Hija e´ Tigresas

Hija e´ Tigresas
12 octubre, 2016 por Redacción La tinta

Las chicas de Bella Vista arrancaron octubre siendo campeonas en la B de la Liga Cordobesa de Fútbol. Con una campaña de 25 victorias, 0 empates y 1 derrota clasificaron al octogonal final. La Tinta habló con Verónica Muñoz, una de sus referentes. En su vida, todo lo abarca el fútbol: la familia, el barrio, la maternidad y la lucha contra los prejuicios machistas.

Como lo hace la pelota al atravesar la cancha de arco a arco, el fútbol es un fenómeno cultural en nuestro país que lo abarca todo. Hasta la más pequeña de las historias que quedan desparramadas a su paso pueden ser la foto de un tiempo que fue, que es o que será algún día en nuestra sociedad.

La foto de Las Tigresas -apodo que les calza justo a las recientes campeonas de la Liga Cordobesa de Fútbol- tiene algo de todo esto. El amor amateur de otros tiempos, el presente auge del fútbol femenino y el futuro prometedor que encarnan los pequeños fanáticos que las alientan -hijos, sobrinos, primos, vecinos- quienes seguramente no entenderán cómo antes se pensó que el fútbol era sólo propiedad de los hombres.

A poco de conseguir el título tras una campaña perfecta -25 partidos ganados, ningún empate y sólo una derrota- Verónica Ayelén Muñóz, una de las referentes del plantel de Bella Vista habló con La Tinta sobre todo eso que gira alrededor del fútbol en su vida: la familia, el club de barrio, sus sueños, los prejuicios, la maternidad.

– ¿Dónde nació tu amor por el fútbol y cómo empezaste a jugarlo?

– Desde chica iba a verlo jugar a mi hermano a la plaza. Una vez nos invitaron y ahí empezamos con esos amigos y mi hermano. Al poco tiempo apareció mi papá y nos fue entrenando. Él sabe mucho.

– No sos la única Muñoz en el equipo.

– Tengo tres hermanas más que juegan conmino.

– ¿Y cómo se siente compartir con ellas el mismo grupo y ahora salir todas campeonas?

– Se siente lindo. Por ahí peleamos… pero es re lindo. Y no son las únicas, mi papá es preparador físico y trabaja junto a Hugo, que es el director técnico. Así que falta mi mamá nomás y está toda la familia metida.

Vero, que no oculta en sus redes sociales ser hincha de Talleres, tuvo la oportunidad de vestir los colores albiazules antes de recalar en Bella Vista para formar parte del campañón de Las Tigresas. También jugó en All Boys, en Las Flores y en Escuela Presidente Roca.

Con la «T» ya había sido campeona de la Liga, pero la Liguilla -el octogonal que ahora se disputará entre los ocho mejores equipos de la temporada- fue para Belgrano.

Pero como manda la ley del fútbol, siempre hay revanchas y Vero construye sus sueños con ese optimismo de campeona.

– ¿Cuál es tu sueño ahora?

– Me encantaría volver a la Selección Argentina. Jugar y llevar los colores de nuestro país. Tuve la posibilidad de estar hace unos años. Viajaba a Ezeiza todos los viernes y volvía los domingos. Después llegó mi embarazo y debí dejarlo. Para llegar ahí estuve tres años seguidos en la Selección de Córdoba.

– ¿Y cómo llevás la maternidad y el fútbol?

– Lo llevo bien. Me gusta mucho que hoy mi hijo me vaya a ver. Lo observo siempre ahí alentándome, siempre junto a mi marido, los dos desde afuera. A cualquier lado adonde vayamos él va conmigo.

Apartado y oculto por un machismo añejo que fue a contramano de muchas otras potencias mundiales en el deporte, el fútbol femenino comienza a pisar cada vez más fuerte en las canchas de todo el país, desde el potrero hasta clubes con peso en AFA.

El visible avance que hoy se observa fue producto de una perseverante obstinación a tomar lo deseado, el juego, a pesar de los prejuicios y mandatos sociales. Como dice Mónica Santino, una de las más importantes referentes del fútbol femenino en el país, se trata de una “disputa política” que comienza en cada hogar exigiendo el derecho al ocio, al deporte y al espacio.

– ¿Cómo fue tu experiencia cuando empezabas a meterte en el fútbol?

– Primero era difícil. Que el fútbol era sólo para hombres, que si la mujer jugaba al fútbol te decían “machona”. Pero ahora ha mejorado un poco y varias mujeres juegan al fútbol. Antes era malo que una mujer esté jugando con hombres, ahora no tanto. Espero que se mejore más aún.

– ¿Qué les dirías a las chicas que hoy quieren jugar y que todavía tienen que chocar contra esos prejuicios?

– Que la que tenga ganas de jugar al fútbol, se anime. Es muy bueno. Aparte conocés gente nueva y eso también es bueno. El fútbol no es solamente de hombres y claramente las mujeres también podemos ponernos los botines, la camiseta y jugarlo.

Las Tigresas prometen seguir ahí, agazapadas en El Pocito de Bella Vista a la espera de sus rivales. Saben que con semejante campaña sus rugidos ya se escuchan en Córdoba aunque los grandes medios no se quieran enterar. Siempre hay revancha y no se desesperan. Y saben que el fútbol del futuro ya es de ellas, las mujeres.

Fotos: Gentileza de Juan Domingo Tejeda

Palabras claves: Bella Vista, Fútbol Femenino, Liga Cordobesa de Fútbol

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