. Al educar su sentido simbólico lee la realidad en términos profundos, de figura fondo, de síntesis. Y ya después un cartel de CocaCola no es solamente eso. Y de ahí al trato con el chofer, con la salud, con un montón de cosas.
► P/F Teatro Desmembrado esta noche a las 21,30 en Teatro La Chacarita, Jacinto Ríos 1449.
Fotos: Marianela Verna
