Burla del destino

Burla del destino
29 noviembre, 2016 por Redacción La tinta

Los jugadores del Chapecoense estuvieron a centímetros de no subirse nunca al avión de la empresa Lamia Bolivia, la aeronave que se estrelló este lunes en Antioquía, Colombia. La tragedia -al menos la vinculada al deporte- podría haber sido diferente. El equipo brasilero podría no haber estado ese día, en ese vuelo, hacia ese destino.

El avión de la empresa LAMIA que transportaba a los futbolistas del Chapecoense de Brasil -que iban a disputar la final de la Copa Sudamericana ante el colombiano Atlético Nacional- se estrelló la noche del lunes cerca de Medellín, en el noroeste de Colombia. Los reportes hablan de 75 muertos y seis sobrevivientes.

Era el mismo avión con matrícula CP2933 al que se subió Lionel Messi y toda la Selección Argentina días atrás, tras la caída 0-3 ante Brasil.

La tragedia -al menos la vinculada al deporte- podría haber sido diferente. El equipo brasilero podría no haber estado ese día, en ese vuelo, hacia ese destino.

A sólo 30 segundos de finalizar el partido de semifinales contra San Lorenzo, el que definía el pase a la final de la Copa Sudamericana, el arquero Danilo tapó con su pie derecho un remate defectuoso de Marcos Angelleri. El portero se transformó en el héroe de la jornada y tal vez de la historia del club, que hace pocos años se encontraba en la cuarta categoría del fútbol brasileño.

Tras la tragedia aérea, Danilo fue otra vez el nombre más mencionado. La burla del destino lo ponía otra vez en tapa. Mientras veíamos que era uno de los pocos sobrevivientes del accidente, nos preguntábamos inevitablemente: ¿Qué hubiese ocurrido si ese pie derecho no reaccionaba a los reflejos del portero? ¿Qué si Angelleri agarraba mejor esa pelota?

Danilo fue trasladado al hospital con vida y desde entonces las redes sociales jugaron el juego del morbo que tan bien les resulta. Los rumores sobre el deceso del portero hacían más grande la leyenda del plantel y del propio Danilo. Pero nadie lo confirmaba oficialmente. Finalmente fue oficial: falleció tras no poder soportar la cirugía que se le practicaba.

“No sé por qué pasan las cosas. Este es un club maravilloso, con jugadores de primera”, dijo esta mañana el único argentino del plantel, Alejandro Martinuccio. Otra vez el diablo metiendo la cola. Una lesión lo dejó afuera del viaje a la primera final del certamen continental. Una lesión, lo bajó de ese avión, le salvó la vida.

El destino conmueve. Tomar conciencia de que en cada decisión o acto definimos una nueva ruta con diversas posibilidades inciertas se choca contra la idea opuesta, esa que nos hace creer que todo puede ser parte de una película, que todo debe tener un sentido.

 

«Qué tragedia, que mala suerte, que maldición,
Qué diría este renglón si estuvieras?
Quién sabe si la cuenta regresiva empezó
al gatillarte en esa foto cualquiera.

Qué desconsuelo, qué sótano sin suelo, que olor
a muerte sin resurrección se respira
Jugándonos la vida, lotería feroz,
Quién sabe si esta es mi canción de despedida»

Letra de la canción «El whisky de Dios» de Zambayonny

Palabras claves: Brasil, Chapecoense, Copa Sudamericana

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