Reencontrarse con la Historia

Reencontrarse con la Historia
20 septiembre, 2016 por Redacción La tinta
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Aurelio González es un fotógrafo atravesado por hechos increíbles, un sinfín de casualidades o causalidades. Nació en noviembre de 1931 en Marruecos. En 1952 con veintiún años, se embarcó como polizón. Dos semanas después llegaba a Uruguay sin documentos y sin plata.

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Empezó a trabajar en la construcción y gracias a un español que conoció por esos años, aprendió sobre fotografía. Después, en 1957, comenzó a trabajar en el semanario El Popular, un periódico uruguayo de izquierda. Allíademás de sacar fotos, fue jefe de fotografía.

El 27 de junio de 1973, un golpe de Estado derrocó al por entonces presidente de Uruguay, Juan María Bordaberry. Aurelio era un fotoperiodista muy activo en aquella época y una de las cosas que le preocupaba, era que el archivo fotográfico de El Popular -más de 57 mil negativos con imágenes de casi veinte años de trabajo- cayeran en manos de los militares. Entonces, los escondió ahí mismo donde se imprimía el diario, en el Palacio Lapido de Montevideo. Todo fue a parar a un hueco de un ascensor fuera de funcionamiento.

En noviembre de 1973, El Popular fue clausurado por la dictadura. Dos años después Aurelio fue detenido y torturado, luego lo soltaron. En 1976, cuando los militares intentaron secuestrarlo de nuevo, él se escapó por el techo de su casa. Se fué a México, pasó a España y terminó en Holanda.

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En 1985 la dictadura terminó y tras nueve años de exilio, Aurelio volvió a Uruguay. No se había olvidado de esos negativos, volvió a buscarlos. Pero el edificio del Palacio Lapido estaba reformado, el fotógrafo no encontró nada en el hueco donde había dejado sus rollos, habían pasado doce años.

La historia no quedó ahí. Aurelio en 2006 se cruzó con Quique, quien había encontrado las latas con los negativos y de niño jugaba con ellas sin que nadie supiera. Jugaba y las volvía a dejar donde los había encontrado. Aurelio, en la introducción del libro “Fui testigo” que editó el Centro de Fotografía de la Intendencia de Montevideo (CdF), se refiere a Quique diciendo: “joven formidable que con sus pocos años, doce o trece, después de ayudar a su padre y empleados a acondicionar lo que iba a ser un estacionamiento de autos, se iba por vericuetos oscuros, con cierto encanto por descubrir en esos lugares que se le antojaban misteriosos un no sé qué que le hacía sentir cosquillas en su infantil barriga”. Pero antes de Quique, los había encontrado alguien y aparentemente los había cambiado de lugar. Quique y Aurelio ataron cabos.
Ahora los rollos estaban en un ducto de ventilación que llegaba hasta el subsuelo del edificio. Cuando los sacaron se dieron cuenta que la humedad en vez de arruinar los negativos, selló las latas y los protegió. Hoy los negativos y las fotografías -o mejor, la Historia en imágenes de aquel Uruguay convulsionado y combativo- están conservados en el CdF. [/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_masonry_media_grid element_width=»6″ gap=»15″ initial_loading_animation=»none» grid_id=»vc_gid:1474345502896-fdb645c3-8cfc-1″ include=»7214,7215,7216,7217″][/vc_column][/vc_row]

Palabras claves: Dictadura Cívico-Militar, fotoperiodismo, Periodismo, Uruguay

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