Medalla de honor

Medalla de honor
15 septiembre, 2016 por Redacción La tinta

Los nazis invaden Ucrania e instalan su infierno en la ciudad de Kiev. Plena Segunda Guerra Mundial. Desde una panadería, once jugadores perseguidos y desempleados se reúnen y deciden sublevarse al régimen alemán. Contaban con una pelota y once camisetas del mismo color que sus ideas.

Por Redacción La tinta

A las nuevas generaciones nos resulta cada vez más difícil imaginar el fútbol de primer nivel jugado por la camiseta, por el honor. Pero los memoriosos cuentan que antes se jugaba así, por el orgullo, sin importar la cancha.

Para aquellos osados la historia y la memoria popular les suelen guardar un espacio en la eternidad, como ocurrió con aquel plantel de ucranianos subversivos que, en medio de la invasión nazi, optaron por dejar sus vidas en el verde césped.

Los panaderos del Start

El 26 de septiembre de 1941, finalizó la operación Barbarroja y Alemania tomó posesión de Kiev, la capital de Ucrania. El país quedó bajo la ocupación Nazi. La guerra, la persecución, los campos de concentración y el hambre pasaron a ser moneda corriente.

El Dinamo Kiev, el equipo más importante, se había disuelto y sus jugadores estaban dispersos en la ciudad luego de permanecer en un campo de concentración y ser liberados. Finalizado ese calvario, el régimen invasor prohibió que los deportistas regresen a sus trabajos formales.

En medio de ese desolador paisaje estaba el arquero Mykola Trusevych, mendigando por la calle y sobreviviendo a la hostilidad en la que se encontraba sometida la ciudad, cuando ocurrió un milagro: el dueño de una panadería lo reconoció. Iosef Kordik, de origen alemán y fanático del Dinamo, decidió ofrecerle trabajo a cambio de comida, un techo y un favor más.

El pedido fue que Trusevych se encargara de buscar y juntar a sus ex compañeros futbolistas para que trabajen en la panadería. Así fue que poco a poco, nueve jugadores del Dinamo y tres del Lokomotiv, se encontraron realizando diferentes tareas en el lugar.

La intención de Kordik no era solamente darles un trabajo y un techo donde resguardarse, sino que pretendía formar un nuevo equipo para que juegue partidos de exhibición contra los combinados que formaban los ejércitos de Bélgica y Alemania y otro constituido por colaboradores ucranianos del ejército alemán.

Estrella roja

FC Start fue el nombre que le dieron al conjunto que ostentaba una camiseta color rojo, en clara sintonía con la filiación de sus jugadores al partido comunista. Tras la suspensión de todas las competencias deportivas, se formó una “liga” para aparentar una normalidad ausente en la vida de Kiev.

En su primer partido, los rojos vencieron al Ruck, un combinado local, por 7 a 2. Luego de semejante paliza, vendría una seguidilla de victorias contra distintos combinados que no desentonarían: Guarnición Hungara (6-2), Guarnición rumana (11-0), Trabajadores del ferrocarril (9-1), PSG de Alemania (6-0) y MSG de Hungría (5-1 y 3-2).

A esta altura, el conjunto de la panadería estaba en boca de todos y era un símbolo de resistencia para los habitantes de la ciudad. Su popularidad se acrecentó con cada victoria como también lo hizo la preocupación de los nazis, que veían que el combinado era una muestra de esperanza ante la ocupación. Un símbolo de identificación nacional.

Cansados del arrollador andar del Start, la administración alemana decidió jugar su carta más fuerte y convocó al Flakelf, un combinado de la fuerza aérea alemana (Luftwaffe) y los cuerpos de combate (Waffen-SS). La “raza aria” necesitaba mostrar en la cancha la superioridad que predicaban fuera de ella.

El partido era uno de los principales temas de charla en cada rincón de la ciudad. El 6 de agosto de 1942, los alemanes fueron aplastados por los ucranianos por un marcador de 5 a 1. Inmediatamente, los germanos pusieron fecha de revancha, el 9 de agosto. Ese día se jugó lo que hoy es recordado como “el partido de la muerte”.

El Partido de la Muerte

La primera rebeldía local fue no hacer el saludo nazi, pedido por los organizadores del encuentro antes del comienzo del juego. Desde ahí, todos entendieron que se jugaba a algo más que fútbol.

Si bien el Flakelf comenzó ganando 1 a 0 rápidamente, el Start lo dio vuelta y se fue al vestuario ganando 3 a 1. En el entretiempo, los altos mandos invasores entraron a recordarles que el resultado debía terminar en favor del equipo germano.

A pesar de todas las amenazas, sabiendo que sus vidas podían irse en ese medio tiempo, el combinado conformado por las viejas estrellas del Dinamo y el Lokomotiv venció en el score final 5 a 3 a las fuerzas alemanas.

A los pocos días, llegó a la panadería un comisionado, buscando a 9 de los 11 jugadores. Estos fueron apresados y torturados en el campo de concentración cercano a la ciudad durante días. Solo dos sobrevivieron. El arquero Mykola Trusevych, fusilado junto a dos compañeros más, murió con su buzo de guardameta puesto.

Así fue la historia del FC Start. El mito perdura hasta hoy en las calles de Kiev. Los subversivos de casacas rojas alimentaron el orgullo de una Ucrania sometida. Como dice Eduardo Galeano en su relato El fútbol como bandera, sólo cometieron un error:  “No pudieron aguantarse las ganas de ser dignos” .

* Por Redacción La tinta

Palabras claves: Dinamo de Kiev, F.C. Start, Ucrania

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