Otro caso de abuso de la Policía de Córdoba

Otro caso de abuso de la Policía de Córdoba
24 octubre, 2016 por Redacción La tinta

La semana pasada se viralizó un video donde se puede ver cómo a dos jóvenes de 13 y 14 años se los obliga a correr delante de un móvil de la Policía de Córdoba, sin razón alguna, más que la pura diversión y perversidad de los oficiales que manejan el móvil.

Estas prácticas no son aisladas. Los jóvenes son hostigados y torturados sistemáticamente por las fuerzas policiales. De hecho, esa sistematicidad está tan naturalizada dentro de la misma institución policial que no sólo se filman a ellos mismos cometiendo un ilícito sino que lo comparten entre oficiales a modo de “hazaña” vía Whatsapp o el mismo uniformado lo sube a las redes sociales. En este caso, un efectivo de la Policía se negó a mirar para un costado y envió el video al abogado Carlos Nayi.

En este hecho en particular los oficiales implicados en el video son Waldo Miranda Encinas y Guillermo Torres, este último acusado de ser quien asesinó de un disparo policial a Santino Cabanillas, un bebé de apenas año y medio. Esto ocurrió el 22 de enero de este año en barrio Marqués Anexo, cuando Santino estaba en brazos de su padre.

En primera instancia, el Ministerio Público Fiscal informó que a Santino lo había matado una bala perdida, en virtud de un tiroteo cerca de su casa entre dos oficiales de la Policía y dos jóvenes que huían tras haber protagonizado un robo. Para la Justicia no había dudas de que la bala que mató al bebé había sido disparada por uno de los jóvenes “delincuentes”. La hipótesis se sostenía en las declaraciones de un médico del Hospital Infantil que determinó que los orificios de bala coincidían con un proyectil 22.

Sin embargo, desde la familia de Santino y desde organizaciones sociales como La Coordinadora de Familiares de víctimas de Gatillo fácil se denunció públicamente que al bebé lo había matado la Policía.

“Los policías disparando sin importarles nada provocaron la muerte de un tiro en el pechito de Santino Yuthiel Cabanillas con salida en la espalda. Su padre salió con urgencia hacia el hospital pero a pocos metros de su casa, el niño muere en sus brazos. Ahora la Policía quiere culpar del homicidio a los menores que venían persiguiendo pero ¿cómo pueden culpar a los menores si uno de ellos de 16 años ya estaba detenido unos minutos antes del disparo y el otro menor de 17 años corría sin armas? En el frente de la casa había disparos de armas de la Policía pero cuando la familia se fue al hospital paro un auto y se llevó los plomos incrustados en la pared y de un árbol que estaba en la vereda de la casa. ¿Hasta cuándo la Policía va a seguir destruyendo las vidas de la gente humilde y trabajadora? Vamos a luchar con la familia por la Justicia de Santino”, denunciaron en un comunicado publicado en Mucho Palo Noticias.

El menor que era sindicado como autor del disparo homicida sufrió en la persecución un impacto de arma de fuego en su pie. La versión de la fuerza aseguraba que el joven se había herido a sí mismo. Sin embargo, la bala alojada en su tobillo era la prueba certera de que la Policía le había disparado y no que él mismo sin querer se había provocado la lesión.

Cuando el proyectil fue retirado de su cuerpo, se comprobó efectivamente -pericia mediante- de dónde había salido el disparo. Se hizo un cotejo de esa bala con las esquirlas halladas cerca de donde se encontraba Santino y las pericias demostraron que se trataba de un calibre 9 mm (arma reglamentaria).

Este hecho fue determinante para que el fiscal Carlos Matheu de un giro en la causa y asegurara que a Santino lo mató la policía. Desde fiscalía afirman que los jóvenes estaban desarmados, que el muchacho herido de bala no se auto agredió y que el caso de Santino, es efectiva y lamentablemente, un nuevo episodio de Gatillo Fácil.

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Guillermo Torres hoy está imputado por homicidio agravado por uso de arma de fuego y por ser cometido por un servidor público en ejercicio de su función, según el artículo 306 in fine. Aún así, el otro oficial implicado Matías Venecia, no fue imputado, y sigue en libertad, ejerciendo sus funciones. Vale aclarar, que todos estos meses, Torres y Venecia estuvieron libres, mientras que los jóvenes sospechosos fueron trasladados rápidamente al Complejo Esperanza.

Tal como refleja el video que se hizo viral, existe todavía en la institución policial un grado de impunidad y de violencia sistemática que genera en la mente de estos oficiales el poder de hacer esto, de compartirlo, como algo que es digno de darlo a conocer, como si en el video hubiera algo por lo cual enorgullecerse.

La impunidad y la injusticia selectiva vuelve a quedar en evidencia. Por un lado, los jóvenes injustamente acusados, encerrados en el Complejo Esperanza; por otro, el oficial Guillermo Torres gozando de plena libertad y ejerciendo su cargo en la fuerza, el 8 de Septiembre se encontraba hostigando y filmando el hecho para luego disfrutar de compartirlo.

*Por Victoria Sillof para La Tinta. Fotos: Cosecha Roja.

Palabras claves: Abuso policial, Coordinadora de Familiares de Víctimas de Gatillo Fácil, gatillo fácil, Policía de Córdoba, Santino Cabanillas

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